"El próximo presidente de la Generalitat será de ERC o del PSC". Con esta afirmación ha descartado hoy Miquel Iceta una reedición del tripartito catalán tras las próximas elecciones autonómicas. El recién reelegido primer secretario del PSC ha presidido esta mañana la primera reunión de la nueva ejecutiva con un programa que tiene en su frontispicio el asalto a la Generalitat y ha querido dejar claro que ese asalto no se hará por la vía de apoyar a un gobierno presidido por Esquerra.
La relación entre PSC y ERC "es la de dos partidos que son competidores directos y que aspiran a encabezar el Govern" ha señalado, aunque añadiendo que "son partidos con un alto sentimiento patriótico, que quieren servir a sus conciudadanos" lo que a su juicio favorece un gran "respeto mutuo y voluntad de encontrar puntos de encuentro".
Eso sí, "son ellos o nosotros" ha advertido el líder socialista, quien se ha mostrado abierto a buscar puntos de acuerdo con las formaciones de nuevo cuño que aspiran a recoger la herencia del catalanismo moderado para liderar una alternativa no independentista a la Generalitat.
"Nosotros ya hemos llegado a ser el número dos, ahora queremos ser el uno, estamos casi obligados a este objetivo" ha añadido Iceta, quien ha recordado que Cataluña está peor que diez años atrás "y alguien se tiene que responsabilizar de esto. Las fuerzas del continuismo probablemente quieren que siga ERC, las del cambio los queremos aglutinar nosotros".
Pacto de investidura
Iceta ha respondido además a la portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, que ha tachado de "chantaje" las palabras de José Luis Ábalos en la clausura del Congreso del PSC. Ábalos advirtió a los republicanos de que "éste es el momento y no habrá otro" si quieren diálogo.
"Yo escuché a Ábalos, no vi ningún chantaje, era una constatación que toda Cataluña y España saben, que si no hay gobierno cualquier alternativa lleva a otras elecciones o a la victoria de una alternativa que no quiere ni oír hablar de diálogo" ha asegurado Iceta.
Vilalta, por su parte, ha señalado este lunes que la única manera de cambiar el 'no' de los republicanos a la investidura es que el PSOE se comprometa a establecer una mesa de negociación para abordar el conflicto en Cataluña. "El diálogo y la negociación no se hacen por chantaje, se hace por convicción", ha asegurado, acusando a los socialistas de utilizar la negociación sobre la situación en Cataluña como moneda de cambio de la investidura de Sánchez.
"Pueden presionar y hacer las amenazas que quieran, pero ya lo hemos advertido: no estamos para facilitar una investidura del Gobierno del Estado o para sacar rédito electoralista. Si estamos aquí es porque creemos que es lo que nos toca hacer y no queremos renunciar a una oportunidad que tenemos ahora de canalizar el conflicto hacia una vía política", ha argumentado.
La portavoz republicana ha asegurado que todavía no tienen una nueva reunión programada con el PSOE sobre la investidura, pero que están en contacto e intercambiando documentos.
Según ella, no se ha producido "ningún encuentro ni privado ni público" desde la reunión que mantuvieron en Barcelona la semana pasada, y ha explicado que ahora prefieren trabajar en documentos para concretar las cuestiones en las que las posiciones de republicanos y socialistas están más alejadas.
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