El cuidado y el respeto por el medio ambiente se puede adoptar como hábito en cualquier ámbito del día a día. Igual que se investiga en cuestiones de movilidad con el desarrollo de coches y motos eléctricas o se insta a los ciudadanos a separar los residuos para su posterior reciclaje, en la última década el mundo de la moda se ha sumado a la tendencia sostenible. Prendas y calzados creados sin materiales tóxicos, alternativos o incluso reciclados que reducen el impacto en la naturaleza y contribuyen al cuidado del planeta. España es pionera en esta nueva corriente que poco a poco se va abriendo camino como alternativa al 'fast fashion', la moda tradicional. Una opción que en su concepto de sostenible incluye unas condiciones laborales adecuadas en su proceso de creación.
Para que la moda sostenible no sea eso -una moda-, impulsar esta industria alternativa y promocionar a los emprendedores que se sumen al movimiento, se ha creado la Asociación de moda sostenible en España (AMSE), con sede en Jerez de la Frontera y más de cien empresas asociadas ya. “Entendemos por moda sostenible toda prenda o complemento que respete el medio ambiente, la salud humana y de los trabajadores, y que potencie el uso de materiales sostenibles, la reutilización de materiales existentes y la producción local”, explican a ‘El Independiente’ desde su departamento de comunicación.
Marcas como Latitude, fundada por María Almazán, una emprendedora gallega que ha revolucionado por completo el concepto de producción. Sólo trabaja con pequeñas y medianas empresas de España y Europa, y se cerciora de seguir cada paso del proceso de creación y desarrollo de las prendas para que se respeten las condiciones de los trabajadores.
'Slow fashion next', en busca de sustituir a la moda tradicional
Tras el ejemplo de Latitude, muchas empresas se han unido al movimiento alternativo 'Slow fashion next', que pretende establecerse como la primera opción ante la moda tradicional que, no sólo suele contar con una cadena de producción externa en la que los trabajadores viven en condiciones ilegales, sino que no tiene en cuenta el estado del planeta a la hora de escoger los materiales ni de cuidar los procesos químicos de creación.
Muchas de las empresas nacidas en torno al movimiento procuran ir siempre un paso más allá y diferenciarse sobre todo en lo que a materiales se refiere. Es el caso de Piñatex, compañía española que, a través de las hojas de la piña, ha logrado encontrar una alternativa al cuero animal que utiliza en sus diseños para otras empresas. “Las fibras se degradan y se someten a un proceso industrial para convertirse en una malla no tejida. Además, una vez que las hojas han sido despojadas de fibra, la biomasa sobrante puede usarse como fertilizante natural rico en nutrientes o como biocombustible, por lo que no se desperdicia nada”, explican desde su departamento de prensa.
En paralelo a su actividad comercial, Latitude también se halla en continua investigación de materiales con los que seguir creando moda justa y ecológica. “Buscamos la transformación de un ideal en un modelo de negocio sostenible único en el mundo de la moda. Tenemos la convicción de que es necesario (y posible) recuperar una forma de hacer moda basada en la calidad a la que se incorporan nuevos valores que hablan de responsabilidad y sostenibilidad”, es su declaración de intenciones.
Tan importante es el empleo de nuevos materiales o las buenas condiciones de los trabajadores, como la reutilización de productos textiles. La ropa de segunda mano, bien en su forma original o bien modificada, es otra de las alternativas que entran dentro del concepto de moda sostenible.
Igual que ocurre con los pláticos, el cartón u otras materias reciclables, los tejidos utilizados para las prendas de ropa son susceptibles de reutilización. La gran tendencia dentro de ese sector del reciclaje es el 'upcycling' es decir, fabricar con el tejido un producto diferente al que era originalmente. Una opción sostenible en la que se ha especializado la marca Upcyclik, que no sólo ofrece sus propios productos a la venta sino que da consejos y tutoriales para que cada uno en su casa pueda dotar de una segunda vida a la ropa que acumula en su armario.
Un crecimiento lento, pero seguro
En la última década, las empresas de moda que tienen en el cuidado del Medio Ambiente una prioridad se han multiplicado en nuestro país. Además de la creación de AMSE, otras asociaciones que se dedican a implantar la sostenibilidad en diferentes ámbitos urbanos, Mares de Madrid, ha impulsado la organización de un mercadillo de moda sostenible entre el 7 y el 9 de diciembre en la capital española.
Bajo el nombre de 'Mar de reciclaje', once empresas de moda sostenible han montado su espacio en el mercadillo. El requisito, que sus productos provengan de materiales reciclados, sean ecodiseñados o se hayan fabricado a través de materias alternativas.
Iniciativas para acercar la moda sostenible al gran público, una labor que también llevan a cabo empresas como 'Slow wear project', cuyo actividad comercial principal sirve en formar a emprendedores del mundo de la moda que quieran abrir su compañía dentro del marco de la sostenibilidad.
La aparición de este tipo de empresas que se dedican a la orientación de nuevas marcas de 'Slow fashion' demuestra la importancia que está adquiriendo la moda sostenible y su inclusión en el día a día de la sociedad de consumo.
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