Las cláusulas suelo abusivas que la banca incorporó a los préstamos hipotecarios durante el año del boom inmobiliario se están convirtiendo en una pesadilla para el sector.
Las entidades, además de devolver a los afectados todo el dinero cobrado indebidamente con carácter retroactivo desde que se activaron los suelos -la mayoría en enero de 2009-, deberán pagar intereses. Es decir, asumir el coste financiero. O dicho de otro modo, lo que los clientes podrían haber ganado con ese dinero, si hubiese estado en sus cuentas y no en la de los bancos.
Se trata del tipo de interés legal, que se aplica en las sentencias que condenan al pago de una cantidad líquida y se determinan siguiendo la evolución de la deuda pública. Hasta marzo de 2009, se situaba en el 5,5%. A partir de abril de ese año, se fijó en el 4%, y en 2015 y 2016 ha oscilado entre el 3 y 3,5%.
Los suelos de las hipotecas se establecieron en el 3,1% de media, según estimaciones de un informe del Banco de España, y del 3,5%, según los cálculos de Adicae. Esta asociación, una de las más activas en la defensa de los consumidores en casos de malas prácticas bancarias, tiene recurrida una demanda colectiva contra más de 40 entidades, en la que representa a 15.000 afectados.
La mayor parte de las cláusulas suelo se activó a principios de 2009, cuando el euribor marcaba el 2,6%. En ese momento, los tipos de interés legales estaban en el 5,5%. Unos meses más tarde y durante la mayor parte del periodo en el que la banca debe hacer las devoluciones, se situó en el 4%.
Sobrecostes
Teniendo en cuenta que, según Adicae, el suelo medio en España está en el 3,5%, realiza el siguiente análisis. El euribor bajó de este nivel en enero de 2009, por lo que es a partir de este momento el hipotecado medio empieza a pagar un exceso de intereses.
En el caso de una hipoteca de 200.000 euros, constituida por un periodo de tiempo de 30 años y con revisión anual del tipo de interés, los consumidores sufrieron un perjuicio que varía en función del diferencial que aplicase su contrato. El sobrecoste anual fue del 500,04 euros, si el diferencial se sitúa en el 0,5%. Si es del 0,75%, el perjuicio alcanza 170,76 euros anuales. Para diferenciales mayores, en ese momento -enero de 2009-, todavía no había perjuicio. Pero sí en febrero.
Los usuarios que revisaron su hipoteca en febrero de 2009 (o contrataron su hipoteca ese mes), pagaron un sobrecoste de 1.124 euros, 806,88 euros, 483 euros y 153,48 euros anualmente, según sus diferenciales se situasen en 0,5%, 0,75%, 1% y 1,25%, respectivamente, según los cálculos de Adicae.
Debido a la bajada continuada del euribor desde 2009, el perjuicio que sufre el consumidor va en ascenso. Un ciudadano cuya hipoteca fue revisada en enero de 2010, cuando el euribor estaba en el 1,232%, pagó anualmente de más, debido a la aplicación de la cláusula suelo, 2.224 euros (para un diferencial del 0,5%), 1.927 euros (para el 0,75%), 1.625 euros (para el 1%), o 1.316 euros (para el 1,25%).
Mientras que las hipotecas constituidas y revisadas en julio de ese año, soportaron un coste extra de entre 2.057 euros y 1.140 euros anuales, según el diferencial.
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