La mentalidad está cambiando y no solo en lo que a concienciación medioambiental se refiere. La importancia de la alimentación tanto en el consumo como en la producción está a la orden del día. Pero ese cambio no solo puede partir del consumidor sino que tanto a los productores como los distribuidores también deben hacerse eco. Hace unos años, desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), ya se pidió un cambio en la mentalidad en las empresas del sector con el objetivo de “producir lo que se consume en lugar de vender lo que se fabrica”. Aunque lo cierto es que la distribución supone tan sólo el 5% del desperdicio que se produce frente al 11% de la distribución primaria, el 12% de la restauración, el 19% del procesamiento de los alimentos y el 53% del que se da en los hogares. Y es que en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos
Muchos son los supermercados y empresas que se ha sumado a diferentes iniciativas para poder aprovechar sus excedentes alimentarios. Desde el ‘Take away’ de los diferentes restaurantes donde te ponen los alimentos que te han sobrado de la comida o cena para llevar, hasta los supermercados que colaboran con asociaciones para el reparto de los excedentes alimentarios o supermercados que venden esos excedentes a otros supermercados como productos reciclados.
Desde el Ministerio de Agricultura se puso en marcha la estrategia ‘Más alimento, menos desperdicio’ con el que se busca realizar una radiografía de la situación actual en cuanto a desperdicios alimentarios así como divulgar y promover buenas prácticas o revisar aspectos normativos. Desde el Ministerio se entiende que “las políticas deben ir dirigidas hacia la concienciación, la educación y la corresponsabilidad de todos los actores de la cadena de suministros respetando la libertad del productor y del consumidor para ofrecer y elegir los productos que más se ajusten a sus necesidades”.
De hecho, desde Unilever, una de las principales compañías de gran consumo a nivel mundial, realizaron una Guía práctica para reducir los desperdicios alimentarios en la que se tienen como puntos básicos para no desperdiciar en los hogares la planificación tanto en la compra como en los menús, la ajustar la cantidad de ingredientes a la hora de cocinar y reutilizar las sobras.
Pero el trabajo de concienciación no sólo se debe realizar en casa sino que las cadenas de supermercados también pueden colaborar con ello. Cada día los supermercados deben ‘deshacerse’ de productos por diferentes causas como pueden las roturas de producto, envases dañados, fechas de consumo preferente, o desperdicios naturales como huesos. Pero a esto se añade la cantidad de alimentos que no pueden ir a la alimentación humana y que se entregan a gestores autorizados para el reaprovechamiento como podría ser la alimentación animal. Cadenas como Mercadona, Consum, Dia, Carrefour, Eroski, Lidl realizan acciones para poder bajar ese porcentaje, el 5%, con el que que actualmente cuenta el sector de la distribución.
Desde 2009 Dia colabora con los bancos de alimentos y forma parte de la iniciativa La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala pero su estrategia se centra en manejar distintas variables para evitar el excedente de alimentos que puedan desecharse. En esa línea trabaja Mercadona que ajusta al máximo los pedidos con las previsiones de venta, trabajando la mejora en la manipulación de los productos y que también destina los excedentes a más de 120 comedores sociales, bancos de alimentos y otras entidades sociales. Por su parte, Carrefour colabora con la Federación Española de Bancos de Alimentos al igual que Eroski. Consum puso en marcha su programa 'Profit' de gestión responsable de alimentos, además de realizar descuentos en los productos cercanos a su fecha de caducidad. Por su parte, Lidl además de hacer los pedidos ajustados, mantiene un férreo control en las fechas de caducidad aplicando un descuento del 30% en aquellos artículos cercanos a la caducidad.
Otras iniciativas
A principios de año, el Gobierno de Baleares aprobó la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados de Baleares. La normativa tendrá en su punto de mira a los supermercados a los que prohíbe explícitamente tirar comida en buen estado a la basura pero que, a su vez, intenta ser lo más transversal posible y llegar también a productores y consumidores.
Otro ejemplo podría ser la iniciativa australiana donde la ONG OzHarvest ha montado un supermercado en el que se puede adquirir productos descartados, sobre todo, por otras grandes superficies pero en el que también colaboran cafeterías, restaurantes, panaderías… En Dinamarca también hay un supermercado similar, el Wefood, en el que se pueden encontrar los productos entre un 30 y 50% más baratos pues proceden de otras empresas del sector y los mismos están a punto de caducar, tener el embalaje en malas condiciones, estar etiquetados incorrectamente, etc, pero son perfectamente aptos para el consumo.
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