El sociólogo Narciso Michavila sigue de cerca el impacto de la pandemia causada por el coronavirus en la opinión pública española. La empresa que preside, GAD3, no ha dejado de trabajar estas semanas, eso sí, con encuestas telefónicas que sus empleados hacen desde casa.
En medio de la pandemia que estamos atravesando los cambios sociales, materia prima de la sociología, están en marcha. “La sociología ahora mismo es más necesaria que nunca, la sociedad que nos vamos a encontrar cuando salgamos de nuestras casas va a ser absolutamente diferente”, explica a El Independiente. “No somos conscientes de que ahora mismo estamos todos en un barco en el que hemos abandonado el antiguo mundo y somos como nuestros antepasados que cogieron un barco y se fueron a otro mundo distinto”.
La opinión pública, confinada por un mes, está en plena transformación, con unos cambios que se producen a gran velocidad, porque según apunta Michavila esto no es una crisis, es una megacrisis en la que se juntan una crisis sanitaria, con una crisis económica y de empleo y una crisis de modelo. “Nunca habíamos visto tantos cambios de ánimo y de opiniones como hasta ahora, faltan muchas semanas para que vaya cristalizando toda la opinión pública, pero, por ejemplo, una cosa curiosa en la primera ola [de un estudio que hace regularmente para ABC] es que solo uno de cada tres encuestado nos decía que el comportamiento de la sociedad era positivo, Ahora ya está en el 80%, nunca la auto imagen de la sociedad española, que siempre tenemos muchos complejos, ha sido tan positiva. Esto tiene mucho que ver con el comportamiento colectivo que ha habido”.
El Gobierno tendrá que tomar medidas duras que no quiera pero que no le va a quedar más remedio que tomar
Según Michavila, esta crisis va a dinamitar muchísimos de los paradigmas con los que analizábamos la sociedad y los que van a perder van a ser los políticos y su capacidad de imponer sus parámetros de entendimiento. “Esta crisis va a suponer el fin de las campañas electorales permanentes”, afirma el sociólogo. “Saldrá una sociedad mucho más humana, el que intente seguir con el manual tradicional de polarizar para buscar ventaja personal frente a lo colectivo saldrá perdiendo, porque esto no es una crisis es una megacrisis. Y esto vale para competidores políticos como para empresariales, las empresas que sepan colaborar, que entiendan el espíritu horizontal saldrán ganando”.
Una solidaridad horizontal que se ha desarrollado estas semanas y pone como ejemplo a los fontaneros, parados muchos de ellos, que se fueron a Ifema a montar las canalizaciones del oxígeno para las camas de los enfermos o la colaboración científica internacional para combatir al COVID-19.
Según los sondeos que maneja Michavila los alcaldes de los municipios son los que salen mejor parados en las encuestas, después las autonomías, especialmente las menos castigadas por la pandemia y, finalmente, el Gobierno. “Porque al Gobierno no se le culpa de haber creado la pandemia, porque la población es consciente de que es una cosa global, pero la gente no acepta la socialización de la responsabilidad, eso de tenéis que elegirme a mí, votarme a mí que yo voy a mejorar la vida y cuando hay algo imprevisible no vale el 'eso no lo vi venir'”, asegura. Con todo lo peor para el Gobierno no será la pandemia sino la gestión de la crisis: “El Gobierno va a terminar tomando decisiones que no quiere tomar, ya le pasó a Rajoy que dijo que no iba a hacer cosas y a la semana siguiente las tenía que hacer, como también le pasó a Zapatero. El Gobierno tendrá que tomar medidas duras que no quiera pero que no le va a quedar más remedio que tomar”.
Una sociedad que ya no existe
Michavila asegura que va a ocurrir lo mismo que pasó tras las guerras mundiales en las que la gente se preguntaba cómo los políticos les habían conducido a aquella situación. “Habrá un cuestionamiento muy serio por decisiones políticas, habrá una presión enorme para apartar al político de los centros de decisión”, asegura.
Para Michavila muchos de los análisis que se hacen de la situación actual parten del error de analizar "una sociedad que ya no existe y con un lenguaje que ya no existe y unos esquemas mentales que ya no existen. Al final de esto habremos tenido mucho tiempo de meditar qué modelo social tenemos y qué papel han ejercido en el modelo social los políticos”.
En este sentido cuestiona la manera de tratar a los ciudadanos: “Los políticos llevan mucho tiempo tratando a los ciudadanos como si fuera un menor de edad, y les daba miedo tomar decisiones duras porque pensaban que el ciudadano no las iba a entender. El decisor cree que hay que tratar a la sociedad como a un niño pequeño, pero la realidad es que cuando explicas las cosas, cuando explicas el porqué la gente responde. España está cumpliendo el confinamiento con un nivel de disciplina que es impresionante”, afirma.
Una experiencia directa
Para el sociólogo hay una diferencia fundamental entre esta crisis y otras más recientes que hemos tenido en las últimas décadas y es que ya cerca del 40% de los españoles conoce personas afectadas por el COVID-19. “Esta va a ser la primera vez desde hace ochenta años que la preocupación por la seguridad no está configurada por los medios de comunicación, porque en todos los casos recientes la mayoría social cuando se preocupaba por el terrorismo se preocupaba porque lo había visto en la tele, todo esto venía de manera indirecta. Todas las guerras en las que hemos estado implicados de alguna manera las hemos visto por la tele, esta vez tienes un 40% por ciento de la población que tiene un conocido directo que se ha contagiado. Por lo tanto, la capacidad que tienen las televisiones de configurar la opinión pública cada semana se va estrechando más".
Cambio de valores
La nuestra era una generación que daba por garantizada la supervivencia hasta los ochenta años, pero eso ha cambiado y ese cambio, según el sociólogo, implica cambios. “Se va a producir una vuelta a valores más tradicionales, por ejemplo, más respeto a la naturaleza, más valor por la familia, los cercanos, y se va a valorar más la confianza mutua, salir del individualismo en el que estábamos metidos y no valorar el éxito sólo en términos económicos de euros y dólares”.
En este sentido Michavila considera que la pandemia de COVID-19 va a acelerar mucho todo lo que es la “igualdad de géneros y en idear una respuesta más femenina a los problemas”, y considera que la lucha contra el cambio climático se va a ver beneficiada: “Se van a ganar dos décadas en la lucha contra el cambio climático porque tomamos conciencia de que no podemos ir cada uno a su interés particular, que tiene que haber una conciencia colectiva, que hay que cuidar el planeta”, asegura.
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