Arropado por todo el PP, el de antes y el de ahora, Mariano Rajoy ha apelado en la presentación de su libro "Una España mejor" (Plaza & Janés) , por el "centrismo", que "no es una ideología, sino la voluntad de evitar la exageración, sacar el mejor partido de las cosas y sintonizar con los deseos y realidades del pueblo español", que ve esa actitud como un ejemplo de "sensatez y de eficacia". Con su sucesor, Pablo Casado, sentado en primera fila, ha dicho que los populares "no arrastramos doctrinas ni orejeras", sino "moderación, diálogo y convivencia".
Rajoy, que en ningún momento ha aludido a cuál debe ser el papel del PP en relación con la investidura de Pedro Sánchez ni citado expresamente a éste, se ha reivindicado, tanto en lo que fue su ejecutoria al frente de la presidencia del Gobierno entre 2011 y 2018, como en su propio estilo de ejercer la política. Pero también ha aprovechado para alertar respecto al riesgo, a su juicio, de que España dependa de los independentistas.
Tacha a Sánchez de "irresponsble" si depende de los independentistas
En las grandes políticas de Estado, como la Corona o la unidad del país, "los dos grandes partidos tienen que ir de la mano" y quien rompa esos consensos "es un irresponsable". En este sentido, ha explicado que lo más importante de la aplicación del 155 es que demuestra que "la nación española tiene instrumentos para defenderse" y lo saben "los que han ido contra la unidad de la nación y la soberanía nacional".
No habla Rajoy de ningún acontecimiento que vaya más allá de su salida del Gobierno, en junio de 2018, cuando fue desalojado de la presidencia por Pedro Sánchez mediante una moción de censura. Sí lo hace de la crisis económica, del Brexit, de Escocia, de la inmigración, de la sucesión de la Corona y de la disolución de ETA, del bipartidismo, de la corrupción, de la presunción de inocencia "y de los inquisdores que florecen por doquier y no descansan nunca", de la moción de censura, "de las dudas sobre las decisiones que tomé", de Cataluña y del 155, ha enumerado.
"No hay criticas, ni chismes ni maldades" y si alguien las viera "es que somos distintos, entre el que las viere y yo, pero no sabría decir cuál de los dos es mejor", ha agregado irónico. Tras rechazar la imagen de Don Tanqredo que se le atribuyó, ha alertado que "de la inercia no se vive toda la vida" y desde la moción "no se ha hecho nada, afortunadamente tampoco se han derogado las reformas que han funcionado".
El ex presidente del Gobierno ha sido arropado en la presentación de su libro por el PP más "marianista" y por la dirección actual del partido, también por enemigos irreconciliables como la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y la ex secretaria general popular y ex ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Ni se han saludado, pero con su presencia han demostrado que Rajoy mantiene una enorme capacidad de convocatoria que está por encima del barro.
La lista de los asistentes es prolija. Además de las antes mencionadas han acudido Pablo Casado, los vicesecretarios del PP, diputados, senadores y muchos, muchos, ex ministros. En el acto estaban Ana Pastor, Cristóbal Montoro, Miguel Arias Cañete, Íñigo de la Serna, Íñigo Méndez de Vigo, Alfonso Alonso, Fátima Báñez, Rafael Catalá, José Ignacio Wert, Juan Ignacio Zoido, José Manuel Soria, Álvaro Nadal, Ana Mato o Jorge Fernández Díaz, Vaya, que hubiera dado para convocar un Consejo de Ministros de urgencia en estos tiempos de interinidad.
Tampoco han faltado los presidentes autonómicos Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Fernández Mañueco, a los que hay que sumar a Pedro Arriola, Celia Villalobos, Fernando Martínez Maillo, Rafael Hernando, Alicia Sánchez Camacho o Luis de Grandes, entre otros muchos y variados nombres. También los portavoces parlamentarios de Senado y Parlamento Europeo, Javier Maroto y Dolors Montserrat, respectivamente.
El ex presidente ha agradecido la presencia de "mis amigos, que me reconforta"
No, no estaba la portavoz del Grupo popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, tampoco el predecesor de Rajoy, José María Aznar. Sus ausencias eran más clamorosas frente a la demostración de apoyo del PP de antes y de hoy. Rajoy ha agradecido la presencia "de mis amigos, que me reconforta y me llena de emoción".
Los consensos internos que suscita ahora Rajoy vienen en muy buena medida de su enorme discreción desde que dejó la presidencia del Gobierno. Él, como jarrón chino -según la nomenclatura de Felipe González- ha decidido no molestar, salvo por un libro en el que se autorevindica. Siete años de gestión en uno de los momentos más difíciles de la reciente historia de España. Pero "no hay ajustes de cuentas" ha reseñado el presentador del acto, el periodista Carlos Herrera, que también ha destacado la práctica ausencia de referencias a José María Aznar, "¿o sí?", se ha preguntado con ironía.
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