Hay automóviles extremadamente cautivadores, y más si se trata de una carrocería coupé como es el caso del Mercedes-Benz CLE. Es una pena que el mercado solo tenga ojos para los SUV, en detrimento de estos, de las berlinas e incluso de los familiares. Podría argumentarse que los coupés son vehículos con un elevado componente emocional pero poco prácticos. Desde luego no es así en el caso del Mercedes-Benz CLE 220 d Coupé, pues es un coche que puede utilizarse perfectamente a diario, es muy cómodo, cuenta con cuatro plazas y por añadidura ofrece una sobresaliente economía de uso derivada de su propulsor diésel de 197 CV, que para hacer frente a la tiranía de las restricciones circulatorias en muchas ciudades lleva asociado un sistema de hibridación ligera MHEV que le autoriza ser portador de la etiqueta medioambiental Eco. Dentro de diversidad de modelos que configuran la gama CLE, es este CLE 220 d Coupé el más vendido en el mercado español, cuyo precio de 62.030 euros no resulta nada exagerado si se tiene en cuenta todo lo que ofrece.

Con una longitud de 4,85 m, el Mercedes-Benz CLE sustituye a dos modelos,  a los anteriores Mercedes-Benz Clase E Coupé y  Clase C Coupé. Por tamaño casi calca las dimensiones del desaparecido Clase E Coupé (es solo 2 cm más largo), lo que le autoriza a seguir ofreciendo  cuatro plazas en configuración 2+2 con una razonable y suficiente comodidad en las posteriores. Dentro del mercado de los coupés de cuatro plazas del tamaño y enfoque del Mercedes-Benz CLE Coupé no hay mucha competencia. Es más, este Mercedes ocupa una privilegiada posición al poder afirmarse  que no tiene rivales directos. Buscando entre las marcas germanas, Audi ya descatalogó el Audi A5 Coupé mientras el BMW Serie 4 Coupé sería rival del desaparecido Mercedes-Benz Clase C Coupé, pues su habitáculo es menos amplio y sus plazas traseras son menos espaciosas que las del CLE.

Cuatro plazas para un uso diario

A la hora de evaluar un automóvil hay que valorar distintos factores, algunos bastante antagonistas entre si. Una elegante carrocería no tiene por qué albergar un generoso habitáculo, y en numerosas ocasiones lo bonito está reñido con lo práctico o con el uso diario. Argumentos a los que es inmune, que no resultan validos para el Mercedes-Benz CLE 220 d Coupé.  Este estilizado a la par que bello vehículo pone a disposición del usuario más exigente un producto muy completo, que reúne un montón de las más diversas cualidades conviviendo en perfecta armonía. Lo primero que salta a la vista es un diseño extremadamente atractivo se mire por donde se mire, por los cuatro costados.

Desde el punto de vista del tamaño sus 4,85 m de longitud no constituyen un obstáculo para que se desenvuelva muy bien en el tráfico urbano gracias a un contenido  diámetro de giro de tan solo 11,2 m (idéntico al de un Seat León), lo que le permite maniobrar con cierta agilidad y callejear con gran facilidad. A tan reducido diámetro contribuye de manera especial la disposición en línea del motor delantero y la tracción trasera. Al acceder al interior para acomodarse en sus respectivos asientos, conductor y acompañante comprobarán que un brazo telescópico les aproxima automáticamente el cinturón, puesto que queda un poco lejos del alcance de la mano. Todo un  curioso a la par que práctico dispositivo que, si bien se ha hecho hueco en la mayoría de coupés de prestigio, lo cierto es que fue Mercedes la primera marca que lo utilizó. Este honor recayó en el ancestro de la Clase S Coupé, la Clase SEC de los años 80. Así pues, todo queda en casa.  Por cierto, los asientos delanteros que monta de serie no solo ofrecen un magnífico aspecto visual, resultan comodísimos además de recoger muy bien el cuerpo. También de serie van calefactados, pudiendo incorporar opcionalmente ventilación y función de masaje.

