Isabel Díaz Ayuso, prendida en rojo sobre otros rojos, vestida de rojo Cersei sobre el rojo de la talabartería telonera, de la heráldica castellana de leones lobos devorando granadas o sotas, tomó posesión de su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid. Demasiado rojo, quizá, que es como demasiado imperio o demasiado papado para un Gobierno de coalición hilado con suspicacias y vigilado por alfiles negros de Dios e incluso de la Justicia. Ayuso, como un cordón rojo moviéndose en una cortina roja, o una novia roja en una cama roja, no es que se siente sobre sangre, sobre la púrpura de la venganza, pero la de Madrid es una presidencia que arde igual que los leones de los escudos que trepan por el oro trenzado o se despeñan desde almenas con luceros.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El joven saharaui evita la deportación a Marruecos y abandona el aeropuerto
- 2 BBVA conseguirá su objetivo de fusionarse con Banco Sabadell
- 3 Rolando, la cafetería del horror por el que ETA nunca pagó
- 4 Policía secreta, 100 Montaditos y Vito Quiles: cinco horas de Begoña Gómez en los juzgados
- 5 El rehén argentino rescatado de Gaza: “Es mejor el acuerdo que el rescate"
- 6 Las mellizas Thyssen cumplen 18 años: así son Carmen y Sabina
- 7 Enrique Ponce y la nueva vida de Paloma Cuevas y Luis Miguel
- 8 La ultraderecha, el tsunami que recorre Europa
- 9 "Habrá bonos de 30 accesos al porno..."