Vestido de corto, era un futbolista corriente. De traje, es el dirigente más poderoso del fútbol español. La de Luis Rubiales es la historia de un hombre de éxito: un señor que nada más colgar las botas se convirtió en el portavoz de los futbolistas y que fue escalando en las instituciones hasta llegar en 2018 a presidente de la Federación. Por el camino ha esquivado varios episodios oscuros, pero el caso del contrato con la Supercopa en Arabia Saudí amenaza ahora su supervivencia.
El miércoles, 48 horas después de que estallara la polémica con los audios entre Rubiales y Gerard Piqué publicados por El Confidencial, el máximo mandatario del fútbol español dio sus primeras explicaciones públicas. Y, como era de esperar, se defendió atacando. En un tono bravucón, rechazó dimitir, defendió con uñas y dientes su gestión, aseguró ser víctima de una mafia y repitió una y otra vez que no existe ningún tipo de conflicto de intereses.
"Nosotros no hemos pagado un solo euro de comisión a Piqué. Quien paga a Kosmos (la empresa del jugador del Barcelona) es Arabia Saudí, no hay relación económica entre nosotros y Piqué. Así que no hay conflicto de competencias", señaló el presidente. Sin embargo, esa respuesta sigue sin convencer a muchos de sus críticos, que sí ven un claro conflicto de intereses: primero, porque Piqué es un futbolista en activo y participa en la competición que está ayudando a organizar; y segundo, porque parte del sueldo de Rubiales depende de qué equipos vayan a jugar dicha competición. Todavía quedan asuntos por resolver y audios por escuchar.
El 75% de su sueldo de 2021 fue por variables
Tal y como está estipulado en los estatutos de la RFEF, gran parte del sueldo del presidente es variable. Lo es así desde 1991, tres años después de que Ángel María Villar asumiera el sillón presidencial. En la última época de Villar, el fijo era el mismo que el actual con Rubiales: 160.000 euros brutos. Sin embargo, el sueldo variable se ha disparado desde que Rubiales ganara las elecciones en 2018 tras la detención de Villar por corrupción, en gran parte porque la entidad ha multiplicado sus ingresos.
Me siento bien pagado por la federación"
Luis Rubiales
Hasta 2020, el variable era el 0,6% de los ingresos por patrocinios (con un máximo fijado en el 0,175% de los ingresos propios), pero en 2020 la Asamblea de la RFEF realizó un cambio: el porcentaje máximo se reducía del 0,175% al 0,15%, pero ahora el porcentaje se calculaba sobre los ingresos totales liquidados quitando las subvenciones públicas. Es decir, por cada operación que cierra la RFEF, Rubiales se embolsa el 0,15%.
Con estas cuentas, la federación hizo públicos recientemente los emolumentos que percibió Rubiales en el ejercicio de 2021: 634.518,19 euros brutos, una cantidad que se queda en 339.237,12 euros después de impuestos. Restando los 160.000 euros fijos, el sueldo en variables fue de 474.518,19 euros, es decir, un 74,79% del total. A su sueldo como presidente de la RFEF hay que sumar los 250.000 euros que se lleva cada temporada de la UEFA como vicepresidente de la confederación europea. Semejante salario le han permitido hacerse con un ático de lujo en Madrid valorado en casi dos millones de euros, según publicó El Confidencial.
"Tengo una estructura salarial aprobada en Asamblea, que consta de un fijo menor y un variable que está ligado a la gestión", explicó el miércoles en la rueda de prensa desde la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Es una fórmula para no encadenar a la federación con un gran salario. Y me siento bien pagado. Cuando llegué la federación generaba 146 millones de euros y ahora genera más de 400 millones".
Luis Rubiales: futbolista modesto y sindicalista
Todos estos números sonaban muy muy lejanos al Rubiales de hace unos pocos años. Nacido en Gran Canaria el 23 de agosto de 1977 pero crecido en Motril, Rubiales tuvo una carrera futbolística tan larga como discreta. Jugó la mayor parte de su trayectoria en equipos de Segunda División y Segunda B, aunque también defendió los colores del Levante en Primera. Pundonor Rubiales le llamaban por su entrega y su fuerza para superar lesiones.
Un año después de colgar las botas, se hizo en 2010 con las riendas del sindicato de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y desde ahí empezó a tejer las relaciones que le llevaron a presidir la federación deportiva más importante de España. Cuando llegó a la AFE, el presidente del sindicato no tenía un un sueldo y los estatutos prohibían de hecho que se cobrara. Al poco tiempo, Rubiales y otros seis miembros de su Junta se repartían casi 600.000 euros entre todos.
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