España ha llegado a acumular una flota colosal de aviones abandonados en sus aeropuertos. Sus propietarios los dejaron allí tirados y se esfumaron, y las aeronaves han quedado arrumbadas durante años. En muchos casos, incluso décadas.
Más de una veintena de aeropuertos españoles han sido en algún momento parking forzoso de hasta 150 aparatos abandonados, según datos de Aena, el gestor de la red aeroportuaria nacional. Actualmente son cerca de 70 las aeronaves que aún se guardan en una quincena de aeropuertos.
De los que ya no están, unos fueron recuperados por sus dueños –incluso tras requerimientos legales publicados en el Boletín Oficial del Estado- y otros han sido vendidos al mejor postor en subastas públicas.
Aena tiene abiertos varios procesos para poder celebrar subastas y retirar los aviones que ocupan espacios destinados al estacionamiento en los aeropuertos (pero sin pagar las tasas que les corresponderían, con el consiguiente agujero económico para la compañía) o que están varados en terrenos próximos al perímetro exterior de los aeródromos.
El año pasado el gestor de los aeropuertos consiguió adjudicar en dos subastas un total de catorce aeronaves varadas en Barcelona-El Prat y en el pequeño aeródromo de Madrid-Cuatro Vientos. Y en 2017 también logró desprenderse de otros ocho aviones tirados en Madrid-Barajas. En muchos casos los adjudicatarios son empresas de desguace que venderán los aparatos por piezas y otras partes se convertirá simplemente en chatarra. Otros varios intentos de vender aparatos en otros aeropuertos han sido infructuosos y la subasta quedó desierta.
Tres subastas para retirar una veintena de aviones
En total, Aena ha conseguido vender 22 aviones por un importe conjunto de sólo 116.635 euros, según los datos obtenidos por El Independiente mediante varias consultas a través del Portal de la Transparencia. Una cantidad que cubre sólo una mínima parte de las deudas acumuladas por esos aviones durante años y años en concepto de estacionamiento (algunos de los subastados fueron abandonados en los años noventa, otros en los primeros dos mil).
El pasado septiembre, Aena organizó una subasta de aviones abandonados en el aeropuerto de Barcelona-El Prat. Adjudicó por 75.213 euros a la compañía valenciana Valle y Senda cinco aviones en un solo lote. La mayoría de las aeronaves son pequeñas (un Piper A-31 y tres Swearingen SA227), pero también había un avión comercial McDonnell Douglas MD-87, con capacidad para 130 pasajeros.
En la última subasta se han vendido 9 aviones por sólo 12.321 euros. Tres aparatos se adjudicaron gratis
El pasado noviembre se celebró también una subasta con 10 aviones tirados en el pequeño aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, uno de los centros con mayor número de aparatos abandonados en España. De una de las naves apareció in extremis su propietario, las otras nueve se adjudicaron a diferentes empresas y particulares por un importe total de sólo 12.321 euros. Tres de los aparatos se los llevó Producciones Euro-Ocio por entre 400 y 500 euros cada uno. E incluso una sociedad –la burgalesa Hierros Foro- se adjudicó otros tres aparatos, en segunda convocatoria, por cero euros.
La anterior subasta, celebrada en mayor de 2017, se saldó con ocho aviones adjudicados a empresas de desguace o de gestión de residuos por 29.101 euros (con diferentes precios que oscilaban entre los 2.000 y los 5.100 euros). El grupo Lajo y Rodríguez se llevó cinco de los aparatos, la firma de retirada y reventa de equipos Surus Inversa compró dos y Desguaces Tres Torres otro más.
Aena intentó una cuarta subasta de un avión localizado en el aeropuerto de Gran Canaria, pero finalmente quedó desierta. Ni se recibió ninguna oferta de potenciales licitadores ni siquiera nadie pidió una visita técnica al aeropuerto grancanario para conocer in situ el estado de la aeronave.
La ‘macrosubasta’ que viene
El grupo aeroportuario prepara otro gran proceso de venta de aparatos arrumbados. Éstos en Valencia. Aena ya ha cumplido con los requisitos legales de publicar tres anuncios en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en busca de los propietarios de las aeronaves y en el plazo de un año podrá celebrar una macrosubasta para colocar 24 aviones, la mayor puja de su historia.
Entre los aviones de Valencia se encuentra el figurado buque insignia de la enorme flota de aparatados abandonados en los aeropuertos de España. Se trata de un jumbo Boeing 747 que lleva allí desde hace una década, aparcado desde que quebró en mitad de la crisis económica la compañía aérea propietaria, la efímera Pronair.
Valencia es precisamente el aeropuerto en que más aviones han acabado abandonados. Actualmente hay 24 aparatos tirados en sus instalaciones, pero los registros de Aena desvelan que a lo largo de la historia el aeropuerto valenciano ha llegado a guardar un total de 35. Los otros aeropuertos que más aviones abandonados han llegado a soportar son Cuatro Vientos y Sabadell, con 30 aeronaves cada uno.
Desde Aena se explica que la inusual acumulación de aparatos abandonados en estos aeropuertos es consecuencia de la tradicional alta concentración de aviación ligera y de escuelas de aviación, lo que “ha propiciado que cuenten con mayor volumen de aeronaves con diversas casuísticas y susceptibles de declararse en situación de abandono”.
El largo proceso legal para moverlos
Hace más de un lustro un juez ya intentó subastar el jumbo de Pronair que yace en Valencia. Lo puso en venta por algo más de 2 millones para atender parte de las deudas que arrastraba la quebrada compañía. No hubo suerte. Ahora la que intenta volver a subastar el aparato es la propia Aena, la gestora del aeropuerto y que lleva una década obligada proporcionar aparcamiento gratuito a la aeronave.
Tras años en que nadie se hace cargo de los aviones y, por consiguiente, nadie paga los gastos de estacionamiento, cuando empieza a ser evidente que la aeronave ha quedado desatendida, entonces arranca el larguísimo proceso legal para declarar formalmente en situación de abandono los aparatos.
Para cumplir con la garantista y estricta legislación vigente, el gestor aeroportuario debe publicar tres anuncios en el BOE en meses consecutivos para buscar a los propietarios de los aviones. Tras la publicación de los tres reclamos públicos, y “transcurrido el plazo de un año desde la fecha de la tercera publicación sin que concurra reclamación del propietario, se estimará la presunción legal de abandono” del avión, según establece la Ley de Navegación Aérea.
Sólo entonces, transcurrido un año de los anuncios y tras años y años aparcados en los aeropuertos, Aena podrá abrir un proceso de venta pública en subasta para desprenderse de los aviones, y el importe obtenido quedará en beneficio de las arcas del Estado. Las cantidades primero se destinan a cubrir los costes y las deudas con Aena por guardar los aviones y sólo si las cantidades superan esas cantidades adeudadas, una parte van a parar al erario público. Nunca ha sucedido. Los importes de las ventas nunca han sido suficiente para resarcir la deuda con Aena.
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