Política

El precio que paga el PSOE por gobernar en Navarra: dejar sin funciones a la Guardia Civil

El Gobierno del PSN con los nacionalistas quiere convertir a la Policía Foral en "integral" en detrimento de la Benemérita

Operación policial en Alsasua.
Operación policial en Alsasua. | EFE

La letra pequeña lo deja claro. Está escrita bajo el epígrafe Justicia e Interior del documento que aspira a ser su programa de Gobierno. En él se detalla la hoja de ruta de la operación que activaron sus predecesores nacionalistas en el Ejecutivo navarro y que ahora ella deberá completar. María Chivite, la aspirante del PSN a convertirse en la próxima presidenta de Navarra, ha accedido a hacer de la Policía Foral la “policía integral” con plenas competencias en ese territorio.

La primera piedra la puso Uxue Barkos hace nueve meses anunciando la inminente transferencia de la competencia de Tráfico a la policía autonómica que hasta ahora comparte con la Guardia Civil. La segunda corresponderá desarrollarla al PSN, según lo acordado con quienes deben auparle a la presidencia navarra. Podría suponer, si se completa, la liquidación de las funciones que ahora tiene asignadas la Guardia Civil en esta comunidad foral.

Las graves inundaciones registradas esta semana en Tafalla y su entorno, con tormentas que desbordaron el río Cidacos destrozando todo a su paso, han reabierto el debate sobre el papel de la Guardia Civil en Navarra. El operativo desplegado incluyó un operativo de 70 agentes. Sólo el Seprona llevó a cabo alrededor de 60 rescates. Algunos se ven en los vídeos divulgados por el Ministerio del Interior estos días sobre la atención a los damnificados.

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha reiterado en varias ocasiones que la Guardia Civil no se irá de Navarra, pero los acuerdos que se han cerrado no dibujan un futuro halagüeño para la pervivencia del Cuerpo tal y como ahora existe.

Estos días quienes defienden la necesidad de blindar la presencia de la Guardia Civil en la Comunidad Foral y evitar la expulsión del Cuerpo han recordado episodios como la agresión de dos agentes y sus parejas en Alsasua o lo ocurrido en marzo de 2016 en el municipio navarro de Beruete para mostrar las condiciones y la labor que llevan a cabo. En aquella ocasión, una fuerte nevada dejó atrapados a tres autobuses, uno de ellos correspondiente el colectivo de familiares de los presos de ETA. La escena mostraba a guardias civiles colaborando para rescatar a expresos de ETA en una de las comunidades autónomas que más sufrió el acoso terrorista.

El programa que desarrollaría Chivite amplía a la cesión de Tráfico, ya pactada, el resto de materias compartidas: Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente

En Navarra formaciones como Geroa Bai, EH Bildu o incluso Podemos defienden la necesidad de reducir la presencia de la Guardia Civil o incluso su desaparición en favor de la Policía Foral. Actualmente el despliegue de agentes de la Benemérita es de 1.829 agentes, lo que representa una moderada reducción de efectivos en los últimos años. Están distribuidos en más de medio centenar de cuarteles a lo largo de toda Navarra. Esta implantación es notablemente mayor que la que tiene la Policía Foral, con poco más de un millar de agentes, concentrados fundamentalmente en el área metropolitana de Pamplona.

Expansión planificada

El terreno está ya preparado. El Gobierno Barkos encargó hace más de dos años un Plan Director para el desarrollo de la Policía Foral. Publicado en enero de 2017, el documento contempla tres escenarios posibles de desarrollo en la implantación de la policía autonómica, así como las inversiones que se requerirían en cada uno de ellos e incluso las ampliaciones de agentes necesarias.

Así, considera que el actual modelo de “coexistencia” con la Guardia Civil es en realidad una apuesta para “garantizar la supervivencia”. Afirma que es un modelo policial de mínimos que no garantiza ni un relevo en el cuerpo ni un mayor desarrollo del mismo y estima en una treintena el número de policías que habría que incorporar cada año. Mantenerlo en el periodo 2016-2020 se presupuestó en 18,7 millones de euros.

Se plantea un segundo nivel, denominado “modelo policial de complementariedad”, con el que se podría cubrir el déficit estructural en su implantación en Navarra. Facilitaría una progresiva asunción de competencias, primero en Tráfico y más adelante en las áreas de Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente. Este nivel requeriría cerca de 60 nuevos agentes al año. El coste estimado para el cuatrienio 2016-2020 alcanza los 35,4 millones de euros.

