Existen dos tipos de personas: las que tienen un Golf y las que lo desean tener. Esta afirmación, que suena a eslogan publicitario, viene avalada por el entusiasmo de los amantes de los coches y por los números: desde su lanzamiento en 1974, las diferentes versiones del modelo de la marca alemana Volkswagen han vendido más de 37 millones de unidades. O lo que es lo mismo, 2.000 coches diariamente durante 50 años.

Lo que comenzó como un asequible coche popular terminó evolucionando hacia un símbolo de estatus, que combinaba la fiabilidad y la calidad alemanas con una deportividad mesurada, simbolizando la propia evolución de la sociedad europea y la extensión de la sociedad del bienestar.

Un coche de primera que no llamaba la atención pero solo decía cosas buenas de su propietario. Un anuncio de finales de los 80 representaba bien este espíritu inefable que casi siempre está detrás de un producto de éxito. "Hay un club de gente que es capaz de perderlo todo excepto el Golf", rezaba en una de sus versiones.

El motor delante

El primer Golf marcó el inicio de una nueva era: la del motor montado en la parte delantera del vehículo. Un moderno sistema de tracción, una flexibilidad aportada por el portón trasero y un diseño familiar lograron que el ejemplar un millón saliera de la cadena de montaje en 1976, apenas dos años después de su creación.

Con cada modelo, el Golf se reinventaba. Un coche histórico que le debe su nombre no al deporte, sino a la corriente del Golfo, pues era tradición de la compañía nombrar sus vehículos con nombres de vientos. Ahora, la marca celebra su aniversario con una nueva edición especial.

Bosquejos del primer Volkswagen Golf. | Volkswagen

El coche que condujo a Dios

Y es que, sin contar a Rayo McQueen, pocos automóviles hacen historia como lo ha hecho el Volkswagen Golf. El que es el coche más vendido de la historia en Europa es también protagonista de numerosas anécdotas e historias que se han instalado en el imaginario popular. Y no, no nos referimos a las de Forocoches.

Imagina lo siguiente: la carretera es tuya, las ventanillas están bajadas y la línea que separa el cielo de la tierra es tu única meta. Aprovechas este espacio de semilibertad para cantar, a pleno pulmón Angie, de los Rolling Stones. Puede que, de tener mucha suerte, lo estés haciendo sobre un Golf de tercera generación muy limitado y difícil de encontrar: uno perteneciente a esa remesa especial que sacaron tuneada en honor al grupo británico. Son pocos los afortunados que pueden gritar ¡Rock and Golf!, en una sinergia de ediciones especiales de este vehículo que salieron homenajeando a distintos grupos de la era dorada del rock, como Pink Floyd o Genesis.

El primer Golf junto a su antecedente, el prototipo EA 276. | Volkswagen Newsroom

Pero, además, el Golf es un vehículo casi divino, que pudo alcanzar el cielo con las ruedas cuando el cardenal Joseph Ratzinger lo eligió como vehículo personal. Su eminencia terminaría convirtiéndose en su santidad Benedicto XVI y, su coche, subastado en 2005 por la asombrosa cifra de 190.000 euros.

De la misma manera, aunque un poco más barato, se subastó en 2012 a través de eBay el que fue el Volkswagen Golf de Angela Merkel. Pero el suyo no despertó el mismo entusiasmo que el de un Sumo Pontífice: fueron necesarias dos subastas para que el automerkel se vendiera por 10.165 euros, tras llenarse la primera de pujas falsas.

El bólido que hizo historia

Cuatro décadas, ocho generaciones, un mismo coche. La primera prole del Golf supuso una revolución en el mundo del automóvil: queriendo derrocar al (también Volkswagen) Beetle de su trono de coche popular, el Golf apostó por un mecanismo en el que el motor se encontrase dispuesto transversalmente y con tracción delantera, en lugar del propulsor y la tracción traseras del escarabajo. Muchos intentaron imitarlo (Ford, Fiat, Opel...), pero ninguno llegó a la popularidad del Golf, que en poco tiempo alcanzó el millón de unidades vendidas.

