Australia ha amargado el debut del equipo español de baloncesto. La selección de Oceanía ha impuesto su ley frente a España, que llegó a sobreponerse al arreón inicial de Australia para sucumbir con claridad en el cuarto definitivo.

La derrota deja a España con poco margen de error, ya que otro revés solo permitiría que la Selección avanzase a las eliminatorias por las medallas como tercera de grupo.

Los 12 puntos de diferencia lastran aún más el concurso de España en París, que para continuar con la tendencia de los últimos lustros deberá ganar al menos uno de los dos choques restantes (Grecia y Canadá).

La exigencia de la fase de grupos de los Juegos hizo presencia desde el primer cuarto. Australia salió lanzada a intimidar a España, que fue a remolque desde el minuto 1.

La máquina de anotar de Australia tambaléo a los de Sergio Scariolo, que sufrieron un contundente 31-21 en el cuarto de salida. El técnico italiano tiró de pizarra y, tras un comienzo dubitativo, España se agarró a la defensa para recuperar el terreno perdido.

La subida de intensidad de España apretó el partido, sin embargo Australia volvió a estirarse gracias a los puntos de Josh Giddey, que con 15 unidades al descanso fue fundamental para conservar una ventaja de 7 puntos para los suyos antes del ecuador.

El paso por el vestuario espoléo a España, que gracias a un arranque brillante en la segunda mitad fue capaz de ponerse por delante por primera vez en el estreno. Santi Aldama lideró el gran momento de la Selección, que gracias a sus triples hizo creer en una victoria de peso.

Cuando las cosas se ponían de cara para España emergió la figura de Patty Mills. El base encabezó la sangría con sus triples y España, pese al ataque de orgullo de Llull, fue incapaz de seguir el ritmo de anotación australiano.

Una más que seria Australia ha puesto a España con un panorama complejo en su grupo. El siguiente partido ante la Grecia de Giannis Antetokounmpo será fundamental para desempeño del baloncesto español en los Juegos: una derrota dejaría a los nuestros sin red frente a Canadá, uno de los equipos más potentes del mundo.