El viaje duró más de lo que muchos preveían, pero acabó de golpe, como un mal sueño. La selección española se despidió de la Eurocopa 2020 en semifinales al perder la tanda de penaltis ante Italia (1-1) y dijo adiós a la posibilidad de recuperar el trono europeo. Quizás la mejor noticia para los de Luis Enrique es que hay futuro. Mucho futuro, según lo visto en esta Eurocopa.
Porque el presente es de la Italia de Roberto Mancini, que esperó agazapada en Wembley a España y encontró el premio en los penaltis. Federico Chiesa había adelantado a la "Azzurra" en el minuto 60 tras un contraataque de libro y Álvaro Morata envió el partido a la prórroga con un tanto en el 80'.
El mismo Morata, el mismo que recibió un saco de críticas en la fase de grupos, falló el penalti decisivo de España en la tanda -Olmo envió el primero a las gradas- y Jorginho metió a continuación para lanzar a Italia hacia la final del domingo, en la que se medirá al ganador del Inglaterra-Dinamarca de mañana.
España dice adiós con grandeza y con la cabeza bien alta. Empezó el torneo con gran parte de la afición desencantada, rodeada de un mar de dudas y con una lista de convocados polémica. Pero acaba la Eurocopa habiendo desplegado un fútbol de muchos quilates y con todo el futuro por delante. Si llegan alegrías en los próximos años será por gente como Pedri, Dani Olmo, Pau Torres o Unai Simón.
Tercera prórroga consecutiva para España
Tras dos prórrogas y una tanda de penaltis, España parecía haber agotado todos los cupos de la agonía en la Eurocopa. Pero esta selección de Luis Enrique tiene un cheque en blanco en lo que a sufrimiento se refiere. Porque tras vencer 5-3 a Croacia en la prórroga y tumbar a Suiza en los penaltis, España necesitó correr otras vez 120 minutos para buscar el premio ante Italia.
Luis Enrique volvió a sorprender de inicio con la suplencia de Álvaro Morata. Titular indiscutible en los primeros cinco partidos de la Eurocopa, el delantero de la Juventus se quedó en el banquillo junto a Pablo Sarabia para dar entrada a Mikel Oyarzabal y Dani Olmo.
Al delantero del Leipzig le tocó bailar con Chiellini y Bonucci, esos centrales que parece que llevan ahí más años que la propia Italia. Pero Olmo tiró de valentía y desparpajo y suya fue la única gran ocasión de España hasta el descanso, un disparo desde dentro del área que bloqueó Gianluigi Donnarumma. El resto, fue un ejercicio de posesión prácticamente estéril. La pelota, el control y los tiempos fueron de España, pero apenas inquietó al meta del Milan.
Una Italia lista y al galope
Esta Italia de Mancini ha demostrado desde el inicio de la Eurocopa que juega mucho y bien al fútbol. Superó la fase de grupos con siete goles a favor y cero en contra y después venció a Austria y a Bélgica para plantarse en semifinales. Y no tuvo ningún reparo en replegar, dejar la pelota a los españoles y esperar a la contra.
Y en una de esas llegó el gol de Chiesa. Una jugada rapidísima, con Donnarumma sacando desde el área y mandando a los italianos al galope hacia la portería de Unai Simón. Pim, pam, pum, diez toques, una transición a la velocidad del rayo y Chiesa mandando el balón al palo largo un golpeo repleto de clase.
Morata para lo bueno y para lo malo
Otra vez le tocaba remar a contracorriente a España. Un disparo de Busquets desde fuera del área lamió el larguero, Luis Enrique sacó los tanques, Morata y Gerard Moreno, y Mikel Oyarzabal tuvo el empate en un remate de cabeza solo delante de la portería. Si tenía que ocurrir, España quería morir de pie.
España se volcó en la portería de Donnarumma y en una pared perfecta llegó el gol del empate. Morata y Dani Olmo se inventaron un tuya-mía en la frontal del área que dejó al delantero de la Juventus solo ante el portero. El español no falló esta vez y definió con una tranquilidad pasmosa.
En la prórroga el partido no cambió de guion, con España dominando y exhibiendo piernas pese a todos los kilómetros acumulados. Bendita juventud de los Pedri, Olmo, Llorente y compañía. Y bendita veteranía de Busquets, ese jugador que nunca se apaga.
Pero los penaltis acabaron borrando la sonrisa de España. Unai Simón comenzó parando el disparo de Locatelli, pero Olmo envió el suyo a las nubes acto seguido. Belotti, Gerard Moreno, Bonucci, Thiago y Bernardeschi no fallaron, hasta que le llegó el turno a Morata, que se topó con Donnarumma. Jorginho engañó a continuación a Unai Simón y clasificó a Italia.
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