El habitáculo es muy amplio para un vehículo de estas características. Puede acoger con comodidad a cuatro ocupantes sin discriminar excesivamente a los de las plazas posteriores, los grandes olvidados en otras realizaciones similares.  Las cotas de las plazas traseras son lo suficientemente generosas como para que se instalen sin agobios los dos pasajeros. Porque aunque no ofrezcan ni los asientos ni el espacio que disfrutan los ocupantes de las plazas delanteras, si brindan un confort y un espacio para las piernas más que aceptables a la hora de realizar largos viajes. Sin lugar a dudas el aspecto más problemático lo constituye el acceso a los asientos traseros y la posterior salida; hay que contorsionarse. Pero nada nuevo bajo el sol, eso forma parte de la naturaleza intrínseca de los coupés de cuatro plazas. Como complemento a tan generoso habitáculo un aprovechable maletero con 420 l de capacidad, suficiente para el equipaje de cuatro personas.

Gran calidad y sofisticado sistema MBUX

Nada más abrir la puerta para acceder al interior se respira una atmósfera de lujo. La calidad se ve y se palpa. El conjunto del salpicadero irradia un toque de deportividad gracias a los originales a la par que vistosos aireadores redondos. Un salpicadero con una impecable terminación que constituye la antesala del arsenal tecnológico que esconde el vehículo.  Frente al conductor una pantalla configurable de 12,3 pulgadas oficia de cuadro de instrumentos mientras preside la consola central una pantalla táctil vertical de 11,9 pulgadas para el manejo del sistema multimedia.

El sofisticado sistema multimedia que responde al nombre de MBUX (tercera generación) es de los más completos del mercado. Obsequia muchas posibilidades de personalización, destacando el eficaz comando de reconocimiento de voz que se activa pulsando un botón en el volante o pronunciando “Hola Mercedes”. Aprende fácilmente los hábitos del conductor toda vez que es capaz de identificar con gran precisión frases más o menos largas y complejas. Ambas pantallas ofrecen muy buena resolución, con una magnífica calidad de imagen. Se visualizan perfectamente bajo cualquier condición de luz ambiental, incluso con sol intenso. La única complejidad  de esta tercera generación del MBUX radica en la gran cantidad de funciones que engloba, lo que requiere un tiempo de adaptación; pero siempre se puede recurrir al servicial comando de voz, que obedecerá a la primera.

El manejo del sistema multimedia puede efectuarse desde la propia pantalla, por medio de la botonería táctil situada en el brazo derecho del volante o mediante la voz. También desde otra serie de botones táctiles, ubicados en este caso en el brazo izquierdo, puede controlarse el menú de la pantalla del cuadro de instrumentos.  El uso de este peculiar teclado a base de superficies táctiles no resulta nada práctico. Aunque sea cosa de acostumbrarse, a veces es un poco desesperante que se muestre poco preciso, que no obedezca a la primera

Paquete AMG-Line

Nuestra unidad de pruebas a nivel de carrocería equipaba el paquete AMG-Line, que acentúa todavía más el aspecto deportivo del coche. Las preciosas llantas de aleación AMG multibrazo de 19 pulgadas en negro calzan en el tren delantero neumáticos en medida 245/40 mientras en el trasero 275/35, y van ligadas al paquete AMG Line Advanced. Este paquete opcional (5.829 euros) adopta los siguientes elementos: cristales tintados, AMG Line interior, tablero de instrumentos de símil de cuero, volante deportivo en cuero napa, AMG Line exterior, kit estético AMG, discos de freno delanteros de mayores dimensiones, tren de rodaje deportivo, etc.

