Países Bajos luchará por un puesto en la final de la Eurocopa con Inglaterra después de imponerse en un vibrante 2-1 a Turquía, que con una combinación de entrega y calidad ha firmado su mejor participación en un gran torneo en los últimos 16 años.

El Países Bajos - Turquía prometía antes de su inicio, ya que enfrentaba a dos selecciones que en los últimos tiempos no han encontrado su sitio en el panorama del fútbol internacional y que han emergido como dos de las atracciones en la Eurocopa.

El casillero de los minutos se mantenía a cero cuando Memphis tuvo la ocasión de adelantar a los suyos tras una combinación de quilates con Cody Gakpo, pero el remate se fue muy por encima del objetivo.

La propuesta de los de Ronald Koeman obligó a Turquía a replegar en el arranque. Países Bajos circulaba cerca del área otomana y confiaba en las triangulaciones de Memphis, Gakpo y Simons, que rondaban los metros de la verdad.

Turquía tiró de carácter, probablemente la selección del torneo que más pueda presumir de este atributo, y poco a poco recuperó el terreno perdido. Cada duelo se presentaba como un vida o muerte para los de Vincenzo Montella y Turquía gano peso con el balón.

No todo es coraje en Turquía, que cuenta con una generación de elevado talento con exponentes como Hakan Çalhanoglu, Arda Güler o Kenan Yildiz. Los otomanos cambiaron la inercia del choque y, tras 10 minutos de presión, impusieron su ímpetu desde el balón parado.

Güler rescató un córner pasado, acomodó el cuerpo y con su pierna mala acarició un centro que gritaba gol al segundo palo. Ahí apareció Akaydin, que con un frentazo puso el 0-1 para Turquía.

El tanto de Turquía disparó las dudas que invadieron a Países Bajos en la primera mitad. Mientras, los de Montella crecían con el balón.

El descanso impulsó el giro en el guion del partido. Koeman recurrió al hombre al que siempre recurre cuando está en problemas, Weghorst, que acampó en el área turca para convertirse en el destinatario de buena parte de las llegadas neerlandesas.

El mago turco, Güler, frotó la lampara que ha llevado a la mejor Eurocopa de Turquía desde 2008 y se topó con el palo con un lanzamiento magistral que apunto estuvo de dejar ko a Países Bajos.

La selección oranje mantuvo la compostura y se enfocó en la meta de Mert Günok. Weghorst aparecía como elemento agitador para los defensas turcos, que supieron contener con éxito las primeras oleadas.

La resistencia turca se quebró con un balón parado que Países Bajos jugó con mayor viveza que los de Montella. Saque en corto, jugada ensayada y cabezazo poderoso de Stefan de Vrij para poner el empate a 20 minutos del final.

El golpe entró directo a la línea de flotación turca, que se resquebrajó ante el oficio de Países Bajos para remontar. Los de Koeman explotaron su mejoría en la segunda mitad y aprovecharon las grietas de Turquía. Una apertura de Xavi Simons regaló una llegada al espacio para Dumfries, que puso un pase de la muerte al segundo palo.

El esférico paseó en ese espacio definitivo, el que va desde la línea defensiva al portero por el corazón del área, y Gakpo hizo estallar la locura entre las decenas de miles de neerlandeses presentes en Berlín.

El toque que propició el gol vino del defensa, lo que le arrebata a Gakpo la posibilidad de colcarse como pichichi de la Eurocopa, pero poco le importó a la estrella neerlandesa, que con su acción ponía a Países Bajos en una semifinal 10 años después.

6 minutos fatídicos hundieron a Turquía, que con dos jugadas en las que la defensa pudo hacer mucho más se veían fuera de su sueño europeo. Los de Montella apuraron sus posibilidades y de no ser por dos intervenciones de valor gol, una de van de Ven y otra de Verbruggen, habrían alcanzado la prórroga.