La primera sesión de control al Gobierno desde el 26 de febrero ha estado marcada por la dura respuesta del líder del PP, Pablo Casado, a Pedro Sánchez. La oferta de unos nuevos Pactos de la Moncloa y la sinceridad en torno a la propuesta, sobre todo tras enterarse Casado de la cita del jueves por los medios de comunicación, ha gravitado durante el intenso encontronazo. Sin aclarar Casado si acudirá mañana a a cita en Moncloa, ha emplazado a Sánchez a que "no nos venda su teatro de guiñoles, solo sabe que para cuando caiga el telón todos tenemos que ser responsables" de las conseucencias de Covid-19 en el ámbito sanitario, económico y social.

A la nueva oferta de pacto que le ha hecho Sánhcez ha recordado los epítetos que le dedicó la protavoz socialsita, Adriana Lastra, la semana pasada. "Inútil, indigno, irresponsable, incompentente, deselal... fue lo que me dedicaron cuando apoyamos el estado de alarma", ha reprochado Casado, Esta es la "desecalada política. Mientras con una mano ofrece pactos, luego suelta al doberman. A usted solo le interesa el poder". En una andanada contra Sánchez ha agregado que "ni sus compañeros le creen. Usted no es el rey por mucho que no defienda a don Felipe de los insultos de Igleias".

A cambio de esos pactos de la Moncloa, Casado le ha propuesto que, puesto que la representación de la soberanía reside en el Parlamento se residencia ahí e diálogo con "luz y taquígrafos", también en la Conferencia de Presidentes, en Pacto de Toledo o en la subcomisión del pacto educativo.

"Por una vez sea humilde, póngase la corbata negra y diga cómo pretende capear esta crisis". A lo que Sánchez le ha replicado que "le digo de corazón que los fallecidos compatriotas los siento como propios y tendrán su merecido reconocimiento. Las medidas están funcionando pues los contagios está en un 3 por ciento. Estamos tomando medidas duras que están teniendo eficacia, salvando vidas" al tiempo que le ha ofrecido otra vez, también de "de corazón" poner en marcha un pacto de reconstrucción. Sánchez ha sido muy cauto, muy prudente, intentando salvar la cita de mañana con el líder del primer partido de la oposición, que todavía está en el aire.