El panorama en la Eurocopa para Bélgica ha mejorado considerablemente. Después de la victoria de Ucrania sobre Eslovaquia, los diablos rojos tenían la obligación de ganar y lo han hecho gracias a los tanto de Youri Tielemans y Kevin De Bruyne.

La derrota en el estreno con Eslovaquia dejaba sin margen de error a Bélgica. La selección belga afrontaba el choque con Rumanía como una final y así lo hicieron notar desde el minuto 1.

La presión de Bélgica provocó la pérdida en una zona muy delicada para Rumanía y los de Domenico Tedesco no perdonaron. El balón llegó a Doku, que amenazó con su clásica diagonal. El extremo del Manchester City amagó el disparo y se apoyó en Lukaku. El delantero tanque hizo de pivote y dejó con sutileza para la llegada de Tielemans, que con un derechazo puso el 1-0 antes de cumplir los 2 minutos de juego.

Bélgica dominó el balón a su antojo y dio la vuelta a todo lo negativo del primer día. Los belgas mostraban una gran claridad de ideas, mientras que todo lo contrario asaltó a Rumanía. Los rumanos habían sido la revelación con un contundente 3-0 a Ucrania, pero con Bélgica el panorama era muy diferente.

Doku lideró las ofensivas de Bélgica que, una y otra vez, se encontraban con la inspiración de Nita. El tramo final de la primera parte dio cierto respiro y el partido sufrió un acelerón trepidante en el segundo capítulo. Rumanía mostró su disconformidad con el resultado al instante y nada más reiniciar amenazó con una contra que no llegó a término.

Rumanía dio un paso adelante. Subió la intensidad y las líneas, lo que, por un lado encajonaba a Bélgica, y por otro le daba más espacio a la espalda para buscar la sentencia.

La idea cobraba más peligro si la responsabilidad de lanzar la contra era para Kevin De Bruyne. El centrocampista cazó el esférico tras un robo y asistió con maestría para Lukaku. El ariete belga avanzó imparable hasta los metros de la verdad, el gol esperaba y Lukaku no falló. El gafe se rompía con el tanto, y el estallido de alegría belga hacía lo propio con el VAR. El 1-0 se mantenía.

Rumanía acarició el empate, pero Casteels negó el tanto con una interención magistral. El partido era de ida y vuelta total, con los dos equipos volcados a por la victoria, o en el caso de Rumanía a por un empate que le ponía prácticamente en octavos de final. En la indecisión apareció el más listo, De Bruyne. El belga aaprovechó un saque de puerta que prolongo la defensa para anticiparse y definir con la puntera para salvar la salida de Nita.

El 2-0 no hundió a Rumanía, que pese a la desventaja no bajó los brazos; sin embargo, el guion era casi perfecto para Bélgica, que tenía el marcador, los metros y la tranquilidad para amenazar en cada salida.

Sin apuros en el tramo final, Bélgica suma sus tres primeros puntos y deja el grupo E en un puño, con un cuadruple empate.