Kristian Blummenfelt está feliz, está cruzando una meta que le dará una medalla de oro, campeón olímpico de triatlón. Pero el noruego, un toro, no puede más. Cae al suelo, vomita, desfallece. "¡Una silla de ruedas!", piden los organizadores. Las piernas no responden después de 1:45:04 horas de esfuerzo.

No son ni las 8:30 de la mañana en Tokio y el ambiente ya es una sauna. El termómetro roza los 30 grados en el Odaiba Marine Park, los brazos de los voluntarios están sudorosos y las camisetas, mojadas. Hoy por lo menos las nubes ocultan algo el sol, pero la sensación de agobio y bochorno sigue ahí, perenne. Una amenaza constante para los deportistas en los Juegos Olímpicos de Tokio. (Consulte aquí el calendario completo de Tokio 2020)

"Nunca he competido en unas condiciones tan extremas", comenta la tenista española Paula Badosa tras su debut del sábado en el Ariake. El tenis es un deporte en el que los jugadores están más que acostumbrados al calor: Australia, Miami, el desierto californiano de Indian Wells o Nueva York en pleno verano son los escenarios de algunos de los torneos más importantes del calendario. Pero la humedad que hay en Tokio es incomparable. "El calor es muy duro, pero lo que me mata más es la humedad. Te deja muy agotada”, asiente Badosa con las mejillas rojas.

El tenis activa la regla de clima extremo

Las condiciones llevaron a la Federación Internacional de Tenis a aplicar desde el mismo sábado la regla de clima extremo, lo que permite más tiempo de descanso a los jugadores y un parón de diez minutos entre el segundo y el tercer set. En las pistas hay neveras con hielos para que los tenistas llenen las toallas y se refrescan y también disponen de unos tubos de aire frío detrás de los asientos durante el cambio de lado. "Yo no entiendo por qué los partidos no empiezan a las tres de la tarde (...) Te sientes deshidratado y el aire no circula", se queja Novak Djokovic, el número uno del mundo.

Un día antes de que empezará el tenis, uno de los deportes que más está sufriendo el calor, ya se había producido el primer susto. La rusa Svetlana Gomboeva, de tiro con arco, se desmayó por un golpe de calor y precisó ayuda de los médicos y de sus compañeros de equipo. "No pudo soportar estar todo el día ahí fuera con el calor", señaló su entrenador, Stanislav Popov. "Veníamos de entrenar en Vladivostok, donde hacen unas temperaturas similares, pero la humedad juega un papel muy importante aquí".

Tokio 1964 se movió a octubre por el calor

Los Juegos Olímpicos de verano se suelen disputar en los meses de julio y agosto. Sin embargo, los de Tokio 1964 se movieron al mes de octubre para evitar los meses de más calor. Y desde aquel año, la temperatura media en Tokio ha aumentado en cerca de dos grados, según el propio gobierno japonés.

De hecho, un nuevo informe publicado hace unas semanas en Reino Unido por la British Association for Sustainable Sport (Asociación Británica para el Deporte Sostenible) advertía ya de que el calor y la humedad «podrían suponer una importante amenaza para los competidores» Tokio.

En vista de esa previsión, el Comité Organizador de Tokio 2020 decidió que las pruebas más extremas no se disputen en la capital. Así, los eventos de maratón y marcha serán en Sapporo, al norte del país y con una temperatura varios grados inferior a Tokio. Por su parte, la carrera de ciclismo en ruta arrancó en la ciudad, pero escapó después de los rascacielos para terminar en el circuito de Fuji.

“Dependiendo del deporte, vamos a intentar evitar las partes más calurosas del día, pero eso no se puede con todos los deportes", dice un portavoz de Tokio 2020 sobre posibles cambios de calendario. "Tenemos un panel de expertos que está ayudándonos y trabajando con todos los deportes para darnos todo el apoyo que necesitamos”. De momento, parece que a partir de mañana viene un respiro en forma de tifón: ahí el problema va a ser recolocar todas las pruebas al aire libre que se puedan cancelar.