Sí, se podían organizar unos Juegos Olímpicos de una manera más o menos segura en plena pandemia mundial. Fueron sin público, pero fueron. Lo festejaron los organizadores y lo disfrutaron como pudieron los deportistas, aunque el vacío de los estadios y las mascarillas será las imágenes icónicas de Tokio 2020, su sello.
Los Juegos de Tokio ya son historia y la llama olímpica camina ya hacia París 2024. Faltan dos años, 11 meses y 17 días, un total de 1083 días que conformarán la Olimpiada más corta de siempre.
"Después de aceptar la decisión de no tener espectadores, tengo que admitir que estaba preocupado de que fueran unos Juegos sin alma. Pero lo que hemos visto es totalmente diferente", ha señalado el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. "Los atletas lo han dado absolutamente todo por darle un alma olímpica a estos Juegos".
Atrás quedan unos Juegos extraños pero que dejaron enormes historias detrás. Como que la cabeza de una de las mejores deportistas de la todos los tiempos dijera basta a las puertas de la gloria. Como que dos atletas decidieran compartir un oro. Como que el deporte todavía busca a un atleta que se le acerque en carisma a Usain Bolt. A continuación, un repaso a algunos datos y momentos inolvidables que nos dejan estos Juegos:
No ha habido ningún macrobrote de coronavirus
La pandemia obligó a retrasar la cita olímpica un año y era el principal enemigo de los Juegos. A las pocas semanas de la Ceremonia Inaugural, el Comité Organizador anunció que no habría público en las gradas para evitar que el virus se extendiera. Durante los Juegos, Tokio ha registrado los peores datos de contagios desde el inicio de la pandemia y el domingo se contabilizaron más de 4.000 casos por quinto día consecutivo.
Sin embargo, todavía no existe una relación entre la celebración de los Juegos y ese aumento de casos. De hecho, según los datos del Comité Olímpico Internacional apenas ha habido 175 positivos de personas relacionadas con los Juegos. En los aeropuertos se realizaron 42.681 tests a la llegada de las delegaciones y periodistas (37 positivos, una tasa de positividad inferior al 0,09 por ciento) y durante las dos semanas de competición se llevaron a cabo 624.364 nuevos controles, con 138 positivos, menos del 0,02 por ciento.
Simone Biles rompe un tabú
La gimnasta estadounidense estaba llamada a ser la gran protagonista de los Juegos. Lo fue, pero no por llevarse otra montaña de oros como todos esperaban. Es más, se fue con una plata y un bronce, algo que no entraba en ninguna quiniela. Biles será el rostro de estos Juegos por romper un tabú y poner sobre la mesa el debate de los problemas de salud mental de los deportes.
«Al final no somos un simple entretenimiento. Somos humanos y hay cosas detrás que no se ven y con las que intentamos lidiar. Incluso estando en la cima del deporte», dijo Biles en Tokio, donde se retiró antes de la final por equipos al no soportar la enorme presión que tenía sobre sus hombros. Después sólo participó en la barra fija, pero su victoria fue otra, porque Biles se llevó el aplauso unánime de prácticamente todo el deporte internacional por lo que hizo. Quizás sea un punto de inflexión para el deporte, las exigencias, las presiones y los kilos y kilos de pastillas que se toman muchos atletas para aguantar lo inaguantable.
El doble oro en salto de altura
«¿Podemos tener dos oros?», preguntaron el qatarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi a los jueces. Los dos atletas saltaron 2,37 metros en la final de salto de altura sin cometer un solo fallo y después de que los dos derribaran res veces la barra en 2,39 metros, llegaron a un acuerdo para no celebrar el desempate y recibir cada uno una medalla de oro.
La decisión de los atletas -y de los jueces- provocó una lógica polémica. ¿Por qué dos deportistas se niegan a competir hasta el final? ¿Y si dos selecciones de fútbol piden dos oros después de 90 minutos de partido y prórroga?
La frustración del campeón
La actuación de Novak Djokovic en Tokio también será recordada, pero no precisamente por algo bueno. El tenista serbio, indiscutible número uno, llegaba como el gran favorito para el oro, el único título que le faltaba en su brillante trayectoria. El oro supondría cerrar el círculo tras varias decepciones en Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016.
Todo iba por el buen camino hasta que perdió en semifinales ante Zverev tras haber ganado 6-1 el primer set. El serbio se desmoronó y en el partido por el bronce ante el español Pablo Carreño perdió los papeles. Tiró una raqueta a la grada y después estampó otra en la red, justo donde los aros olímpicos. Una fotografía que le perseguirá siempre. «No es bonito, pero es parte de lo que soy. No me gusta hacer esas cosas, lo siento por enviar ese tipo de mensajes. Pero al final y al cabo somos seres humanos y a veces es difícil controlarse», ha comentado.
El récord de Allyson Felix
Treinta y cinco años, madre y una carrera de leyenda a sus espaldas. Pero Allyson Felix quería más. La legendaria atleta estadounidense no se conformaba con lo que tenía y aterrizó en Tokio con ganas de más.
Y lo logró. Primero un bronce e los 400 metros y después un oro en el 4×400 para alcanzar las 11 medallas olímpicas (siete de oro, tres de plata y una de bronce).
Con su última medalla, la atleta que dio a luz en 2018 superó el récord de diez medallas para un deportista olímpico de atletismo, hasta ahora en posición del estadounidense Carl Lewis y de la jamaicana Merlene Ottey.
Laurel Hubbard, la primer mujer trans en unos Juegos
Los Juegos de Tokio también serán recordados por ser los primeros en los que compitió una mujer transgénero. Tras la enorme polémica que había suscitado Laurel Hubbard antes de la competición, la levantadora de pesas neozelandesa fue eliminada a las primeras de cambio.
«Somos humanos y, como tal, espero que con sólo estar aquí sea suficiente para lograr un mejor entendimiento de la comunidad trans», señaló la atleta. Sin embargo, pidió que su actuación no fuera aclamada como algo histórico. «A medida que avanzamos hacia un mundo nuevo y más comprensivo, la gente empieza a darse cuenta de que las personas como yo son sólo personas».
Tres récords en atletismo y un nuevo rey del 100
El atletismo, el deporte rey, dejó varias imágenes para el recuerdo. Sin dudas, quizás lo más impactante fue ver al italiano Marcell Jacobs convertirse en el nuevo rey de la velocidad, el sucesor de Usain Bolt en los 100 metros. Apareció de la nada y se llevó un oro para dejar boquiabierto a medio mundo.
El mismo asombro debió causar el brinco de la venezolana Yulimar Rojas, que pulverizó el récord del mundo de triple salto para dejarlo en 15,67 metros. Pero quiere más. «Los 16 metros son parte de mi lucha diaria y vamos a ir poco a poco a seguir dándolo todo en lo que quede de mi carrera», señaló. Los otros récords que cayeron fueron los de 400 vallas tanto masculino como femenino, con el noruego Karsten Warholm (45,94 segundos) y la estadounidense Sydney McLaughlin (51.46).