Operación Kayla Mueller. La captura y muerte de Abu Bakr Al Baghdadi es un homenaje a la ciudadana estadounidense secuestrada y violada por el líder del autodenominado Estado Islámico. El terrorista más buscado del mundo murió como consecuencia de un operativo que llevaba planeándose desde mayo pasado. Un traidor dio la pista de su paradero, una perra llamada Conan le persiguió hasta el final y sus calzoncillos habían confirmado días antes su identidad.
La caída de Abu Bakr Al Baghdadi empezó a tramarse hace años y es fruto de una gran labor de inteligencia. La recompensa por su captura ascendía a 25 millones de dólares. Pero seguir la pista a Al Baghdadi era extremadamente difícil. Cambiaba permanentemente de ubicación.
Solo se dejó ver en público cuando proclamó el califato en la mezquita de Mosul el 4 de julio de 2014. Su última imagen databa de abril y su último audio de septiembre.
Las Fuerzas Democráticas Sirias, a quienes el presidente Donald Trump ha dejado de lado después de haber sido clave en la lucha contra el terrorismo yihadista, aseguran que su papel en la caída de Abu Bakr Al Baghdadi ha sido vital.
"Desde el pasado 15 de mayo, estamos trabajando con la CIA para seguir la pista a Al Baghdadi y le teníamos vigilado muy de cerca. Una de nuestras fuentes estaba en la casa donde se escondía Al Baghdadi. Cambiaba de residencia con frecuencia. Estaba a punto de moverse de nuevo a Jerablus", en la frontera con Turquía, ha declarado Polat Can, alto cargo de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), milicias kurdas.
"Fue nuestra fuente quien robó los calzoncillos de Al Baghdadi para realizar pruebas de ADN que certificaran su identidad", explicaba Polat Can en su cuenta de Twitter, según relata The Guardian. Este traidor, que coordinó sobre el terreno todo el operativo de acuerdo con los kurdos sirios, habría actuado por venganza. El general Mazloum Kobani también confirmó que un espía cercano a las milicias kurdas había sido clave.
Un cuñado de Al Baghdadi, de nombre Muhammad Ali Sajid al Zobaie, condujo a los funcionarios de inteligencia iraquíes, a un túnel en la frontera entra Siria e Irak, donde se encontró material del líder del Daesh (acrónimo de IS en árabe). Hallaron botiquines, libros religiosos, y mapas con localizaciones señaladas a mano, según The Guardian.
En la persecución del líder del autodenominado Estado Islámico fueron capturados una de las esposas de Al Baghadi y un sobrino.
Hubo certeza sobre la ubicación exacta de Al Baghdadi hace dos semanas. Había llegado la hora de ejecutar la Operación Kalya Mueller.
A finales de la semana pasada se informó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cómo se habían alineado los planetas para cumplir su sueño: emular al presidente Obama con su logro al aniquilar en 2011 a Osama bin Laden, el todopoderoso líder de Al Qaeda.
Abu Bakr al Baghdadi, con miembros de su familia y unos pocos fieles, se encontraba en un edificio a pocos kilómetros de la localidad de Barisha, en la provincia siria de Idlib. El jueves 24 ya había certeza de su ubicación y el viernes se plantearon a Trump todas las opciones militares para atraparlo.
"Parecía una película"
El viernes por la noche Trump viajó a Camp David para celebrar el décimo aniversario de la boda de su hija Ivanka. De ahí se trasladó a Virginia para practicar golf. En Siria el sábado por la mañana se dieron cuenta de que si no actuaban pronto su objetivo volaría a un nuevo emplazamiento, así que pidieron luz verde para dar caza al líder terrorista más temible del mundo.
Hacia las 17 horas de la tarde del sábado, 22 horas en España, Trump estaba listo para seguir la operación sobre el terreno en la Situation Room en el sótano del Ala Oeste de la Casa Blanca. Lo vieron en tiempo real.
"Parecía una película", confesó el presidente de Estados Unidos en la rueda de prensa del domingo, cuando anunció al mundo eso tan grande que había pasado y que no pudo evitar comentar en su cuenta de Twitter el sábado por la noche.
Lo primero que vieron desde la Situation Room de la Casa Blanca fue cómo despegaban ocho helicópteros, la mayoría CH47, de una base en el norte de Irak. La ubicación no se ha especificado pero puede tratarse de Erbil, según una reconstrucción de la operación realizada por The Guardian. Los aparatos sobrevolaron espacio aéreo de Turquía y Rusia, países que habrían sido informados, aunque no se sabe con qué precisión, de lo que estaba sucediendo.
