Lo tienen complicado quienes quieran sabotear el Black Friday porque odien las tradiciones importadas. El anti-Black Friday ya está inventado y ha sido idea, claro, de los americanos.
Protestar contra el día más sagrado del consumismo, que inunda las tiendas con presuntas ofertas irrepetibles, se está poniendo de moda. La resistence se está organizando. Su estrategia promueve algo tan sacrílego como dedicar el día entero a no comprar absolutamente nada.
No gastar dinero en grandes almacenes es un tipo de activismo de lo más vanguardista en EEUU que cualquiera que haya vivido alguna vez en un pueblo de Soria ha practicado muchas veces sin siquiera ser consciente. Para celebrarlo al estilo americano se recomienda llamarlo el Buy Nothing Day (BND).
El anti-Black Friday ya está inventado y ha sido idea, claro, de los americanos
La celebración del Black Friday, que empezó en EEUU en los años 60, empezó a conocerse como el viernes negro porque es el día en que los comercios hacen tanta caja que entran en ganancias y sus números dejan de ser rojos. Es la inauguración oficial de la temporada de compras navideñas y se celebra el día después de Acción de Gracias.
En Europa esta parte nos la hemos saltado y hemos incorporado sólo lo de las ofertas del día después, que es como saltarse Nochebuena y quedarse con Papá Noel.
La principal crítica en EEUU al Black Friday viene, de hecho, de quienes protestan porque tanta obsesión por aprovechar los chollos comerciales está arruinando la celebración familiar. No sólo porque cada vez la gente empieza antes a hacer cola a la puerta de las tiendas para entrar los primeros, también porque éstas cada vez abren antes. Algunas ya abren a medianoche del jueves. A este paso la cena de Acción de Gracias la van a pasar las familias en la cola del Macy's.
El anuncio de unos grandes almacenes pide que en vez de comprar cosas, disfruten de las fiestas en familia
Hacer del último viernes de noviembre el día mundial sin compras, como promueven desde hace algunos años varios movimientos anticapitalistas, es complicado. Pero si algo demuestra que el anti-Black Friday está poniéndose de moda es que la propuesta de no comprar nada ese día ya se ha convertido en una campaña de marketing para vender más.
La cadena TJX, con más de 3.600 tiendas, reivindica en su anuncio de este año el espíritu original de estas fiestas para los americanos más allá del consumismo. El anuncio invita a pasar el día, en vez de comprando cosas, disfrutando en familia.
La firma de ropa deportiva REI también ha anunciado que cierra sus tiendas el Black Friday. El año pasado millones de personas se sumaron a su iniciativa #OptOut en redes sociales, en la que pedía a la gente que compartiera sus fotos pasando el día en familia rodeados de naturaleza en vez de comprando. En vista del éxito, este año repiten. Varios Parques Nacionales ofrecen tickets gratis con el mismo fin.
Así que tengan cuidado. Igual que guisar o hacer calceta pasó de ser cosa de abuelos a estar de moda entre los hipsters, pronto no comprar será un acto capitalista. A este paso no va a haber escapatoria al Black Friday. Ni siquiera basta con esperar a que pase este fin de semana. El lunes llega el Cyber Monday.
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