Ya puede decir misa el Gobierno que si no amenaza con que venga el coco no hay Dios que mueva a un presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Un ejemplo de ello fue José María Villar, que sobrevivió a numerosos escándalos, y a cuatro presidente del Gobierno, hasta que fue suspendido por el Consejo Superior de Deportes (CSD), primero, y destituido como presidente por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), después, tras 29 años en el cargo. Para derrocar a su sucesor, a Luis Rubiales, Miquel Iceta, lanzó un ultimátum a la RFEF para que tomase «decisiones» en la Asamblea Extraordinaria prevista para este viernes. «Si no las toma la Federación, lo hará el CSD», advirtió el ministro de Cultura y Deporte de España. Y es que aunque Pedro Sánchez calificó el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso como «un gesto inaceptable», el Gobierno no tiene potestad para destituirle como presidente de la RFEF.

Más decisivo todavía que el ultimátum del Gobierno ha resultado el proceder de Jenni Hermoso. Por un lado, la campeona del mundo no cedió a la presión de Luis Rubiales para que saliese junto a él en el vídeo en el que pidió disculpas. «Mi puesto está en juego, hazlo aunque sea por mis hijas. Necesito que salgas conmigo», le rogó según desveló en 'Espejo Público' la periodista de Relevo Natalia Torrente. Por otro lado, a través de su agencia de representación, Jenni Hermoso hizo un llamado al CSD para que, dentro de sus competencias, apoyase y promoviera activamente «la prevención e intervención ante el acoso o abuso sexual, el machismo y el sexismo».

En los tiempos que corren, en el que los partidos políticos son incapaces de ponerse de acuerdo para decidir quién gobierna; PP, PSOE y Sumar habían pedido la dimisión de Luis Rubiales. En el caso de Sumar, denunciando al presidente de la RFEF ante el TAD, algo que también habían hecho Miguel Ángel GalánEstrada Fernández y la Liga F.

Si el Gobierno no puede forzar la destitución de un presidente de la RFEF es porque las federaciones son instituciones de naturaleza jurídica privada. Sin embargo, ejercen funciones públicas y reciben dinero público, por lo que están sujetas a controles por parte del CSD. Es decir, que ante una denuncia, el CSD, que sería el ‘coco’ en este caso, puede poner en marcha los mecanismos que podrían desembocar en su suspensión cautelar o en su inhabilitación.

La importancia del ultimátum del Gobierno en la dimisión de Luis Rubiales

De ahí la importancia del ultimátum de Miquel Iceta. Aunque el TAD hubiera decidido no trasladar al CSD las denuncias de Sumar, de Miguel Ángel Galán, de Estrada Fernández y de la Liga F; el ministro de Cultura y Deporte de España había amenazado con hacerlo si la RFEF de fútbol no tomaba «decisiones» en la Asamblea Extraordinaria prevista para este viernes.

Por su parte, el ministro de la Presidencia en funciones, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, expresó: «Desde luego que esperamos acontecimientos, pero si no se dan esos acontecimientos y no se producen, el Gobierno va a actuar».

Antes del ultimátum del Gobierno, la cosa se había puesto muy fea para Luis Rubiales cuando la FIFA, de la que es vicepresidente, anunció un procedimiento disciplinario contra él.

También se había puesto muy fea para Luis Rubiales la Asamblea Extraordinaria pese a que había sido convocada por las federaciones territoriales para mostrarle su apoyo al considerar «desmesurada» la campaña mediática que se ha orquestado contra él. Y es que los clubes profesionales que forman parte de la Asamblea de la RFEF se han negado a formar parte de esta pantomima. AthleticBarcelonaReal Betis, Getafe, Mallorca, OsasunaReal SociedadVillarrealCádizElcheRayo Vallecano, Leganés, EibarAlavésLas Palmas, LugoReal Sporting, Tenerife, Ponferradina Zaragoza fueron confirmando por cuentagotas su ausencia en esta Asamblea Extraordinaria dejando solo a Luis Rubiales y abocándole a la dimisión.