«Desde hace cinco años van a por mí con todo. Por tierra, mar y aire. Decenas de querellas, yo creo que pasaré las cien, denuncias en todo tipo de juzgados, peticiones de inhabilitación continuas en el CSD…», dijo el propio Luis Rubiales durante la comparecencia que ofreció en la Asamblea Extraordinaria en la que se negó a dimitir como presidente de la RFEF. Y es que, desde su llegada al cargo el 17 de mayo de 2018, su mandato ha estado rodeado de polémicas.
Ya en su segundo mes como presidente, Rubiales quiso mostrar su autoridad echando a Julen Lopetegui a dos días de que España debutase en el Mundial de Rusia. Fue horas después de que el Real Madrid anunciase su fichaje.
Algo parecido pasó ocho meses antes de que España se proclamase campeona del Mundial femenino por primera vez en su historia. Molestas por la gestión del grupo de Jorge Vilda, un total de 15 futbolistas renunciaron a volver con la Selección si no había cambios en la Federación. Luis Rubiales entendió que estaban desafiando su autoridad, pues sólo a él le compete decidir sobre el seleccionador, y no sólo ratificó a Jorge Vilda en el cargo sino que exigió a las amotinadas que asumieran su error y pidiesen perdón para volver a ser convocadas.
Tal es el poder de Rubiales que 12 de esas 15 futbolistas no han vuelto a vestir la camiseta de la Selección. Para extender sus tentáculos a nivel internacional, Luis Rubiales fue escalando en la FIFA, el máximo organismo del fútbol internacional, hasta alcanzar su vicepresidencia en mayo de 2019. No es de extrañar que Sergio Ramos le pidiese que tocase «teclas desde la UEFA» para ayudarle a ganar el Balón de Oro. Así lo revelaron unos audios filtrados por El Confidencial.
En otros, Gerard Piqué le pidió «un grupo fácil» en Segunda B para el Andorra, hoy equipo de Segunda División. Pero el audio que puso a Rubiales en el disparadero fue en el que se repartía una comisión de 24 millones de euros por llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí. Esto obligó a modificar el dinero que percibía como presidente de la RFEF, que hasta entonces era de 160.000 euros fijos más el 0,15% de los ingresos totales liquidados por la Federación. A raíz de los audios, el sueldo de Luis Rubiales se elevó hasta los 675.761,87 euros para que no estuviese ligado a los ingresos federativos.
Tebas y "sus títeres", tras las cien querellas
En lo que respecta a las más de cien querellas con las que han intentado acabar con él, Rubiales acusó a Javier Tebas y «a sus títeres», de estar detrás de ellas. El presidente de la Liga acusó a Luis Rubiales de haber desviado dinero de la RFEF (incluso se dijo que había organizado orgías con prostitutas con fondos de la RFEF). Un juez, por su parte, tuvo que confirmar que Luis Rubiales pagó con su dinero la reforma de su casa en Valencia. Y así ha sido como Rubiales ha sobrevivido a más de cien querellas, en los tribunales.
Ahora un inapropiado beso a Jenni Hermoso es el que puede acabar con su presidencia. Y no porque la centrocampista cuente con el apoyo de sus compañeras, que lo tiene, sino porque cuenta con el respaldo de la opinión pública o lo que Luis Rubiales calificó como el «amarillismo del falso feminismo».
Su puesto en manos del TAD
De momento no ha dimitido, pero será el CSD, que ya ha iniciado los trámites para ello, o si no el TAD, el que ponga fin a sus cinco años al frente de la RFEF.
Víctor Francos, presidente del CSD, se mostró "muy claro y muy contundente" este viernes, asegurando que Rubiales "no ha estado a la altura". "Ni de lo que se esperaba, ni de lo que esperaban las jugadoras y el Gobierno, ni de lo que esperaba la sociedad. Rubiales ha defraudado en su reacción, no ha hecho lo que debía, consideramos que las explicaciones que ha vuelto a dar no se corresponden con sus actitudes", afirmó tajante sobre el discurso de Rubiales en la Asamblea de la RFEF.
Por eso, Francos ha anunciado que suspenderá de sus funciones a Rubiales como presidente de la RFEF, si el TAD "lo considera oportuno" y determina que ha cometido "una falta muy grave".
Jenni Hermoso ya ha hablado
La situación se le complica más a un Luis Rubiales en la cuerda floja, que ha visto como Jenni Hermoso ha contradicho su versión de que fue un beso consentido.
Jenni Hermoso ha roto su silencio sobre con un duro comunicado en el que denuncia unos hechos que no ha dudado en calificar como machistas. "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Sencillamente, no fui respetada".
En el texto compartido en sus redes sociales, la campeona del mundo ha revelado que recibió presiones por parte de la Federación para sacar un comunicado conjunto. También ha explicado que en ningún momento quiso ceder y siempre defendió su versión. Aunque también relata que, en un principio, quiso disfrutar de la celebración y se mantuvo ajena al ruido generado.
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