Son probablemente dos de las regiones más vigiladas de Europa. La presencia de cuerpos militares y policiales, tanto estatales como autonómicos y locales hacen del País Vasco y Navarra dos de los puntos con mayor presencia de agentes del país en relación a su población. La amenaza terrorista padecida durante décadas en ambos territorios ha hecho que desde hace muchos años la presencia de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado sea más elevada en ambos casos. Dispositivos que aún hoy son más importantes que en otras zonas del país pero que han ido disminuyendo de modo significativo en los últimos años. Desde que ETA anunció el cese de su acción terrorista, en octubre de 2011, los sucesivos Gobiernos han ido adelgazando los dispositivos tanto del Ejército como de la Guardia Civil y la Policía tanto en Euskadi como en la Comunidad Foral.
El año en el que la banda terrorista anunció que no cometería más atentados, la suma de agentes militares, guardias civiles y policías en el País Vasco y Navarra alcanzaba un total de 9.472 agentes, a los que se sumaban los cerca de 8.000 miembros de la Ertzaintza y el millar de policías forales en el caso de Navarra, además de las policías locales. Un despliegue muy importante para dos comunidades que apenas suman una población de 2.8 millones de habitantes. Hoy, ocho años después y con ETA formalmente disuelta, el Estado ha adelgazado de forma significativa la presencia de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Ejército en estas dos comunidades autónomas. Están destinados 1.724 agentes menos. Una reducción del 18% en comparación con el despliegue de 2011, pese a que deja aún una implantación importante de todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
La presencia de la Guardia Civil en Vizcaya y Guipúzcoa se ha reducido en casi un tercio desde el final de ETA
Es precisamente esta cuestión una de las reclamaciones que a lo largo de los últimos años con mayor insistencia han hecho los gobiernos de Navarra y Euskadi. La han trasladado de modo permanente los partidos de corte nacionalista que desde 2015 en el caso de la Comunidad Foral -y hasta el pasado mes de agosto- y desde 2012 en el País Vasco, han asumido los respectivos gobiernos autonómicos. En ambos casos se ha solicitado al Estado que readecúe los operativos que ha venido manteniendo tanto de Guardia Civil como de Policía tras la desaparición de la amenaza terrorista de ETA que habría justificado su dimensión años atrás. Las reiteradas peticiones han tenido una respuesta aunque sólo parcial. Año a año, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han ido reduciendo su presencia tanto en el País Vasco como en Navarra pero recordando que aún persiste una amenaza que hace necesario no desmantelar los despliegues: el terrorismo yihadista o la cuestión migratoria.
Guipúzcoa, 398 agentes menos
Guipúzcoa, el territorio más azotado por el terrorismo etarra, es donde con mayor claridad se percibe el adelgazamiento de efectivos. Cuando ETA anunció el cese de sus acciones terroristas en 2011 estaban destinados 1.135 guardias civiles, hoy lo hace un tercio menos, apenas 737. Supone una reducción del 35% en sólo ocho años. El caso de Vizcaya es similar, con 1.347 agentes de la benemérita reducidos hoy a 971. Por último, en Álava el recorte de agentes ha sido importante pero más moderado, del 18%, pasando de 601 guardias civiles en 2011 a 492 en la actualidad. De este modo, en sólo ocho años han abandonado Euskadi 883 guardias civiles, el 28% de los que estaban destinados en 2011.
En el caso de Policía Nacional la reducción es más contenida. En el País Vasco hoy trabaja un 16% menos de agentes que los que lo hacían en el último año de actividad terrorista. Los 1.528 policías nacionales que estaban destinados en algún territorio vasco han caído ahora a 1.272. Por último, en el caso del Ejército la reducción de efectivos ha sido la más imperceptible, de apenas un 10% y la salida de 169 militares.
Navarra ultima la cesión de la competencia exclusiva de tráfico que asumirá en exclusiva la Policía Foral
De igual forma, en Navarra, donde el anterior Ejecutivo de Uxue Barkos impulsó medidas que precipitaran la salida de la Guardia Civil por la transferencia en exclusiva de competencias ahora compartidas con la policía Foral, la reducción de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es significativa. La Benemérita ha visto recortados sus efectivos desde 2011 en un 22%. Los poco más de 1.800 guardias civiles destinados en la Comunidad Foral en 2011 se han reducido hoy a 1.407.
Más militares
En lo referido a la Policía Nacional el recorte es de apenas un 11%, pasando de un despliegue compuesto por 707 agentes a 628 policías. En cambio, en lo relativo a la presencia de unidades del Ejército, en el caso de Navarra se ha visto incrementada en comparación a la de hace unos años. Desde que en 2015 su presencia fuera la más baja que se recuerda en la Comunidad Foral, con 575 militares, el número de efectivos ha ido creciendo de manera paulatina hasta alcanzar los 746 este año, 60 más de los que había tras el anuncio de "cese de actividad armada de ETA".
En Navarra el nuevo Gobierno de María Chivite ha incluido en su programa, pactado con Geroa Bai, Podemos e I-E, seguir dando pasos para hacer de la Policía Foral un cuerpo "integral" y que vaya asumiendo las competencias que hoy comparte con la Guardia Civil. La cesión en su totalidad de la competencia de tráfico ya fue acordada entre Barkos y Sánchez y ambos Gobiernos trabajan para poder hacerla efectiva. Los siguientes pasos que el Gobierno Chivite se ha comprometido a dar pasarían por negociar la cesión de la seguridad ciudadana y medio ambiente, materias aún compartidas con la Guardia Civil.
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