El Síndic de Greuges -defensor del pueblo catalán- Rafael Ribó cometió una "imprudencia" al viajar a la final de la Champions disputada por el F.C. Barcelona en Berlín en 2015 en un jet privado, invitado por la "trama del 3 por ciento". Así lo definió ayer el líder de la CUP en el Parlament, Carles Riera, quien esta vez no ha hecho honor a la fama de azote de corruptos que tan bien se ha labrado su partido. No fue el único. ERC ni siquiera mencionó el affaire que ha relacionado a Ribó con la trama de presunta financiación ilegal de Convergencia, y JxCat se limitó a tacharlo de tema "incómodo".
Rafael Ribó se ha convertido en los últimos años en uno de los aliados más fieles del independentismo en las instituciones, frenando cualquier conato de queja de particulares o entidades organizadas contra iniciativas independentistas, la gestión del Govern, o las políticas educativas en materia de lengua. El caso de los hijos de guardias civiles acosados por algunos profesores tras el 1-O en Sant Andreu de la Barca fue paradigmático. Nunca se reunió con los alumnos a solas, y sólo criticó la incidencia en el centro de las denuncias contra los profesores. Y ayer tuvo su justa recompensa, sumada a los 13 años que acumula ya en el cargo.
Su foto junto a varios cargos de Convergencia a los pies de un jet a punto de embarcar invitado por el empresario Jordi Soler, uno de los investigados por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por el "caso 3%", llevó a Cs a exigir su comparecencia en el Parlament para dar explicaciones. El propio Ribó asumió la necesidad de esa comparecencia, en la que ayer negó tener relación con los investigados por el TSJC y sólo reconoció que el viaje fue "un error y un exceso de confianza".
Ribó ha defendido que se trata de "un tema que tiene una dimensión básicamente personal" y ha argumentado que tenía entradas para ver esa final con un amigo, que al final no pudo asistir, y el exdiputado de CDC Ramon Camp lo invitó a viajar a Berlín junto a un grupo del Barça de la comarca del Bages (Barcelona). "Puedo decir categóricamente que yo no tengo ninguna relación con ninguna otra persona que realizaba este viaje. La gran mayoría que iban en ese avión ni los conozco ni sé sus nombres. Si los he conocido es porque los he leído en los medios de comunicación".
Ribó reconoce los regalos
Ribó reconoció también haber recibido regalos, pero argumentó que están todos publicados siguiendo la Ley de Transparencia. "No hay indicio ni prueba ni posibilidad" de que haya aceptado algún regalo incumpliendo la normativa o para hacer un favor a cambio, señalo airado en su defensa.
Lo más novedoso, sin embargo, no es que Ribó se defendiera de las acusaciones sobre su honestidad profesional, sino que la CUP y ERC -partido que destapó, quizá involuntariamente, la trama del 3% por una denuncia de una ex regidora de El Vendrell- aceptaran tan dócilmente esas explicaciones.
Así, Carles Riera, se limitó a advertirle de que la "imprudencia y un exceso de confianza" que a su juicio supuso aceptar un regalo que debería haber rechazado para respetar la ejemplaridad que le corresponde al síndic por responsabilidad institucional. Pero rechazó que se pueda deducir de ahí "un de corrupción ni de relación con el 3%", como ha denunciado Cs.
Más contundente todavía en defensa de Ribó, la republicana Gemma Espigares razonó que el debate sobre si aceptó un regalo por su cargo no debería poner en duda la trayectoria de Ribó y dirigió sus críticas a Cs, a los que acusó de pretender "hacer política barriobajera". De hecho, ERC ha sido más dura en la defensa de Ribó que los herederos de Convergencia, cuyo portavoz, Toni Morral admitió que se trata de un tema incómodo.
Ataque a Cs
El propio síndic aplicó la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque para cargar con dureza contra el partido naranja, al que acusó de usar esas informaciones para "difamar" contra él. "¿Qué pretenden con esta comparecencia? ¿Interesa el vuelo de la final de la Champions? En absoluto. ¿Interesa la lucha contra la corrupción? Lo que interesa es embadurnar, erosionar y atacar", argumento Ribó, quien no contento con ese argumento, acusó a Cs de mentir.
Previamente el presidente de Cs en el Parlament, Carlos Carrizosa, había mostrado una vez más la imagen de Ribó junto a implicados en el 3% para advertirle de que llevará este tema a la Oficina Antifrau. Carrizó criticó además a Ribó que haya evitado comparecer ante el Pleno para dar explicaciones. "Para hablar de lo malvado que es el Estado sí que va al pleno. Para explicar por qué se monta en un jet privado con la trama del 3% no".
Las explicaciones de Ribó no han satisfecho, de hecho, a ningún partido no independentista. La popular Esperanza García pidió su dimisión, la socialista Marta Moreta le recordó que ha incumplido el código de conducta del Síndic de Greuges, y el portavoz de los comunes, Marc Parés tachó su conducta de reprobable porque "es en un abuso del cargo para conseguir unos privilegios".
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