La supervisora de Enfermería de la UCI del Hospital Gregorio Marañón, Cristina Díez, ha asegurado que la pandemia del coronavirus es "el momento más duro de toda su carrera profesional", más incluso que el atentado terrorista del 11-M.
"Hemos vivido el 11-M y momentos muy complicados pero esto ha sido un descalabro para todos a nivel emocional, asistencial y personal. Está siendo una agresión tan fuerte a todas las maneras que tenemos de tratarnos, de enfocar la asistencia sanitaria en nuestra UCI, que es de puertas abiertas, que fomentamos la relación con las familias y el enfermo y el vivir el aislamiento y familias y el propio aislamiento nuevos está siendo muy duro", ha relatado.
Así lo ha detallado en un testimonio facilitado por el Hospital Gregorio Marañón en el que relata la situación y el esfuerzo de los profesionales de la UCI, unidad donde se atiende a los enfermos más críticos, para asistir a enfermos de coronavirus.
Esta profesional sanitaria ha apuntado que la incidencia de esta enfermedad, que conlleva aislamiento de los enfermos, ha obligado a reconvertir "toda la filosofía de humanización del servicio" que llevaba desplegándose.
"Cuando empezó todo y veían la gravedad de la situación, cuando empezaron a llegar más pacientes y vieron que había que protegernos... la infraestructura y como manejar a estos pacientes fue complicado y tuvimos que adaptar nuestra forma de trabajar a esta situación", ha desgranado Díez.
También ha apuntado que las medidas de seguridad ante el coronavirus lleva a que "ahora las familias no ponen cara ni voz a las personas que cuidan a sus familia". "Y saben que los cuidamos, pero somos invisibles", ha relatado.
Díez ha asegurado que la "cantidad de cariño" que reciben de compañeros y pacientes que han superado la enfermedad es "espectacular" en materia de "refuerzo emocional", que sirve de "motor" para "ayudar a salir" de esta situación donde no se pueden "ni abrazar ni besar", algo que es "muy duro" cuando la forma de relacionarse con los demás es esa.
También ha dicho que el coronavirus afecta también a la forma de despedirse de los pacientes que no han sobrevivido, si bien desde el Gregorio Marañón se ha hecho "de la manera más humana posible",
"Para las familias de los pacientes, estamos tratándoles con todo el cariño, el mimo y el cuidado de siempre. Aunque no vemos y no nos vean estamos ahí para lo que necesiten. Espero que alguna vez nos puedan ver la cara, ponernos nombre y visibilizarnos para que sepan quiénes somos", ha proseguido.
De nuevo, ha asegurado que la parte humana y emocional del contacto "es lo que peor se lleva". "La carga asistencial o ponerte los EPI es una carga muy grande pero lo llevas. El dolor emocional es más fuerte", ha enfatizado.
Por ello, le gustaría que las personas pudieran verse las caras porque ahora, con los protocolos de protección, los compañeros solo ven "la mirada" de los profesionales médicos. "Y con ella ya sabemos si estamos cansados o necesitamos relevo", ha desgranado.
Pese a las dificultades que entraña la pandemia del coronavirus en materia de humanización de la asistencia, Díez ha asegurado que a algún paciente han podido "ponerle fotos de sus hijos para que pueda verlos cuando despierte, o música que le guste".
"Sabemos que nos quieren aunque no nos lo puedan demostrar como nos lo demuestran habitualmente. Ya vendrán tiempos de abrazos y de besos, de caricias y de celebraciones, porque entre todos lo vamos a conseguir", ha remarcado sobre las familias..
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