Llegaron a su objetivo, el edificio donde estaba Al Baghdadi, una hora y diez minutos después de despegar. Estaban a cinco kilómetros de la frontera turca. El operativo sobre el terreno, a cargo de la Delta Force con perros y un robot, estaba reforzada por aviación y por barcos cercanos.
Los vecinos de Barisha, una población situada a 300 metros del refugio de Al Baghdadi, escucharon disparos durante media hora y después el lanzamiento de misiles.
Las fuerzas especiales dinamitaron una pared por temor a que en la puerta de acceso hubiera alguna trampa. Al Baghdadi huyó por los túneles del edificio junto a tres de sus hijos. Salieron en su persecución una perra adiestrada y un robot. Llevaba un chaleco bomba que activó cuando se vio atrapado. Los cuatro saltaron por los aires.
Durante dos horas el comando buscó restos entre los escombros. Cuando se retiraron lanzaron varios misiles para destruir todo lo que quedaba. A las 3.30 de la mañana, hora iraquí, 20.30 en Washington, regresaban a su base.
Horas después, exactamente a las 9 de la mañana en Washington, comparecía, flamante, ante los medios de comunicación. En esta alocución, presumió de la proeza, que tiene lugar en un momento muy oportuno. Cuando avanzan las investigaciones sobre el impeachment en el Congreso, y a la vez los republicanos critican la retirada de Siria, Trump se colocaba esta codiciada medalla con la cabeza de Al Baghdadi.
Murió como un perro y un cobarde... No quedó mucho... Algunos restos", dijo Trump en rueda de prensa
Con talante dramático, Trump contaba cómo el líder terrorista había tratado de huir, pero tras verse acorralado, llorando y gritando, se había suicidado con un chaleco bomba. La explosión se llevó por delante a tres de sus hijos que le acompañaban. "No quedó mucho... Algunos restos", añadió Trump. Capturaron a dos fieles a Al Baghdadi.
"Murió como un perro y un cobarde", dijo el presidente. Dio más detalles del operativo el general Mark Milley en un briefing del Pentágono. "Los restos de Al Baghdadi fueron trasladados a una instalación segura donde confirmaron su identidad a través de análisis de ADN".
El destino final del temible líder terrorista fue el mar. Como hicieron con Osama Bin Laden, lo que quedó de Al Bagdadi acabó en el agua. Así no hay lugar donde venerarle.
Una heroína de cuatro patas
No hubo bajas en las filas de las fuerzas especiales estadounidenses. Solo resultó herida una perra, pastor belga Malinois, que según el semanario Newsweek se llama Conan.
Donald Trump le ha dedicado un homenaje en Twitter. "Hemos desclasificado la imagen del maravilloso perro (es perra, según los medios estadounidenses) que hizo un extraordinario trabajo en la captura y muerte del líder del ISIS, Abu Bakr Al Baghdadi", escribe el presidente.
Medios militares de EEUU afirman que no dan el nombre por temor a represalias, ya que la perra sigue sobre el terreno.
Los militares de Estados Unidos suelen recurrir a los pastores belgas Malinois como guías y como ayuda para proteger a las tropas. Son especialmente hábiles detectando explosivos. Esta raza tiene una merecida fama por su inteligencia y su habilidad.
Otra coincidencia con la operación contra Osama bin Laden: también entonces hubo un perro llamado Cairo que acompañó a los Navy Seals en su ataque al líder de Al Qaeda en Pakistán. El presidente de entonces, Barack Obama, recibió al perro en la ceremonia en la que se rindió homenaje al comando.
Por Kalya Mueller
Los padres de Kalya Mueller ha dado las gracias por dedicar la exitosa operación a su hija. En una entrevista con la CNN, la madre de Kalya, secuestrada y violada por Abu Bakr al Baghdadi en 2013, reconocía que le había conmovido el mensaje de Donald Trump.
Kayla Mueller, originaria de Arizona, viajó a la frontera turco-siria en 2012 como cooperante al servicio de la ONG Support to Live y el Consejo Danés de Refugiados. Fue secuestrada en Alepo en 2013 por terroristas del autodenominado Estado Islámico, tras visitar un hospital de Médicos sin Fronteras. Murió en un ataque aéreo en 2015.
Cuatro meses después de su muerte, la familia supo que Kalya había sido violada por Al Baghdadi. Aún no se sabe dónde reposan sus restos. Tenía 26 años cuando murió.
Sus padres buscan respuestas. La muerte de Al Baghdadi les ha dado esperanzas de que sea posible saber cómo vivió y dónde murió su hija. "Queremos traerla con nosotros", dice su padre. Quieren que descanse en paz. Como todas las víctimas de Abu Bakr Al Baghdadi y sus fieles.
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