En el despacho de Teodoro García Egea aún resuenan las palabras gruesas, su tono y su dureza. Fue probablemente la reunión más tensa vivida desde que el nuevo equipo que lidera Pablo Casado está al frente del Partido Popular. A última hora de la mañana el aún presidente del PP vasco, Alfonso Alonso había sido citado en Génova para abordar la situación de su candidatura como aspirante a lehendakari y sus críticas al acuerdo de coalición que el viernes anterior se rubricó por los populares con Ciudadanos, ‘PP+Cs’. Esta vez, al contrario de lo que hizo el día 21, sí acudió. Ambas partes sabían que no sería un encuentro fácil, pero quizá no imaginaron que se complicaría tanto. El resultado es conocido desde las siete de la tarde de ayer: Alfonso Alonso dejaba de ser candidato a lehendakari para el 5-A y era relevado de esa condición por un viejo predecesor suyo, Carlos Iturgaiz. Pero antes de todo ello se vivió una secuencia de seis horas que explica la actual situación en la que se encuentra la relación entre la dirección nacional y el PP vasco de Alonso.
A mediodía de ayer domingo en Génova 13 tanto García Egea como el vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol, esperaban al presidente del PP del País Vasco. La cita comenzó con semblante serio y el tono se fue elevando a medida que avanzaba. El líder de los populares vascos reprochó a los dos dirigentes del partido haber dado pasos sin contar con él, haberle excluido de la negociación y exigía la necesidad de reconsiderar el acuerdo. El nerviosismo de Alonso fue creciendo a medida que avanzaba el encuentro y con un tono alterado, según fuentes consultadas por El Independiente. La situación llegó a un punto en el que Alonso se levantó de la reunión visiblemente alterado y abandonó de manera desairada la sede del PP.
Poco después, en aras a intentar reconducir la situación, Alonso fue citado de nuevo para otro encuentro a las 17.00 horas de la tarde en la sede del partido, pero el líder de los populares vascos no acudió. A partir de ese momento, en Génova empiezan a dar por prácticamente rota la relación y las posibilidades de reconducirla. Las fuentes consultadas no ocultan que las posiciones ya se encontraban para ese momento muy alejadas pero insisten en que en política “hasta el último momento todo es posible”. Transcurridas las horas, y ante la imposibilidad de celebrar un segundo encuentro con el presidente del PP vasco, se concluye que su candidatura como lehendakari es ya inviable.
Apenas dos horas más tarde, en torno a las 19.00 horas, es el propio Alonso quien hace público a través de las redes sociales que el presidente Casado le ha comunicado que no será el aspirante a lehendakari. Lo hace con una alusión a que el PP “es y será siempre mi partido”. Para entonces han pasado seis horas desde la cita de la mañana en el despacho de Génova y el final de Alonso se ha escrito como candidato, no como líder del PP en Euskadi. No por ahora.
Dimisión en el aire
Fuentes cercanas a la dirección apuntan que desconocen si hoy el presidente del PP en el País Vasco dimitirá o no. Ayer no lo comunicó en Génova, por lo que insisten en que a esta hora "no es candidato pero sigue siendo presidente del PP vasco". Esta tarde Alonso tiene prevista una comparecencia tras la Junta Directiva convocada en Vitoria por el PP vasco. Entre los distintos escenarios que contemplan se ve como posible que hoy anuncie que abandona la presidencia del PP en Euskadi pero también que pueda optar por mantenerse y tensar la situación para precipitar una expulsión.
En el PP no son pocos los que consideran que en realidad Alonso jamás ha querido el acuerdo con Ciudadanos y que sus críticas hasta el último minuto buscaban dinamitarlo. Una posición que se habría encontrado con la decisión de Casado de imponer como acuerdo "estratégico" el entendimiento con Ciudadanos y aprovechar las elecciones vascas como un primer paso en el camino por unir el constitucionalismo. Consideran que la insistencia de Alonso tensionando el proceso le ha llevado a "un callejón sin salida" al no acceder Génova a reconducir su posición y el pacto ya firmado con Ciudadanos.
No ha sido la única opción que ha barajado el PP, pero sí por quien finalmente se ha decantado. Su nombre no figuraba en las quinielas. Las posibilidades de Iturgaiz parecían complicadas después de que el pasado mes de abril anunciara que abandonaba la política, que lo dejaba "decepcionado" con la actual dirección del PP en Génova. Tampoco si se recuerda que Iturgaiz no apoyó a Pablo Casado en las primarias del partido. Como Alfonso Alonso, el ahora candidato a lehendakari se presentó como un Sorayista convencido. Ha pesado, sin embargo, su experiencia y su capacidad como factor de unión en una situación delicada como la que ahora atraviesa el PP vasco.
Iturgaiz no continuaba bajo la protección de Alonso, se había distanciado de él. Al contrario que otros representantes del PP vasco, a los que Alonso impidió integrarse en el primer Comité Ejecutivo de Casado, Iturgaiz sí lo hizo. Cuando se le planteó la posibilidad de asumir la candidatura a lehendakari “mostró mucha ilusión y una gran generosidad”, aseguran las fuentes consultadas. Iturgaiz es el pasado del PP vasco pero ahora aspira a reinventarse y renacer de sus cenizas para ser el futuro de la formación en la carrera por recomponer el debilitado, fraccionado y ahora muy confuso centroderecha constitucionalista en el País Vasco.
