Igualdad total entre Marruecos y la vigente subcampeona del mundo en el primer enfrentamiento del Grupo F, con el que se cruzará España en caso de superar la primera fase. El encuentro, muy disputado en el medio campo y con poca actividad en las áreas, ha sido el clásico de dos equipos que debutan en el torneo y que saben que el resultado del choque marcará de manera significativa su destino en el Mundial.

La selección africana, que cuenta con una de las mejores generaciones de su historia, ha comenzado muy bien posicionada sobre el césped y ha planteado un arranque en el que el equipo era un bloque que defendía unido pero con todos sus futbolistas listos para contragolpear. Este papel dejó a Croacia como dominadora del balón, aunque en el primer tiempo se trató de una posesión concentrada en zonas que no ponían en riesgo a Marruecos y en las que Modric, mejor jugador del Mundial de 2018 y estrella de Croacia, no pudo ocasionar grandes problemas a los africanos.

En el tramo final de los 45 minutos iniciales el partido se agitó. Marruecos tomó protagonismo y parecía más cerca de abrir el marcador, sin embargo, Croacia metió miedo al filo del descanso con un remate desde el área pequeña que desbarató Bono y con un zurdazo de Modric de volea que se fue alto.

Los dos equipos salieron del descanso con más desparpajo y, en cierto modo ya que el resultado final fue un 0-0, el partido se rompió. Los leones del Atlas tuvieron varias aproximaciones a la portería croata, pero el cojunto ajedrezado siempr mostró cierta amenaza y recuperó la iniciativa.

El empate deja el Grupo F con todas las posibilidades abiertas. Marruecos y Croacia, con sus partidos pendientes ante Bélgica y Canadá, son las dos favoritas a acompañar a los centroeuropeos a avanzar a la siguiente ronda, aunque no hay que descartar a los norteamericanos como candidatos a dar la sorpresa.