Finalmente, la gran aspiración pasa por transformar la Policía Foral en una policía con competencias exclusivas en todos los ámbitos. Requeriría una incorporación anual de agentes cercano al centenar de policías y una inversión en el cuatrienio de 62,3 millones, según las previsiones del Plan Director.

El informe estima además en un 14% el déficit de agentes forales en el conjunto de Navarra pero que eleva hasta el 20% en las comisarías de Alsasua, Sangüesa y Elizondo.

El plan director para hacer integral la Policía Foral cuantifica en 100 la incorporación anual de agentes y en 62 millones la inversión en cuatro años

La pasada legislatura, el 15 de noviembre de 2018, el Parlamento autonómico aprobó la Ley Foral de Policías de Navarra. Una norma que corresponderá desarrollar a Chivite si finalmente, como parece, gobierna la Comunidad Foral. Por el momento, el programa que tiene pactado con Podemos y las formaciones nacionalistas contempla una “reforma integral” de la Policía Foral, su modernización y su adaptación a “las nuevas formas de delitos”. Y todo pasa por un crecimiento de su despliegue “dotándola de efectivos suficientes para su óptimo funcionamiento como policía de referencia”.

Los socialistas y sus candidatos a socios de legislatura contemplan dar un impulso definitivo para “culminar la transferencia de competencias” de modo que las ejerza en exclusiva la policía autonómica en detrimento de la Guardia Civil.

La primera fase para hacer realidad este objetivo la facilitó Pedro Sánchez en octubre pasado. El hoy presidente en funciones se comprometió ante la presidenta foral, Uxue Barkos, a ceder a la policía navarra “en exclusiva” ser la titular de la competencia de Tráfico y Seguridad Vial, materias que ahora comparten con la Guardia Civil. Sólo el adelanto electoral posterior ha paralizado su ejecución. Socialistas y nacionalistas anuncian ya que la próxima legislatura será una prioridad hacer cumplir lo pactado. Será una cesión de la competencia basándose en los “derechos históricos” de la Comunidad foral.

Cuando la medida sea efectiva, dejará sin funciones a cerca de 200 guardias civiles asignados a la unidad de Tráfico. La ley de Policías de Navarra contempla una pasarela para que quienes lo deseen puedan integrarse en la Policía Foral.

"Corazón de guardia civil"

Entre el colectivo de agentes de la Guardia Civil destinado en Navarra la preocupación se ha agravado. Ahora la inquietud es que la reducción de sus competencias se amplíe a las áreas de Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente. Lamentan que no se quiera contar con ellos pese a su historia y dilatada experiencia y se primen las razones de índole política: “Es muy triste comprobar que este Gobierno no quiere contar con la Guardia Civil”, asegura Cristian Eric Marco, presidente de Jucil, la asociación de la Guardia Civil con mayor número de afiliados en Navarra.

La Guardia Civil denuncia un progresivo desplazamiento de sus funciones en favor de la Policía Foral en áreas que son compartidas

Señala que las competencias actualmente en todos los ámbitos continúan siendo compartidas con la Policía Foral y que la relación con el cuerpo autonómico “es buena”. Sin embargo, afirma que de un tiempo a esta parte se ha reforzado el papel de la Policía Foral y se ha desplazado el protagonismo de la Guardia Civil en las actuaciones en materias que competen a ambos Cuerpos: “El 112 no lo controlamos nosotros, y comprobamos que cuando surge una intervención se procura llamar primero a los forales”.

Denuncian que dejarles sin competencias de tráfico supondrá dejar fuera a “alrededor de 300 familias”. La vía que se les ofrece para integrarse en la Policía Foral no es para muchos la solución: “Nosotros tenemos corazón de Guardia Civil, amamos la institución, es algo emocional”. “Muchos llevan más de 15 años en Navarra, toda una vida. Sus hijos han nacido aquí. No se les puede pedir ahora que se conviertan en policías forales sin más. Además, habría que ver en qué condiciones se haría”, agrega. Marco considera que corresponde a los superiores jerárquicos posicionarse en apoyo de los agentes que puedan resultar afectados “para que no se les desplace de aquí”.

Para los partidos nacionalistas el reto es lograr transformar la Policía Foral en un “cuerpo integral”, a imagen de la Ertzaintza en Euskadi o los Mossos de Esquadra en Cataluña. De llevarse a cabo, el papel de los alrededor de 1.500 agentes de la Guardia Civil en Navarra quedaría seriamente reducido, haciendo innecesarios la mayor parte de sus 53 cuarteles.

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