Demostración de poder se queda corto para aludir a la exhibición de Brasil sobre el césped del 974 ante Corea del Sur. Apabullante, arrollador, imparable y sobre todo feliz, son los mejores adjetivos para describir a Brasil en este Mundial, en general, y a su choque de octavos de final con Corea del Sur en particular, donde los jugadores han bailado hasta cuatro veces, al son de cada uno de los tantos anotados. Hasta el seleccionador de Brasil, Tite, se aventuró a danzar en el gol de Richarlison en una de las imágenes de la competición.

La pentacampeona y principal favorita al título en Qatar ha mostrado todo su potencial a Corea del Sur. Lo que se preveía como un partido en el que las opciones de los asiáticos pasaban por extender lo máximo posible el 0-0 inicial se desbarató a los siete minutos, cuando los americanos hicieron temblar sus cimientos de Corea del Sur con un primer golpe letal.

El extremo del FC Barcelona Raphinha aceleró por la derecha y encontró la superioridad gracias a su regate, pisó línea de fondo y puso un pase de la muerte que recogió Vinicius Júnior. El madridista hizo gala de su calidad y de la templanza que tantó se le reclamó en sus inicios en el Real Madrid, paró el esférico, colocó el cuerpo y, con calma, anguló su remate hacia la escuadra izquierda para esquivar a una maraña de defensores y marcar el 1-0.

El camino de Brasil hacia los cuartos de final parecía mucho más llano con el 1-0, aunque terminaría por ponerse cuesta abajo a los pocos minutos. Richarlison se adelantó a un Woo-Young Jung y se anticipó cuando el coreano quería despejar dentro de su área. Penalti a favor de Brasil que Neymar no perdonaría para sumar su primer gol en el Mundial y sonreír después de su esguince en la fase de grupos frente a Serbia.

La losa del 2-0 ya se antojaba imposible para Corea del Sur, pero por si acaso, una combinación entre los centrales Thiago Silva y Marquinhos en el balcón del área rival habilitó al '9', Richarlison, que se sumó a la fiesta de la canarinha y puso su firma con una definición a la altura del Mundial que está realizando. La ventaja era irrecuperable para Corea del Sur y dejaba a Brasil con un panorama ideal, sin tener que proponer y con posibilidad de correr para machacar a los asiáticos.

Vinicius, Neymar, Raphinha, Richarlison y Paquetá querían más. Los atacantes brasileños tejían jugadas con total libertad y los coreanos solo podían mirar. Una galopada de Vinicius por la izquierda dejó una de las asistencias del Mundial. El talento de São Gonçalo se abrió hueco y, como si estuviera en una playa de Copacabana, puso una picada de fútbol playa a Paquetá, que de cara y con todo a favor no perdonó. 4-0 en menos de 40 minutos.

El descanso frenó a los de Tite, con el estómago lleno después de una primera parte en la que aniquiló a Corea del Sur. Pese a ello, Raphinha tuvo varias ocasiones y Seung-Gyu Gym se destacó como uno de los mejores del choque. Los coreanos mostraron su lado más competitivo y sacaron orgullo para intentar minimizar la desventaja.

Alisson, hasta ahora inédito en el Mundial, tuvo que emplearse en varias ocasiones y enseñó al mundo que detrás del elenco de estrellas brasileñas hay un portero al mismo nivel. A menos de 15 minutos para el pitido final, Corea del Sur consiguió recortar diferencias con un golazo desde la lejanía de Seung-Ho Paik, que con su zurdazo tras una falta lateral maquilló el marcador.

La victoria de Brasil la convierte en equipo de cuartos de final, donde se encontrará con la vigente subcampeona del mundo, Croacia, con la que luchará por un puesto en las semifinales. El Croacia-Brasil será el viernes 9 de diciembre a las 16.00 horas en el Education City, el estadio de la jequesa Moza.