Los pactos suscritos por el Gobierno de Mariano Rajoy a lo largo de los últimos meses con los distintos grupos parlamentarios, sobre todo el PSOE y Ciudadanos, han dado sus frutos. El Pleno del Congreso de los Diputados ha dado luz verde este jueves a los objetivos de estabilidad entre 2016 y 2019, el primer paso, junto a la fijación del techo de gasto, en la tramitación de los Presupuestos para el año que viene. Pero una cosa es pactar y otra convencer.
Desde la oposición, 'naranjas' y socialistas han celebrado que el Gobierno haya aceptado algunas de sus exigencias para lograr estos apoyos, pero han echado en cara al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que para cuadrar las cuentas haya decidido también subir impuestos, aunque no haya sido directamente a las rentas medias, en lugar de profundizar aún más en la lucha contra el fraude o afrontar una reforma fiscal integral.
Además, las minorías han criticado estos pactos bilaterales al considerar que en algunos aspectos, como la subida de bases de cotización, han hurtado el debate al Pacto de Toledo y a los agentes sociales. Todos esperarán al Gobierno en la tramitación del proyecto de Ley de Presupuestos.
Para la aprobación de los objetivos de estabilidad, el Gobierno ha contado con los votos favorables de PP, PSOE, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, frente al voto en contra de Podemos. El techo de gasto del Presupuesto -de 118.337 millones de euros- ya venía consensuado con los gobiernos autonómicos en el Consejo de Política Fiscal y Financiero (CPFF) y no se votaba.
El Gobierno ha contado con los votos favorables de PSOE, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria, frente al voto en contra de Podemos
Los objetivos de estabilidad para 2017 establecen el reparto de los compromisos de déficit de las diferentes administraciones para alcanzar en conjunto una reducción de este saldo hasta el 3,1% del PIB. A partir de este momento, el Ejecutivo llevará a la Cámara Baja el proyecto de Ley de Presupuestos en las primeras semanas del mes de enero, para su enmienda y aprobación.
Además, el Gobierno ha logrado que el Congreso convalide el Real Decreto-Ley de medidas de ajuste para el próximo año con los votos favorables del PP, PSOE y Coalición Canaria. En esta votación, Ciudadanos y PNV se han abstenido y Podemos también ha votado en contra.
El Real Decreto persigue un incremento de los ingresos para cuadrar el déficit público cargando las tintas, principalmente, en la tributación de las grandes empresas; aunque incluye también la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en un 8%.
El Gobierno pacta, pero no convence
Sin embargo, al Gobierno le queda ahora por delante una tramitación de los Presupuestos que no será fácil. Por el camino tendrá que tumbar, casi con toda seguridad, vetos a la totalidad de las cuentas públicas. Además, las enmiendas parciales serán clave para poder alcanzar acuerdos con otros grupos para un Gobierno sin mayoría absoluta que busca la estabilidad política.
Y todo ello requerirá, como han demandado gran parte de los grupos parlamentarios, algo más que pactos puntuales. El Gobierno necesitará a partir de ahora un diálogo con mayúsculas.
En los primeros compases del debate de convalidación del Real Decreto, Montoro se mostraba consciente de este nuevo equilibrio de fuerzas. Con un tono menos elocuente del habitual, ha visto la sesión de este viernes como “el triunfo de la política y el fruto del diálogo”.
Montoro proclama "el triunfo de la política y el fruto del diálogo"
En un ejercicio de pedagogía, explicaba que España afrontará en 2017 la necesidad de realizar un ajuste fiscal de 16.000 millones de euros. Es la distancia que hay entre un déficit público del 4,6% del PIB, con el que el Gobierno cuenta cerrar este año, y el 3,1% comprometido con Bruselas para el próximo año.
Y tras el palo, la zanahoria: el ministro de Hacienda ha señalado que mantener las actuales políticas económicas permitirá reducir la tasa de paro por debajo del 13% en 2019, lo que le ha valido para asegurar que entonces se podrá decir que “la crisis está completamente superada”.
Sin embargo, los apoyos recabados en el día de hoy no se deben tanto a la capacidad del Gobierno de convencer, como de pactar, o al menos así se lo han hecho saber a Montoro.
Ciudadanos y PSOE: Sí, pero no
Ciudadanos ha logrado que el Gobierno introduzca en los Presupuestos un paquete de medidas sociales valorado en 3.850 millones de euros y ha dado su apoyo a los objetivos de estabilidad. El portavoz de Ciudadanos, Toni Roldán, ha sacado pecho por ello, sobre todo ante los miembros de Podemos.
Este paquete incluye iniciativas tan sonadas como la ampliación del permiso de paternidad de dos a cuatro semanas o un complemento salarial garantizado para menores de 30 años.
Sin embargo, la formación ha tenido que digerir la inclusión en el decreto de medidas de ajuste una subida de impuestos a la que se han opuesto desde el principio, que ronda los 5.000 millones de euros.
“No es de fiar”, le ha espetado el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta. Por eso, también ha anticipado que, tras abstenerse en la votación del Real Decreto, perseguiría que se tramitase como proyecto de Ley para poder introducir enmiendas. Finalmente, PP y PSOE han rechazado esta posibilidad.
Por su parte, el portavoz económico del PSOE, Pedro Saura, también ha dedicado gran parte de su intervención a poner en valor que ha sacado de las negociaciones con el Gobierno nada menos que una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 8%, la subida de bases máximas de cotización del 3% y un margen de reducción del déficit para las comunidades autónomas hasta el 0,6% del PIB, frente al 0,7% inicial. Su voto, también ha sido favorable para que los Presupuestos echen a andar.
Pero los socialistas han pedido al Gobierno más ambición. “Se han quedado cortos”, ha recalcado Saura ante la bancada del PP. En su opinión, es preciso poner en marcha una reforma fiscal integral y aumentar el control sobre el fraude, como ha expresado el portavoz económico de Podemos, Segundo González.
No obstante, el PSOE ha votado a favor del Real Decreto, en el que ven el fin de la austeridad, al incluir medidas sobre los ingresos, mientras que Podemos se ha abstenido y ha criticado a los socialistas por su pactismo con el Gobierno.
Los grupos afean al Gobierno que se salte el Pacto de Toledo
Una nota común entre todos los grupos de la oposición, excepto el PSOE, ha sido la negociación desplegada con el Gobierno para ampliar las bases de cotización al margen del Pacto de Toledo.
Para el portavoz de ERC, Joan Capdevila i Esteve, esta negociación no ha sido sino una muestra más de la escasa voluntad de diálogo del Gobierno. “El Gobierno ha tratado de conseguir los votos imprescindibles, no ha sido el colmo del diálogo”, ha dicho, para añadir que si los sindicatos se enteran por la prensa de estos gastos “las cosas se tienen que decir en la calle”, en alusión a las movilizaciones que inician las centrales este jueves.
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