Los registros oficiales muestran que la cifra de fallos en las centrales nucleares españolas ha descendido en los últimos años de manera muy evidente. En 2015 fueron 56 los sucesos notificables por parte de las plantas supervisor del sector y en lo que va de año no se han registrado más de 15, y es difícil que el dato aumente. El año pasado fueron dos los incidentes de cierta relevancia registrados en las centrales (clasificados con un Nivel 1 en la denominada escala INES, que mide la gravedad de los hechos) y en 2016 de momento no ha habido ninguno de este categoría.
Uno diría que la seguridad en las plantas nucleares ha mejorado, pero los inspectores que se encargan de detectar y avisar de esos problemas en las instalaciones tienen otra versión muy diferente. Técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) advierten de que las cifras de fallos en las centrales han ido cayendo por tres motivos muy diferentes a la mejora de la seguridad.
Uno, porque los directores del centro han ordenado a los inspectores que no persigan los denominados sucesos notificables, sobre los que los dueños de las centrales deben informar al CSN, y con ello dejan la decisión prácticamente en manos de las propias empresas. Dos, por la decisión de la dirección del organismo de modificar el año pasado los criterios que se utilizan para clasificar la gravedad de los incidentes que se registran. Y tres, porque sus superiores aplicarían con laxitud la propia norma, incluso con los nuevos criterios aplicables actualmente.
Desde el CSN, por el contrario, fuentes oficiales consultadas por El Independiente subrayan que todas las decisiones sobre estos asuntos vinculados a posibles fallos en el parque nuclear se adoptan siempre con protocolos y criterios técnicos, y todas se investigan y analizan. Justo la impresión contraria que tienen al menos parte de los inspectores del organismo encargado de velar por la seguridad nuclear en España.
Varias fuentes internas del CSN, críticas con la dirección comandada por el presidente del centro, Fernando Marti, aseguran que el organismo actualmente está volcado en “evitar la repercusión pública de los fallos en las centrales”, lo que a su juicio explicaría los cambios de normativa y las presuntas presiones para evitar ruido sobre el funcionamiento del sector.
Notificables no notificados
Los sucesos notificables son aquellos de los que, según la normativa técnica, una central nuclear estaría obligada a informar al CSN en caso de fallo, mal funcionamiento, incumplimiento del reglamento… Tradicionalmente, los inspectores del propio CSN proponían a la central los sucesos que debía notificar al supervisor y, en caso de que el dueño de la planta se negase, era el propio organismo el encargado de determinar si la instalación estaba obligada o no.
Los sucesos notificables en las centrales han pasado de 56 el año pasado a sólo 15 en lo que va de año
Fuentes del cuerpo técnico denuncian que actualmente la dirección del CSN ha solicitado a los inspectores que no centren su actuación en determinar si existen sucesos notificables en las instalaciones, lo que dejaría en la práctica la decisión de informar en manos sólo de la propia central salvo en caso flagrantes. Muchos sucesos hasta ahora considerados notificables se estarían archivando a la espera de la inspección de cada central que el CSN realiza cada dos años, y entonces se tomaría una decisión. El resultado: frente a las varias decenas de sucesos notificables que se registraban cada año (entre 40 y 90), en lo que va de 2016 sólo se han producido… 15.
La Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN) remitió a principios de mes una demoledora carta a la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados. En ella, la organización alertaba del actual escenario. “Es fundamental que los inspectores mantengan su capacidad para identificar incidencias y poder solicitar a los titulares que emitan las correspondientes notificaciones. En la situación actual se ha ido perdiendo esa potestad, y los inspectores residentes en las centrales nucleares han llegado a recibir indicaciones para que “no pierdan el tiempo buscando estas incidencias”. Se ha llegado incluso a desautorizar frente a los titulares al inspector que exigía la notificación de un incidente”, indicaba la organización.
Cambios en la escala de gravedad
La dirección del Consejo de Seguridad Nuclear modificó el año pasado los criterios que se utilizan categorizar la gravedad de fallos en las centrales nucleares, según desveló el diario Sabemos. La modificación fue aprobada por la Secretaría General del organismo como un mero procedimiento administrativo, por lo que no se hizo pública y no se elevó al pleno del centro para su aprobación.
La gravedad de los problemas en instalaciones nucleares se clasifican –siempre que se hayan notificado antes, si no, es imposible- según la denominada escala INES, que valora los sucesos del 0 al 7: el nivel 0 es una simple anomalía que se considera que no ha supuesto un problema de seguridad y el 7 un accidente de consecuencias extremas, como Fukushima o Chernóbil.
Fuentes internas del CSN, críticas con la dirección, avisan de que se intenta evitar la repercusión pública de los fallos en centrales
Con la reforma impulsada por la dirección del CSN, que modificaba un procedimiento de aplicación internacional, se ampliaron los supuestos que directamente se consideran de nivel 0 y que hasta entonces podrían ser catalogados como de nivel 1 (que ya se considera incidente, no una mera anomalía). La nueva práctica implica considerar automáticamente como fallos de nivel 0 todos aquellos que, aunque se estén incumpliendo las especificaciones técnicas de funcionamiento (ETF) de las instalaciones, hayan pasado inadvertidos para las compañías eléctricas titulares de la central nuclear.
Si los gestores de la central no tienen conocimiento del incidente y, por ello, no pueden tomar medidas para solucionarlo en los plazos fijados, no se considerará más que una anomalía. Y sólo pasarían a considerarse como suceso de nivel 1 si el titular de la planta no toma medidas en el plazo de tiempo obligatorio desde el momento que tiene conocimiento (o desde el momento que dice que lo tiene).
Según los técnicos del CSN este cambio evita que algunos incidentes en las centrales se consideren como tal, dado que pasar inadvertidos por el titular de la planta se convierte en una vía para que el suceso se le achaque el nivel mínimo de gravedad. Pero es que, además, desde la asociación de técnicos se denuncia que algunos fallos en centrales nucleares se consideran de manera incorrecta como Nivel 0 incluso aplicando el nuevo procedimiento aprobado.
En este sentido, la ASTECSN se queja de que la dirección del CSN haya mantenido la categoría mínima dos sucesos que los inspectores reclaman como Nivel 1, uno en la central de Ascó (Tarragona), el pasado mayo, y otro en la de Almaraz (Cáceres), en julio. E incluso fuentes del cuerpo técnico apuntan que algunos sucesos que ni siquiera han sido notificados por las centrales podrían considerarse como incidentes de Nivel. En paralelo, los inspectores advierten de que desde la dirección se ignoran desde hace meses sus avisos sobre fallos en la central de Almaraz.
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