El Real Madrid está fuera de todo concurso. El club de Concha Espina ha conquistado su decimoquinta Copa de Europa, la sexta en diez años, tras una final más que incomoda en la que su capacidad de sufrimiento en los peores momentos, el empuje de Carvajal y el acierto de Vinícius han destrozado la

Final de Champions en Wembley. Nadie dijo que iba a ser fácil. Aunque todas las miradas apuntaban al Real Madrid, el Borussia Dortmund llegaba a Londres con el cartel de matagigantes, sin ningún complejo, y con el sueño de arrebatar el sueño al rey de Europa.

Cuatro espontáneos aletargaron un choque que necesitó diez minutos para comenzar a romper. El Real Madrid y el Dortmund adelantaron la presión con el objetivo de asfixiar al rival y los de Ancelotti tomaron, en cierto modo, el control de la final.

El descaro y la intensidad del Dortmund niveló el encuentro, que se vió sacudido por un ciclón alemán que a punto estuvo de noquear al Real Madrid. La embestida de los amarillos obligó a Courtois a recordar por qué Ancelotti ha confiado en él pese a las importantes lesiones de rodilla sufridas esta temporada. El belga arrinconó a Adeyemi cuando se disponía a reventar la final y, sin casi desprenderse del susto, volvió a medirse a los pocos instantes a un Füllkrug que se estrelló con el palo.

Un asalto más, una parada más. Courtois volvió a dar un portazo al desparpajo del Dortmund y repelió la definición cruzada de Adeyemi. El arreón alemán volvió a poner a prueba la solidez y el corazón del Real Madrid con un voleón de Sabitzer, pero ahí estaba el gigante Courtois.

El sufrimiento del madridismo se disfrazó de entusiasmo cada vez que Carvajal ganaba un duelo. El lateral y capitán, que puso la primera piedra de Valdebebas, transmitió a sus compañeros todo lo que necesitaban para superar a un Dortmund más que contestón.

Un esférico dividido era la vida o la muerte para todo el Dortmund y también para Carvajal, que se empeñó en traer la decimoquinta a Madrid. El paso por el vestuario espabiló a un Real Madrid que hasta el momento sobrevivía en Wembley.

45 minutos restaban y toda una generación, la que ha llegado desde Lisboa a Londres, tenía la posibilidad de conquistar su sexta Champions en 10 años. El protagonista dejó de ser Courtois y los focos apuntaban a la otra portería. El Dortmund se derrumbó ante el empuje merengue.

Carvajal avisó dos veces, primero de un derechazo y después en la zona que aniquilaría gran parte de la final. Con apenas 1,70 metros de estatura, Carvajal cabeceó en el primer palo un centro teleridigido de Kroos, el último de una carrera que ha redondeado hoy con su sexta Copa de Europa.

Fue en el minuto 74 cuando Carvajal cambió el rumbo de una final que parecía resistirse a su destino, que por decimoquinta vez, es coronar al Real Madrid como campeón de Europa.

El pullazo de Carvajal, que ha levantado hoy su sexta Champions, descompuso al Dortmund. En la zozobra, apareció Bellingham, que sin haber cuajado una noche a su nivel, decidió entregar el segundo -y la vez para cerrar el balón de oro- a Vinícius, que remató la faena con el 0-2 de zurda.

Desde la altura que le da al Real Madrid un liderazgo casi dictatorial en Europa, los blancos levantan la decimoquinta Copa de Europa, un hito sin precedentes en el fútbol y que le pone con más del doble de trofeos que su perseguidor más cercano, el AC Milan con 7.

Carvajal, Modric, Nacho y Kroos, puntales de un equipo eterno, igualan a Gento con 6 Copas de Europa, un escalón impensable hace una década y que los cuatro alcanzan al coronar en Wembley.