Después de la victoria de Grecia no hacía falta ni sacar la calculadora. Si España ganaba, era primera de su grupo y estaba en cuartos. Si perdía, estaba eliminada. Y en un partido igualadísimo, finalmente ha salido cruz. La selección española masculina de baloncesto ha caído este viernes en su enfrentamiento contra Canadá y se despide de los Juegos Olímpicos de París.

Con la pérdida de talento inevitable después de una generación dorada, España lo fiaba todo a su competitividad de siempre. Esa que le hizo tumbar a la Grecia de Antetokounmpo hace solo unos días. Y durante los primeros momentos del partido la estrategia parecía funcionar. Hasta que Canadá comenzó a carburar a mediados del segundo cuarto. El marcador no engañaba: al finalizar los primeros diez minutos ambas selecciones empataban a 19. En el descanso los americanos ya estaban once puntos por encima (49-38), y los de Scariolo firmaban un pobre 3 de 19 en triples.

En los dos siguientes cuartos Canadá consiguió mantener a raya a España, siempre a unos ocho-diez puntos de distancia. Sin embargo, 'La Familia', comandada por un gran Brizuela -que se echó el equipo a la espalda- se rebelaba una y otra vez, consiguiendo reducir en varias ocasiones esa distancia hasta los cuatro-cinco puntos. España apretó hasta el final, y en el último minuto el partido estaba en dos puntos. Un triple de Barret puso a Canadá cinco arriba, España logró reducir la distancia a un solo punto... y los tiros libres acabaron por poner a la selección norteamericana con el definitivo +3. Fue un nadar para morir en la orilla de manual, pero esta e selección, como siempre, puede irse con la cabeza alta. Sencillamente no pudieron hacer más.

Por su parte, Canadá es una de las candidatas a pelearle el oro al nuevo Dream Team de Estados Unidos, comandado por LeBron y Curry, que esta vez no se ha dejado nada en casa. El combinado americano está entrenado por el catalán Jordi Fernández, que también es el primer entrenador español en dirigir a una franquicia de la NBA: los Brooklyn Nets. Y ya podemos decir que se está convirtiendo en una bestia negra para nosotros, porque el año pasado, en el mundial, ya nos mandó a casa tras derrotarnos por un ajustado 85-88, el mismo marcador de hoy, en la segunda fase.

Francia, Alemania, Serbia y Australia, en ese orden, parecen las otras aspirantes a medalla. En el séptimo lugar seguramente podría haber estado España, pero nuestras posibilidades ya se han esfumado. El próximo sábado 10 de agosto saldremos de dudas, porque ese día se juega tanto la final como el partido por el tercer y cuarto puesto. Antes, el martes 6 de agosto serán los cuartos y el jueves 8, las semis.

Un ciclo plagado de éxitos

Dos mundiales (2006 y 2019), cuatro Eurobasket (2009, 2011, 2015, 2022) y dos medallas de plata (2008, 2012) y una de bronce (2016) en los JJOO. Ese es el imponente balance de la selección masculina de baloncesto en los últimos 20 años. Además, en 2022 accedieron al puesto número uno del ranking FIBA, rompiendo así doce años de hegemonía estadounidense.

Pero ya no está Pau Gasol. Ni Marc, ni Navarro, ni Felipe Reyes ni muchos otros. Rudy, después del partido de hoy, ya es oficialmente un exjugador. Y Llull, que acaba de renovar con el Madrid, cumplirá 37 años en noviembre. En los últimos años títulos como el Eurobasket de 2022 o el mundial de 2019 fueron sorprendentes, porque España ya no era favorita. Scariolo siempre conseguía sacar el máximo del grupo, pero era inevitable pensar que el ciclo se estaba agotando.