La lógica se ha impuesto. Tadej Pogačar ha ganado en Valloire la primera gran etapa de montaña de este Tour de Francia tras atacar en el último kilómetro del Galibier y desprenderse de todos sus rivales, incluido un Jonas Vingegaard que resistió el primer envite, pero que acabó cediendo. El danés cruzó la cima del coloso alpino a tan sólo 10 segundos del esloveno, pero en el descenso pagó los esfuerzos y, desfondado, acabó perdiendo el rastro de un Pogacar que volaba hacia la línea de meta.

Allí, el corredor del UAE ha acabado consiguiendo 35 segundos de ventaja sobre Remco Evenepoel, Juan Ayuso y Primoz Roglic, mientras que Vingegaard y Carlos Rodríguez cruzaron a 37. De esta forma, Pogacar recupera el liderato de la carrera y volverá a vestir el maillot amarillo a partir de mañana, aunque las diferencias no han sido excesivas y la general sale muy viva de este breve, pero emocionante, paso por los Alpes.

Vingegaard, que llegaba a este Tour de Francia renqueante y sin haber tenido la preparación ideal, ha mostrado debilidad en montaña por primera vez en más de tres años. Aunque hubo un momento en el que parecía que iba a ser capaz de dar caza a Pogacar en el descenso en la parte más técnica, volvió a ceder cuando volvió a tener que dar pedales, y fue absorbido por Rodríguez, Roglic y un Evenepoel que estaba bajando bloqueado.

Las intenciones del conjunto árabe estuvieron claras desde los primeros compases de la etapa. No dejaron que la escapada cogiese más de tres minutos en ningún punto de la jornada, y cuando el pelotón enfiló el valle que conducía a los ciclistas al Galibier, comenzaron a poner un ritmo fuerte que seleccionó el grupo. Ya en la subida, el encargado de poner ritmo fue Adam Yates, y después Joao Almeida y Juan Ayuso.

Richard Carapaz, que portaba el maillot amarillo, cedió a las primeras de cambio, y solamente Vingegaard, Evenepoel, Landa, Rodríguez y Roglic aguantaron el ritmo de los gregarios de Pogacar, que atacó en el último kilómetro de la subida. Vingegaard salió a por él, pero acabó levantando el pie.

Poderío español

Más allá de Pogacar y Vingegaard, que pedalean en una liga particular, la ascensión al Galibier permite extraer una serie de conclusiones, siendo clara la primera de ellas: España tiene dos ciclistas que, en el futuro, aspiran a ganar esta carrera. Carlos Rodríguez y Juan Ayuso han conseguido un resultado fantástico, y eso que el alicantino del UAE ha tenido que trabajar para Pogacar y no ha corrido pensando en sus propios intereses. Ha sido tercero en la etapa, y el viernes afrontará una contrarreloj que le puede aupar en la general. Rodríguez, que ya ganó una etapa el año pasado, ha protagonizado un descenso fantástico, marca de la casa, con el que ha dado captura a Vingegaard.

Pogacar tiene ahora 45 segundos de ventaja sobre Evenepoel, 50 con Vingegaard y 1:10 con Ayuso.