El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, "trabaja intensamente para que no haya unas nuevas elecciones". Así ha arrancado la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros la ministra portavoz, Isabel Celaá, para justificar, entre otras cosas, la ausencia de Sánchez en la ya tradicional comparecencia presidencial de fin de curso.
Celaá, que ha vuelto a usar la sala de Moncloa para hacer política de partido, ha recordado que el Gobierno "sigue trabajando, por lo que Sánchez, continuará manteniendo la próxima semana contactos con representantes de la sociedad civil progresista. El martes lo hará con colectivos del sector educativo y el resto de la semana sumará a su ronda de contados, ecologistas y tercer sector.
El aspirante socialista a la presidencia del Gobierno quiere "labrar un espacio de reflexión y de actualización de un programa compartido y común, de izquierda progresista, que sirva para encontrarnos habida cuenta de que el ensayo de coalición con Unidas Podemos no prosperó", ha recodado la ministra portavoz respecto a la investidura fallida de los días 23 y 25 del pasado mes de julio.
Pacto monocolor a la portuguesa
De las palabras de Celaá cabe colegir que lo que busca Sánchez ahora es un pacto a la portuguesa, esto es, un gobierno monocolor con apoyos externos, puesto que una y otra vez ha señalado que "trabaja de manera ardua para conseguir encontrar esa actualización de programa y buscar ese espacio de encuentro que han encontrado en otros países", esto es, "si una formula ha fallado, busquemos otra, porque lo que quiere España es tener un gobierno cuanto antes".
Enterrada pues la opción de un gobierno de coalición y en un intento por evitar una nueva convocatoria electoral, si atendemos a las palabras de la ministra, el PSOE pide "que la izquierda, la socialdemocracia se una a encontrar un espacio compartido, de programa abierto a fuerzas progresistas".
Pero no sólo ha habido un llamamiento a Unidas Podemos sino también a PP y Ciudadanos al afirmar que para romper el actual bloque, la derecha, "que dice ser protectora de la institucionalidad española, no se aviene a abstenerse". "Importa mucho hacer ese espacio común de izquierdas, compartido, que pondrá en marcha una segunda transición" de la que hablaba Sánchez en su sesión de investidura.
El Gobierno de coalición no pudo ser, ha explicado, porque Unidas Podemos quería "dos gobiernos en uno", esto es, uno coordinado por la vicepresidenta Irene Montero y otro por Sánchez en lugar de un ejecutivo "cohesionado, unido y fuerte". Esas "contradicciones" de concepción "socavaron la confianza y por eso no pudo ser".
El nuevo gobierno no quiere depender "de las fuerzas independentistas"
Además, ha subrayado la ministra portavoz, que el nuevo gobierno no quiere depender "de las fuerzas independentistas, por eso pedimos la abstención que nos pidió la derecha al PSOE" para hacer un "gobierno progresista que dependa de fuerzas progresistas sin nuevas elecciones que parece que gusta a la derecha".
No es el caso de Navarra, donde la nueva presidenta, María Chivite, sí dependerá de Bildu. En cambio, Celaá ha argumentado que la socialista no ha pactado con los independentistas.
Interrogada Celaá por otro lado, respecto a qué ofrecen al PP para hacer posible esa abstención, la portavoz ha replicado que en 2016, los populares, "no ofrecieron nada, solo pidieron responsabilidad. Y con gran esfuerzo y sufrimiento interno, el PSOE se abstuvo por respeto institucional".
Lo de Sánchez en 2016 "fue una decisión individual"
Esto es, "pedimos lo mismo que hicimos cuando había otras fórmulas de gobierno. Ahora no la hay, salvo que Unidas Podemos pacte con el PP y Ciudadanos". Además, ha recordado que entonces "había una ola de corrupción importante, por tanto las condiciones eran distintas". Para la portavoz gubernamental no hay incoherencia entre pedir la abstención al PP y el hecho de que Sánchez prefiriera hasta dejar su escaño en 2016 antes de facilitar la investidura de Rajoy. Ha apelado en este sentido "al colectivo, al partido político, no hablamos de decisiones individuales".
Respecto a si Sánchez irá a una nueva investidura aunque no cuente con los apoyos necesarios para que ésta prospere, dependerá de lo que decida la ejecutiva del PSOE" y, llegado ese caso "adoptará sus decisiones".
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