Ibercaja se prepara para saldar con el Estado el último tramo de ayudas pendiente. Y lo hará haciendo acopio de músculo financiero: con fondos propios y sin tener que recurrir a ampliaciones de capital o inversores externos. El grupo aragonés planea adelantar el repago al Frob de los bonos convertibles contingentes (CoCos), procedentes de Banco Caja3, por valor de 386 millones de euros (ya devolvió 20 millones el pasado marzo), en marzo de 2017. Adelantará, por tanto, la amortización del préstamo, que estaba prevista hacerse en dos pagos, marzo y diciembre del próximo año.
El grupo aragonés amortizará 386 millones de CoCos en marzo, saldando toda su deuda con el Estado
Fuentes próximas a la entidad aseguran que, si se cumple la hoja de ruta que maneja el equipo de dirección, la amortización de los CoCos se realizará con fondos propios, ya que se lo permiten sus cómodos ratio de solvencia y liquidez. A cierre de septiembre, el ratio de solvencia CET1 Phased In se situó en el 12,3% frente al requerimiento regulatorio del 9,25%. La liquidación de los bonos convertibles tendría un impacto negativo del 1,7%, lo que dejaría la ratio del grupo en 10,7%, aún por encima del mínimo exigido.
La amortización de estos 386 millones de euros, que actualmente suponen un coste para el banco del 9%, liberarán casi 35 millones de euros, que irán directamente al resultado de 2017. Teniendo en cuenta que la previsión del grupo es cerrar este año con un beneficio neto de en torno a 110 millones de euros, se infiere que, con el ahorro de costes estimado, Ibercaja disparará su resultado en torno a un 30% el próximo ejercicio.
Negociaciones con KKR y Apollo
En las actuales circunstancias de mercado, Ibercaja descarta una salida a Bolsa, pero fuentes próximas al grupo aseguran que "está preparado para hacerlo en cualquier momento, si se abriese una ventana de oportunidad". Una vez que se activase el protocolo de solicitud a la CNMV, registro del folleto y demás, la operación podría completarse en un plazo de entre 6 y 9 meses.
La entidad tiene de plazo hasta 2020 para que la Fundación Ibercaja, máxima accionista del banco con una participación del 88%, reduzca la cifra hasta por debajo del 50%. El restante 12% está en manos de las fundaciones de CAI, Caja Badajoz y Caja Círculo.
JPMorgan, que está asesorando a la entidad en el diseño de su futuro, baraja varias alternativas para la desinversión de la fundación en el banco. Y, aunque la alternativa preferida por el grupo que preside Amado Franco sería una OPV (Operación Pública de Venta), fuentes del mercado aseguran que, cada vez, cobra más fuerza la entrada de un inversor institucional que actúe como ancla con una participación de entre el 10 y el 20% para, posteriormente, sacar a cotizar a la compañía con un free float (capital que circula libre en el mercado) de en torno al 30%.
Las negociaciones no llegan a materializarse aún, pero entre los fondos que han mantenido negociaciones avanzadas con Ibercaja figuran KKR y Apollo. El problema: el precio. Mientras Ibercaja considera que, con unos fondos propios de 2.400 millones de euros, su valor en libros debería aproximarse a esta cifra, los grandes inversores exigen un descuento mayor.
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