En lugar de pedir perdón, Luis Rubiales se justificó en una vergonzosa Asamblea Extraordinaria en la que se negó a dimitir como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Sentenciado desde entonces, ha terminado dimitiendo, algo que podría haber evitado de haber optado por un discurso más conciliador como el que le preparó su asesor Luis Arroyo pero que él se negó a leer.
El discurso que Rubiales se negó a leer
Según ha publicado El Mundo, dicho discurso decía: «Siento mucho, desde de lo más profundo de mi corazón, haber empañado esa enorme victoria de nuestro equipo femenino».
«El primer error fue traspasar los límites de la confianza con la jugadora Jenni Hermoso. Ella sabe que no hubo mala intención, pero es evidente que lo que pretendía ser un gesto de alegría y felicitación se convirtió en un símbolo de dominio de un hombre en una posición de poder - yo mismo - sobre una mujer», continuaba el discurso que Luis Rubiales se negó a leer.
«Soy imperfecto, por supuesto, pero me tengo por un ciudadano respetuoso y jamás he aceptado gestos de violencia ni de dominio sobre ninguna mujer», debió admitir el presidente de la RFEF.
Dicho discurso, el que no quiso leer Luis Rubiales, continuaba diciendo: «El segundo error fue negar inicialmente la gravedad con que muchos apreciaron mi gesto, y calificar con algunos insultos a los que lo criticaron. Tras muchas horas de viaje, precisamente con las jugadoras y los técnicos de la Federación, no supe apreciar la sensibilidad social del momento. Ese fue el segundo error, sin paliativos».
«El tercero consistió en no apreciar tampoco al día siguiente lo inadecuado de mi comportamiento, y poner matices y excusas. Debí decir entonces lo que digo ahora con tres palabras: lo siento», proseguía.
«Perdón. Estoy completamente convencido de que no hay acto punible en mi conducta y así lo constataré si se me requiere. Pero es evidente que mi comportamiento fue inadecuado y reitero mis disculpas. Estoy a disposición del Área de Integridad de la Federación, que ha abierto ya diligencias internas», concluía.
¿Qué dijo Rubiales en la Asamblea Extraordinaria?
Luis Rubiales, por contra, denunció que se estaba «ejecutando un asesinato social» ante su persona, ya que se le estaba «tratando de matar», al mismo tiempo que explicó que el beso a la jugadora Jenni Hermoso fue «espontáneo, mutuo y consentido».
«Aunque se esté vendiendo otra cosa, no hay deseo y no hay posición de dominio. Aunque se esté vendiendo otra cosa en muchos de los medios, tanto los que están dominados o vendiendo pleitesía al señor Tebas, como los que están rindiendo pleitesía al falso feminismo, que es una gran lacra en este país. Fue un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave, esta es la clave de todas las críticas», explicó Luis Rubiales durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF.
El mandatario defendió que tiene «una gran relación con todas las jugadoras» y «todos los miembros de la expedición» española en el Mundial, con los que formó «una familia durante más de un mes». «Tuvimos momentos cariñosísimos en esta concentración», agregó.
«Jenni dijo que era una anécdota y demás. De la anécdota, del no pasa nada, empiezan todas estas presiones, se pasa al silencio de la jugadora y después a un comunicado que la verdad yo no termino de entender. Aquí no se está tratando de hacer justicia, eso es falso, se está ejecutando un asesinato social a mí, se me está tratando de matar», denunció Luis Rubiales.
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