La defensa de la parte suroeste de los Alpes suizos invadió el pensamiento de dos pioneros justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Los entonces capitanes de la Brigada de Montaña número 10 del ejército helvético, Roger Bonvin y Rodolphe Tissières, qusieron probar el compromiso de sus hombres para lo que podía venir con una retorcida travesía de montaña de cuatro días. El reto, completar la ruta en una sola etapa.
La línea recta que une Zermatt y Verbier es de 57,5 kilómetros; sin embargo, la alta montaña deja poco -o ningún- margen para recorrer el camino más corto, por lo que el trayecto real ronda los 100 kilómetros. La ocurrencia de los que posteriormente serían consejero federal, Bonvin, y consejero nacional y fundador de Téléverbier SA, Tissières, se convirtió en competición por primera vez en abril de 1943. "Así nació la Patrouille des Glaciers", señala la página del evento.
La Patrouille des Glaciers (Patrulla de los Glaciares) se corrió cada dos años hasta 1949, fecha trágica en el cantón del Valais por la muerte de una patrulla militar participante. Los tres integrantes de la patrulla desaparecieron en una grieta del glaciar Mont Miné, entre Zermatt y Arolla. Ocho días después, los peores presagios se confirmaron con el hallazgo de los cadáveres.
"A la euforia de los primeros días le siguieron imágenes de desolación en las noticias. Las regiones montañosas quedaron devastadas y el entonces Departamento Militar Federal prohibió el evento", apunta la web de la carrera.
La que es conocida como la carrera de esquí de travesía más dura del mundo quedó en estado de espera durante más de 30 años. En 1983, los herederos de Bonvin y Tissières dieron otra oportunidad a este recorrido que combina esquí de travesía con escalada y que, para los más fuertes, se plantea casi como una gran clásica de ciclismo en la que hay que atacar en el momento justo: "Los suizos han salido muy fuertes. En la primera parte ya nos han sacado tres minutos que eran difíciles de recuperar, pero hemos seguido atacando y a mitad de la primera subida los hemos superado", apuntaba el mismísimo Kilian Jornet en Desnivel tras conseguir la victoria en 2012.
El resurgir de la Patrouille des Glaciers
La recuperación de la carrera fue aprobada por el jefe de instrucción del ejército, Roger Mabillard, que encargó la organización a Adrien Tschumy, comandante de la Brigada de Montaña número 10.
"La noche del 5 al 6 de abril de 1984, 187 patrullas partieron de Zermmat y Arolla hacia Verbier. Se hizo todo lo posible para garantizar la seguridad de cada parte de esta carrera de alta montaña. Esta responsabilidad fue claramente asignada al mando del ejército y así sigue siendo hasta el día de hoy", indican los organizadores.
El nuevo plan para la Patrulla de los Glaciares, además de permitir la participación de mujeres desde 1986, tenía una ruta alternativa más corta, desde Arolla, para que los civiles tuvieran más opciones de completar el trayecto. En 2006, el número de participantes era tan elevado que el comando decidió organizar dos salidas desde Zermatt, algo que ya se hacía en Arolla.
Esquiadores recorren la ruta entre Zermatt y Verbier en la Patrouille des Glaciers
Piolet, esquís, pieles de foca, arneses, cuerda, pala, linterna, gafas, botiquín o sistemas de detección de víctimas de aludes son algunos de los elementos obligatorios para participar en la carrera. Los participantes están sujetos a normas antidopaje y durante la carrera se realizan controles.
Este lunes 15 de abril vuelve la Patrulla de los Glaciares, que cumple 40 años desde su regreso. "No ha dejado de crecer desde entonces, organizando en varias ocasiones campeonatos mundiales de esquí de montaña en su recorrido y alcanzando su tamaño máximo en 2022, con una pausa en 2020 provocada por la pandemia", describe la que se ha convertido en una instituición dentro del cantón suizo.
Para las Fuerzas Armadas, la Patrulla de los Glaciares sirve para instruir en conocimientos de montaña a diferentes tropas de infantería a la vez. "Una situación en la que todos salen ganando entre un entrenamiento militar y un gran evento deportivo en el corazón de los Alpes", explica el comandante de la Patrouille des Glaciers, Christian Sieber.
Más de 1.600 miembros de las fuerzas armadas y 700 de la Defensa Civil del cantón de Valais, 40 guías de montaña, especialistas en avalanchas y perros guía, así como unos 160 profesionales sanitarios y 30 médicos y enfermeros, colaborarán para hacer posible el acontecimiento.
Punto de control de la Patrouille des Glaciers
Miembros del ejército suizo recogen basura en los Alpes tras la carrera
La carrera se prolonga hasta el domingo 21 para los amateur, mientras que los deportistas profesionales o militares de élite son capaces de completarla en poco más de 7 horas, como ha sucedido en las últimas ediciones. El récord lo firmó la patrulla italiana formada por Robert Antonioli, Matteo Eydallin y Michel Boscacci, que pararon el crono en 5 horas, 35 minutos y 27 segundos en 2018.
En 1944, los ganadores llegaron a Verbier desde Zermatt en 13 horas, pero hoy el tiempo ha bajado muy por debajo de las seis horas, y el tiempo de las mujeres se acerca a las siete horas en el recorrido largo. Desde Arolla, el récord lo marcó la patrulla suiza formada por Julien Ançay, Maximilien Drion y Pierre Mettan en menos de tres horas, 2 horas, 44 minutos y 32 segundos.
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