Borisa Simanic, ala-pívot del Casademont Zaragoza, podría haber muerto desangrado por el codazo que sufrió durante el partido que enfrentó a su selección, Serbia, con Sudán del Sur, en el Mundial de baloncesto. Sin ir más lejos, perdió 2,5 litros de sangre según ha revelado Dragan Radovanovic, médico de la selección balcánica.

«Debido a los cambios de la vitalidad del tejido del riñón, había que extraerle con la intervención quirúrgica todo el riñón», contó sobre lo sucedido Dragan Radovanovic en ‘Kurir.rs

«Si no hubiera sido operado por primera vez, su vida habría estado seriamente amenazada porque habría muerto desangrado. Si hubiésemos esperado al día siguiente por la mañana…», desveló.

Perdió un riñón porque no había ningún médico en el hospital

Sobre el riñón que perdió Borisa Simanic, comentó: «El riñón no pudo sobrevivir, hubo muerte postraumática del tejido, complicaciones y fuga del contenido del riñón hacia la cavidad intestinal, inflamación del tejido abdominal y posible sepsis. Y nuevamente no había ningún médico en el hospital».

Por último, cuestionado sobre si el ala-pívot del Casademont Zaragoza volverá a jugar al baloncesto, señaló: «La recuperación avanza satisfactoriamente, Borisa viene regularmente a los controles y le va muy bien. Se siente mucho mejor, se está rehabilitando psicológicamente y eso es algo importante después de todo lo que ha pasado. Ahora necesitamos tiempo».

Simanic fue operado dos veces

Borisa Simanic fue operado tras el codazo que sufrió en el Mundial de baloncesto y nuevamente el pasado mes de septiembre. «Tras la aparición de complicaciones en el riñón lesionado en el postoperatorio, Borisa Simanic fue operado nuevamente el 3 de septiembre, debido a cambios en la vitalidad del tejido renal, fue necesario extirpar quirúrgicamente todo el riñón», informó entonces la federación serbia en un comunicado.

Por su parte, Nuni Omot, que fue el jugador que propinó el codazo a Borisa Simanic, aseguró que «no quería hacer una jugada sucia» y mandó «sinceras disculpas» al balcánico, al que deseó «una rápida recuperación».