Muy interesante para los conductores más dinámicos resulta el paquete tecnológico (2.697 euros), que incluye la suspensión Dynamic Body Control con amortiguadores regulables electrónicamente así como dirección en el eje trasero. La dirección en el eje trasero proporciona tanto mayor maniobrabilidad como mayor estabilidad. Al aparcar o al circular a velocidades por debajo de 60 km/h las ruedas traseras giran hasta 2,5º en dirección contraria a las delanteras. Por encima de 60 km/h giran asimismo hasta 2,5º, pero en la misma dirección que las delanteras para aumentar la estabilidad a altas velocidades, al efectuar cambios rápidos de carril o en maniobras evasiva.

Aunque los faros de led que trae de serie (Led Light Performance) ofrecen una buena iluminación, a los conductores que viajen con frecuencia durante la noche no les importará pagar 1.867 euros por los opcionales faros Led Digital Light. Brindan un rendimiento extraordinario al incorporar más de 1 millón de píxeles por faro, calculando el valor del brillo de cada uno en tiempo real con los datos recogidos por la cámara frontal, los sensores y el navegador. Al controlar los led de los faros individualmente, ajustan constantemente tanto el alcance como la forma del haz luminoso para adecuarlos a las condiciones del tráfico.

Sobresaliente relación prestaciones-consumo

El Mercedes-Benz CLE 220 d Coupé no es un deportivo propiamente dicho, aunque no pierde la compostura rodando a fuerte ritmo en zonas de frecuentes curvas. Hace gala de unos nobles modales sin un exceso de balanceo. Con respecto al Clase E adopta una suspensión rebajada 1,5 cm que  proporciona un satisfactorio comportamiento además de un gran confort de marcha. Un confort de marcha derivado de la propia suspensión que sube muchos enteros gracias a un correcto aislamiento acústico. Los cuatro pasajeros van acomodados como en una especie de burbuja que aísla del exterior. Es un coche muy cómodo, con un suave rodar y muy estable. Transmite al conductor desde el primer momento una sensación de total seguridad y control.

Especial protagonismo acapara el motor diésel encargado de propulsar al CLE 220 d Coupé. Porque son muchas las virtudes que atesora, empezando por un refinado funcionamiento y terminando porque ofrece una increíble relación prestaciones consumo. No es que pierda el típico sonido a diésel, pero lo cierto es que apenas se oye. Este motor de 4 cilindros en línea con 2 litros de cilindrada arroja una potencia de 197 CV y un par máximo de 440 Nm. Lleva asociado un sistema de hibridación ligera MHEV que le hace ser portador de la etiqueta medioambiental Eco, todo un pasaporte de cara a poder circular por las grandes ciudades. Para la transmisión se recurre a un cambio automático de convertidor 9G-Tronic de 9 velocidades que realiza su trabajo con gran eficacia; los cambios de marchas los ejecuta con tal suavidad que casi resultan imperceptibles.

Este brillante motor mueve con mucha soltura los 1.870 kg que pesa en vacío el coche, algo que queda plasmado en unas convincentes prestaciones: una velocidad máxima de 238 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,5 s, en tanto el consumo combinado WLTP se cifra en 4,7 l/100 km. Sin embargo la agradable sorpresa llega cuando se llena el depósito de gasóleo y visualiza en el cuadro una autonomía de más de 1.250 km. A priori se piensa que este dato es muy optimista a pesar de tratarse de un diésel, porque hay que mover un peso considerable, alimentar a 197 CV y en la práctica dicha autonomía habrá de bajar significativamente si se conduce de forma rápida sacando toda la esencia del propulsor. Pero lo cierto, como hemos podido comprobar en condiciones reales de uso, es que el gasto de combustible se corresponde más bien con el de un utilitario. En un viaje por autovía circulando por encima de 120 km/h y practicando una conducción sin excesivos miramientos a la hora de presionar el pedal del acelerador, la indicación en el ordenador de a bordo es de franca sorpresa, resulta increíble ver un consumo de 5,5 l/100 km. En definitiva, se trata de un motor cuyo gasto de combustible se muestra muy poco sensible en relación al  uso que se haga del coche, a la orografía del terreno o las condiciones del tráfico. Consume muy poco.