Casi una década más tarde, la alemana se atrevió con el Volkswagen Golf II, la segunda generación de un coche que crecía hasta alcanzar los cuatro metros de largo. Sus mejoras (el catalizador regulado, el sistema de antibloqueo de freno ABS y la dirección asistida) se vieron superadas con la llegada de la tercera generación. Era agosto de 1991 cuando el Golf III perdió sus icónicas líneas cuadradas y apostó por el espacio y la seguridad.

Varias unidades del primer Golf. | Gonzalo Vaquerín

El primer Golf, llamado Caja 1, salió de la línea de producción de Wolfsburgo, Alemania, en 1974, a un precio de 7.995 marcos, el equivalente a 4.000 euros. Diseñado por el italiano Giorgetto Giugiaro, y nacido para sustituir al famoso Beetle, el Golf marcó una revolución en el sector creando una nueva clase de vehículo: el compacto deportivo. Son ya ocho las generaciones de este vehículo que han trascendido hasta llegar a ser lo que es hoy en día.

Unos ideales que se confirmaron en 1997 con el Golf IV y un diseño más deportivo y menos robusto. Su motor fue el primero en funcionar mediante gasolina de inyección directa, y su caja de cambios, la primera automática de doble embrague.

Sin embargo, fue el quinto modelo el que sirvió de molde para las generaciones venideras. Aumento en su rigidez, mejora en sus cualidades dinámicas, soldaduras por láser... todos querían ser como el Volkswagen Golf V, incluida la sexta generación, considerada más como un restyling del anterior que como un nuevo modelo. Un lavado de cara de un coche que, todavía, recordaba mucho al siglo XX.

La segunda generación del Golf revalidó el éxito de la primera 'caja'.

El Volkswagen Golf 7 abandonó la numeración romana para traer consigo el siglo XXI por el que, desde hacía ya unos años, conducía. Necesitaba ser el coche moderno para el conductor moderno de hoy en día. Y, como con todo, su diseño había de ser, en esencia, minimalista. Una reducción de su peso en hasta 100 kg le llevó a rebajar hasta más de un 20% el consumo de combustible de su predecesor y, con ello, a ganar en 2013 el galardón a Coche del año en Europa.

A un portento como este le tuvo que seguir una perfección de lo que ya era perfecto. Con apenas novedades, el Volkswagen Golf 8, lanzado en 2020, no supuso un cambio radical respecto a su anterior: era la versión completa de la séptima generación. Se podría decir que Volkswagen había encontrado el Golf definitivo. Hasta ahora, con su regalito de cumpleaños.

El Golf que soplará las velas

El Golf celebra este año su 50º aniversario y, para conmemorarlo, Volkswagen lanza una versión mejorada del vehículo, con un diseño más afilado y un sistema de funcionamiento más intuitivo. Con un nuevo volante multifunción que mejora otros de la compañía y una extensa pantalla con controles deslizantes con los que poder controlar el interior del coche, el nuevo Golf GTI (o Golf 8.5) soplará las velas de un modelo que adelanta por la derecha a cualquiera de sus predecesores.

La versión cabrio del Golf siempre ha sido un caramelo.

El nuevo Golf se integra también en la era actual, incorporando la Inteligencia Artificial a cargo del chatbot de ChatGPT, un asistente de voz que permite a los ocupantes interactuar con él para recibir respuesta de una robótica voz que lucha por parecer humana mientras les lee el contenido consultado.

De la misma manera, aparcar este vehículo se vuelve un juego de niños automatizado por el propio coche. Al pasar por una plaza de aparcamiento libre, el auto detectará si el espacio es lo suficientemente grande e iniciará el proceso de aparcamiento, encargándose de la dirección, la aceleración y el frenado. El conductor poco tiene que hacer más allá de supervisar el proceso de maniobra y aparcamiento.

Así, no sólo se cumplen 50 años de un coche que modificó por completo el panorama automovilístico del momento, sino de un vehículo que ha acompañado a millones de personas en sus vidas cuando conducir se convirtió en algo más que girar un volante y pisar el acelerador. Un componente sentimental que la marca ha explotado en el clip conmemorativo realizado por la productora Canadá para este 50 aniversario al son de Camarón y bajo la advocación de Federico García Lorca.