La clave de la nueva candidatura que liderará Carlos Iturgaiz es conocer quiénes integrarán las listas y cómo se situará en ellas a Ciudadanos. Los naranjas tendrán dos puestos 'de salida': el número dos de Vizcaya y el número tres de Álava. Las listas por cada una de las tres provincias no están cerradas pero sí se baraja con una renovación con los sectores más cercanos a Génova. Así, además de Iturgaiz que encabezaría la lista por Álava, en el caso de Guipúzcoa Iñigo Arcauz es el nombre con más posibilidades. En Vizcaya toma fuerza las posibilidades de la actual presidenta del PP en el territorio, Raquel González. Todos ellos, apuestas personales de Casado.
El presidente con más escaños
A 41 días para las elecciones, el golpe de efecto no ha sido descabalgar a Alonso del ‘caballo del candidato’ que se daba casi por seguro, sino subir a la silla a un expresidente del PP en Euskadi que lleva 15 años sin pisar la primera línea política vasca. En Génova llevaban semanas buscando una opción razonable. La de Alonso no era la favorita, sólo la única que se encontró tras un inesperado adelanto electoral por parte de Urkullu. La relación y la sucesión de encontronazos y pulsos entre el aún presidente del PP vasco y el líder del partido se han ido acumulando en los últimos meses. El último ha sido haber tensado y cuestionado el proceso de negociación de la coalición ‘PP+Cs’ que concurrirá, como experiencia piloto a extender al resto del país, en las autonómicas vascas.
La tensión no sólo ha hecho tambalear el puente entre Euskadi y Madrid, sino también el de Vitoria con el resto de Ejecutivas territoriales del PP vasco. En Vizcaya la actitud de Alonso poniendo en peligro la coalición y tensionando más de lo debido la posición del PP vasco ha planteado más de una crítica. En Guipúzcoa la salida de Borja Sémper, sin relevo cerrado por ahora, deja un PP guipuzcoano descabezado y desnortado. Alonso aún conserva un gran apoyo entre los populares alaveses.
Ahora, Génova ha tirado de trastero. Iturgaiz atesora experiencia y el mérito de haber obtenido bajo su presidencia los mejores resultados del PP en Euskadi. Durante su periodo como líder de los populares, entre octubre de 1996 y noviembre de 2004, se logró el techo electoral, en 2001: rozó los 327.000 votos y 19 escaños con Jaime Mayor Oreja como candidato a lehendakari. La horquilla de penetración del PP en el País Vasco oscilaba entonces entre el 19% y 23%. La carta de presentación de resultados de Alfonso Alonso se escribe ahora en porcentajes muy inferiores, entre el 7% y 10% y con el peor resultado de la formación: 78.000 votos y sólo dos alcaldías en dos pequeños municipios de menos de 300 habitantes.
Recurrir a Iturgaiz tres lustros después para liderar la política en la Cámara vasca es una apuesta incierta cuyo impacto es impredecible. Las nuevas generaciones no le conocen y las que en su momento le respaldaron y en estos años abandonaron el partido podrían volver a confiar en él. Muchos de los simpatizantes populares se refugiaron en el PNV o la abstención y en menor medida en el voto de Ciudadanos.
Constitucionalismo y nacionalismo
La batalla contra el nacionalismo es una de las que de modo más recurrente enarbola Iturgaiz. Los ataques al nacionalismo se presentan como uno de sus ejes de campaña y que comparte con Ciudadanos. Una cuestión que será esencial la legislatura que se inicie tras el 5-A en un mandato en el que el debate por la aprobación de un nuevo Estatuto vasco que supere al de Gernika de 1979 será el verdadero mantra de la legislatura.
El pasado viernes el expresidente del Gobierno, José María Aznar visitó Bilbao. Uno de los que ocupaba la primera fila junto a otra expresidenta del PP en Euskadi, María San Gil, para escucharle durante la conferencia que el expresidente del Gobierno impartió en Bilbao sobre el ‘Fortalecimiento de España en el País Vasco’ fue Iturgaiz. Escuchó con atención al expresidente del PP en un acto en el que el aún líder del PP vasco, Alfonso Alonso, no acudió y su secretaria general, Amaya Fernández, asistió con cierto retraso. En el, Aznar apeló a la urgencia por “sumar”: “La senda en la que creo no es la de la política como división sino como integración, como suma. Sumar es lo que te lleva a las mayorías” dijo.
Hoy Alonso presidirá la Junta Directiva del PP vasco que ha dirigido desde 2015. En estos cuatro años y medio desde que asumió la responsabilidad de reflotar el partido, la sintonía con Génova sólo se mantuvo con Rajoy. La llegada de Casado lo cambió todo.
Los sucesivos encontronazos tuvieron uno de sus momentos más tensos, antes del vivido estos días, en la elaboración de las listas a las elecciones generales del pasado 28-A y el 10-N. En las primeras elecciones generales de 2019 Casado impuso a sus candidatos; Beatriz Fanjul por Vizcaya, Iñigo Arcauz por Guipúzcoa y, el único aceptado por Alonso, Javier Maroto por Álava, el gran apoyo de Casado en el PP vasco. No logró ni un escaño pero Genova decidió rescatar a Maroto. En la repetición electoral, Casado volvió a imponer su criterio: Mari Mar Blanco relevaría a Maroto como aspirante por Alava.
Iturgaiz asegura que regresa “ilusionado” y con el propósito de revalidar al PP como referente en la defensa de “la libertad, la Constitución y a España en nuestra querida tierra vasca”. Este aficionado a la acordeón, al que el histórico dirigente del PNV, Xabier Arzalluz tildaba de ‘el acordeonista’, aprendió euskera durante sus años al frente del partido y asegura que la defensa del constitucionalismo será una de las principales aspiraciones.
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