En el Valle de As Encrobas se esconde un lago especial. Nadie diría hoy que ese espacio estuvo marcado desde 1980 hasta enero de 2008 por la actividad de la mina de Meirama. Una mina que suministró 94 millones de toneladas de lignito a la central térmica de Meirama. Hoy, con el yacimiento agotado, gracias a la inversión de Gas Natural Fenosa, la ciencia y la naturaleza han devuelto la vida al valle de As Encrobas gracias al Lago Meirama.

“La explotación de la mina comenzó en el año 1980 y ha permanecido abierta 27 años, durante los cuales se extrajo lignito para alimentar a la central térmica de Meirama que producía toda la electricidad que abastecía a la comarca de A Coruña y las industrias de alrededor”, explica Jordi Delgado Martín, profesor de la Universidad de A Coruña y director del grupo de investigadores que han realizado el estudio y control de la calidad del agua del Lago Meirama.

La mina de Meirama en contextoLUIS SEVILLANO

La creación del Lago Meirama en el valle de As Encrobras, Cerceda (A Coruña) es una de las mayores actuaciones de rehabilitación medioambiental realizadas en España. La transformación de la antigua mina en un lago artificial ha generado un gran espacio protegido de biodiversidad que supondrá un impulso al desarrollo económico y turístico de la zona.

La creación del Lago Meirama es una de las mayores actuaciones de rehabilitación medioambiental realizadas en España

Todo empezó tras el cese de la actividad minera. Gas Natural Fenosa impulsó un proyecto de restauración de este enclave en el cual ha invertido 60 millones de euros. El proyecto comprende la creación de un lago artificial de 2,2 kilómetros de longitud y un kilómetro de anchura en el antiguo hueco de la mina. “El plan de restauración de la mina comenzó a diseñarse en el año 1985 y coincidiendo con la finalización de su explotación, en el año 2008, se puso en marcha”, matiza Delgado.

Para vigilar la calidad de sus aguas, se elaboraron diversos estudios y un estricto control con registros de más de 300.000 datos. Para ello Gas Natural Fenosa colaboró con el GEAMA (Grupo de ingeniería del Agua y del Medio Ambiente) de la Universidad de A Coruña y con la estación de hidrobiología del Encoro do Con de la Universidad de Santiago de Compostela.

El lago se ha llenado con el agua procedente de riachuelos que se encuentra en la cabecera de la cuenca.

El proyecto consideraba, además de la creación del lago, la restauración del espacio de su alrededor. El llenado del lago comenzó en el año 2008 y duró hasta abril de 2016. “El Lago Meirama se ha llenado básicamente con el agua procedente de riachuelos que se encuentran en la cabecera de la cuenca, por eso, aunque ha sido lento, la calidad del agua del lago es la misma que la de los ríos. Es buena”, añade Delgado.

Reserva hídrica de Galicia

Con el inicio de la inundación del lago se acometió un detalladísimo estudio sobre la evolución físico-química de un lago que, partiendo de la nada, se ha configurado como una de las principales reservas hídricas de Galicia.

La buena calidad de las aguas del Lago de Meirama y su enclave estratégico hizo que, en septiembre de 2013, Aguas de Galicia autorizara el aprovechamiento del lago como reservorio de agua para la ciudad de A Coruña y su área de influencia, con el objetivo de reforzar el sistema de abastecimiento de la comarca. “Es un uso singular, único en el mundo y muy importante en la zona, dado que la ciudad sólo cuenta con un pequeño embalse, que no puede crecer, y que produce carencia de agua cuando hay situaciones de escasez de lluvia. Por lo tanto, tener esta reserva de agua tan cerca de la ciudad es una garantía de suministro y de calidad para el futuro”, recalca el profesor.

Para A Coruña, el proyecto también ha supuesto un importante cambio a nivel paisajístico. A pesar de que Galicia cuenta con muchas reservas hídricas, el lago se ha convertido en una gran reserva de agua (148 hectómetros cúbicos) disponible para casi cualquier uso que se le quiera dar.

Biodiversidad

Esta rehabilitación ambiental ha generado un espacio propicio para el desarrollo de la biodiversidad, un espacio en el que Gas Natural Fenosa ha plantado más de 450.000 árboles y donde casi 840 especies vegetales y animales han sido ya identificadas, algunas de ellas de especial valor de conservación. “Los bosques de este espacio antes eran antiguas escombreras, el estéril que se sacaba de la mina y se vertía allí. Con el plan de rehabilitación se ha acondicionado, se ha perfilado, se ha echado tierra vegetal y ahora se encuentra en una situación natural. Si te dicen que este rincón antes era una mina, posiblemente no lo creas”, explica orgulloso Roberto González Philippon, subdirector de Operaciones de Recursos Naturales de Gas Natural Fenosa.

Lago Meirama

Todas las especies animales han repoblado la zona de forma natural. Foto: Universidad de Santiago

Todas las especies animales, y buena parte de las vegetales, han repoblado la zona de forma natural, sin que haya mediado la acción humana. Han encontrado en el Lago de Meirama un hábitat tranquilo y protegido. La conservación de este espacio natural se ha regenerado y ha propiciado la presencia de especies que han convertido este hábitat en un lugar propicio para el estudio y la divulgación de los valores naturales, contribuyendo al mismo tiempo a un desarrollo cultural y patrimonial de la zona en que se asienta. “Lo que en su día fueron unas escombreras ahora se han convertido en un pulmón”.

El proyecto de rehabilitación medioambiental de la mina de lignito de Meirama se ha convertido en una de las actuaciones medioambientales más importantes realizadas en los últimos años en España y da cumplimiento al compromiso de Gas Natural Fenosa de recuperar el espacio afectado por la actividad minera. Asimismo, la rehabilitación supondrá un impulso al desarrollo económico-turístico de la zona.


Este contenido ha sido elaborado con la colaboración de Gas Natural Fenosa