Aunque Ciudadanos lo intentará "hasta el último minuto", todo apunta a que será la 'doctrina Feijóo' la que finalmente se imponga en el baile de llamadas, conversaciones y largas reuniones en que llevan embarcados PP y Cs en las últimas semanas para desencallar los pactos electorales en País Vasco y Galicia, que abren sus urnas el próximo 5 de abril.

Si de la reunión de ayer podía inferirse la ausencia de novedades -acuerdos encallados en Galicia y "avanzados" en País Vasco-, lo cierto es que los matices en los discursos que pronunciaron tanto el secretario general del PP, Teodoro García Egea, como la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas fueron muy significativos: mientras el primero se mostró "seguro" de llegar a un acuerdo con los naranjas porque "los fines son los mismos" pero faltan concretar "los mecanismos" en cada territorio, la segunda, aunque decidida a presionar "hasta el final", se mostró menos contundente y evitó definir el pacto en Galicia como una línea roja para sacar adelante el resto de coaliciones electorales, condición que había mantenido hasta este martes.

"Por nuestra parte, ni el logo ni los nombres van a ser un problema, pero queremos que los gallegos tengan una papeleta transversal y constitucionalista", defendía la líder de Ciudadanos ante los medios de comunicación tras la cita que mantuvo durante casi una hora y media con su homólogo del PP, Pablo Casado, el secretario general popular, Teodoro García Egea y el diputado naranja José María Espejo. "Esa papeleta es posible si aceptan ir en las listas del PP", insisten fuentes de Génova, y "no sería lógico" que si el objetivo "es sumar y no fragmentar", los naranjas cumpliesen su amenaza y concurriesen por separado en Galicia.

Arrimadas lanzó ayer un órdago al partido de Pablo Casado, al que pidió la misma "generosidad y humildad" que ellos han demostrado en Cataluña y que han exhibido en las últimas horas, renunciando a la nomenclatura de 'Mejor Unidos', aceptando el "liderazgo absoluto" de Feijóo en Galicia y encuadrando el acuerdo a una suma de siglas "de Ciudadanos y PP". Pero con una papeleta en la que aparezcan ambas siglas.

Los naranjas justifican sus peticiones en que ellos devolverán el favor a los populares en el Parlament, donde los de Casado cuentan con cuatro asientos frente a los 36 de Ciudadanos. Sin embargo, fuentes del PP aseguran que el partido "no comprará" esa teoría, ya que "no se puede comparar la fuerza de Ciudadanos en Cataluña, donde están muy lejos de la mayoría absoluta" con la del barón popular en Galicia. "El espacio del centro-derecha allí, con el que se identifican los gallegos, está ligado a las siglas del PP", zanjan. "Si PP y Ciudadanos concurrimos juntos con las fórmulas adecuadas en cada territorio, ganarán los gallegos, los vascos y los catalanes", afirmaba el propio García Egea este martes.

El PP defiende que "no se puede comparar" la fuerza de Cs en Cataluña con el legado de Feijóo en Galicia

Y esta es la tesis con la que "con toda seguridad" responderá Alberto Núñez Feijóo a la llamada de Inés Arrimadas, que quemará todas las balas antes de renunciar a sus propias siglas en el territorio en cuestión. "Intentaremos llegar a un acuerdo cuyo objetivo debe ser aglutinar el voto constitucionalista, ser un freno claro para la amenaza real de que pueda volver un Gobierno del BNG a Galicia", defendía, aunque sin negar rotundamente, como sí lo ha venido haciendo hasta ahora, la "vía abierta" de contar con un peso determinado en una lista electoral del PP.

Y en tejado 'azul' la decisión ya está tomada: integración de dirigentes naranjas en las listas del PP para "ampliar el consenso constitucionalista" sí; pero coalición, no.

Mientras los plazos aprietan para Ciudadanos -restan pocas horas para poder registrar coaliciones electorales en Galicia y dar un giro a las convicciones de Feijóo-, en Génova, al dar prácticamente por descartada las siglas compuestas, manejan un calendario mucho más amplio: el 1 de marzo es el último día para registrar las listas electorales y, hasta entonces, "nuestra mano estará tendida" a Ciudadanos "para que se unan" al "magnífico proyecto que Feijóo ha desarrollado a lo largo de tantos años".

En País Vasco, Alonso y Pagazaurtundúa

La situación en País Vasco es radicalmente distinta. A diferencia de Galicia, la larga reunión mantenida ayer en la Cámara Baja sí sirvió para desbloquear el acuerdo en esta región.

De puertas para adentro, sin embargo, los naranjas evitan dar por sentada la coalición vasca y emplazan a "esperar" a los resultados de la negociación en el otro territorio en cuestión, de cuyo acuerdo puede depender que, por ejemplo, Ciudadanos exija más peso en la lista vasca. Con todo, los líderes de ambos partidos reconocieron que aunar fuerzas en País Vasco es fundamental "para no penalizar a aquellos votantes que defienden la Constitución y la libertad", ya que la fuerza de ninguno de los dos, al menos por separado, es significativa.

Coinciden también en el prisma de que la candidatura conjunta en esta autonomía debe contar con "personas relevantes de la sociedad civil" y variedad de candidatos procedentes de sendas filas. En el PP dan por descontado que Alfonso Alonso encabezaría esa papeleta, un escenario que no desagrada a Ciudadanos, que exigiría la presencia de referentes constitucionalistas como la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa.