La tenista kazaja Yulia Putintseva pensaba que estaba sola en el hotel de Melbourne en el que guarda la cuarentena antes del Abierto de Australia. Pero, ¡oh, sorpresa!, por la moqueta apareció un pequeño ratoncito. Pablo Carreño colgó en su Instagram una foto de la comida que le subieron: una ensalada, un zumo y una manzana. "¿De verdad?", se preguntaba el español. La habitación de Paula Badosa no tiene ni ventanas.
El 8 de febrero está previsto que arranque en Melbourne el primer Grand Slam de la temporada. Pero la pandemia está convirtiendo las semanas previas en un caos. Hay 72 jugadores (casi un 25% del total) que no pueden salir de sus habitaciones hasta final de enero tras registrarse positivos en sus vuelos. El resto de tenistas tienen que guardar también 14 días de cuarentena, pero gozan de permiso para salir y entrenar cinco horas al día. El que desobedezca se enfrentará a una multa de 20.000 dólares australianos (unos 13.000 euros).
Las quejas de los tenistas crecen día a día y el número uno del mundo, Novak Djokovic, escribió este fin de semana una carta al director del torneo para pedir que se relajaran algunas medidas. Reclamó que los jugadores puedan recibir visitas de entrenadores y preparadores físicos, que se reduzcan los días de aislamiento y que se mejore la comida que reciben.
La contestación fue muy clara. "Están en su derecho de escribir listas con todas sus demandas, pero la respuesta es no", señaló hoy lunes el jefe de Gobierno del estado de Victoria, Daniel Andrews.
Tres vuelos con positivos
La organización fletó varios vuelos chárter para jugadores en los últimos días. En tres de ellos, procedentes de Los Angeles, Doha y Abu Dhabi, hubo positivos, por lo que las autoridades australianas ordenaron una cuarentena estricta de 14 días para todos los pasajeros. Dos semanas sin coger una raqueta para un tenista es demasiado tiempo, por mucho que se pueda hacer algún tipo de ejercicio en la habitación para mantener la forma.
Muchos tenistas se quejan de que el protocolo en caso de un positivo en el avión no era aislar a todos, sino sólo a la zona de alrededor del contagiado. "Semanas y semanas de preparación y trabajo duro tirados a la basura por un positivo en un avión que estaba prácticamente vacío. Lo siento pero esto es una locura", se quejó la tenista francesa Alize Cornet. Ante las críticas recibidas por muchos australianos, Cornet borró hoy el tuit y pidió disculpas.
Y es que Australia, que ordenó en 2020 uno de los confinamientos más duros del mundo, está conteniendo muy bien al virus y no quiere dar pasos hacia atrás en la lucha contra la pandemia. Melbourne lleva 12 días sin transmisión local, lo que supone un récord total. "No vamos a dar un trato especial a nadie", indicó el jefe de Gobierno del estado de Victoria, "porque el virus no trata a nadie de forma especial".
Una cuarentena más "amable" para las estrellas
Muchos de los tenistas que no pueden salir ni para entrenar -estrellas como Victoria Azarenka, Kei Nishikori, Sloane Stephens o Angelique Kerber- se quejan de que llegarán en condiciones mucho peores al inicio del torneo. Sin embargo, los grandes nombres del tenis están viviendo una cuarentena algo diferente.
Rafael Nadal , Novak Djokovic, Dominic Thiem, Serena Williams y Naomi Osaka, por ejemplo, decidieron viajar a la ciudad de Adelaida para pasar la cuarentena en casa privadas, algunas con instalaciones de tenis y gimnasio 24 horas.
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