Son siete horas y media en el mejor de los casos. Sin parar, recorriendo 576 kilómetros en coche, bordeando Kioto, pasando por Nagoya, viendo el Monte Fuji y al final, Tokio. El increíble viaje que tendrá que hacer Saúl Craviotto para poder abanderar a España en la ceremonia inaugural de los Juegos de Tokio 2020 despeja cualquier duda sobre su compromiso.
El doble campeón olímpico en piragüismo tendrá el honor de portar la bandera de España junto a la nadadora Mireia Belmonte en el Estadio Olímpico de Tokio. Será la primera vez que haya dos deportistas de abanderados en una ceremonia de inauguración de unos Juegos.
A Mireia le pillará bastante cerca. Ella está instalada desde el miércoles en la Villa Olímpica y tardará apenas 20 minutos en llegar al estadio. Craviotto, en cambio, se tiene que recorrer medio Japón.
Craviotto no puede entrar todavía en la Villa
El equipo español de piragüismo masculino, con Craviotto a la cabeza, aterrizó en Tokio el día 18, pero nada más llegar a tierras niponas se trasladó a la localidad de Kyotango para ultimar su preparación para los Juegos. Muchos se preguntarán entonces por qué no se queda en la Villa junto al resto de atletas españoles de los JJ.OO. Y la razón es una norma del Comité Olímpico Internacional: los deportistas solo pueden alojarse en la Villa cinco días antes de su competición. Y el piragüismo de aguas tranquilas no comienza hasta el 1 de agosto.
Craviotto está en Kyotango entrenando junto a sus compañeros Marcus Cooper Walz, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo, con los que peleará por las medallas en K4-500 el 7 de agosto. Dos días antes, el abanderado español buscará el metal en el K200.
Como las ceremonias de inauguración están siempre rodeadas de secretismo, todavía no se sabe cuántos atletas españoles desfilarán. Craviotto lo único que tiene claro es que un autobús de la organización le recogerá a las 8 de la mañana en su alojamiento para llevarle a Tokio. Sin tráfico y sin parar, el viaje durará unas siete horas y media. Contando algo de atasco y un par de paradas, el trayecto se puede ir a las nueve o diez horas.
En el mejor de los casos, Craviotto llegaría a la capital japonesa sobre las cuatro de la tarde y la ceremonia arrancará a las 20:00 horas. Si todo se complica, el español tendrá algo más de margen, pues antes del desfile está el espectáculo audiovisual propiamente dicho. Además, la delegación española saldrá en el puesto 88 del desfile.
"Me espera un viaje bastante largo y en cuanto llegue, preguntaré qué nos vamos a encontrar. Pero sea lo que sea, seguro que es algo precioso y estoy con muchas ganas de vivirlo", ha expresado el palista. “Lo único que sé es que voy con Mireia, no sé mucho más, si llevaremos una bandera o dos”. Tras la ceremonia, Craviotto dormirá en un hotel de Tokio y al día siguiente tomará el camino de vuelta: otros 600 kilómetros en autobús para volver a Kyotango.
"Vamos a dejarnos la piel"
Craviotto ha querido dejar claro a su llegada a Tokio que las medallas son su objetivo. Aunque ya ha participado en tres ediciones de los Juegos y aunque ya se ha colgado dos oros, una plata y un bronce, él tiene claro a sus 36 años que todavía puede morder alguna presea más. "Vamos a dejarnos la piel", ha dicho a los periodistas el palista catalán.
“En estas últimas horas sientes una mezcla de alegría y nervios. Yo estoy deseando vivir el momento de llevar la bandera. Va a ser el momento más bonito de mi carrera deportiva”, ha añadido Craviotto. “Que se celebren estos Juegos es algo ilusionante, no solo para España, sino para la humanidad. Que se celebre esto, que engloba todos los continentes, todos los países, tantas culturas y que podamos competir… Vamos a intentar arrasar en estos Juegos”.
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