Las grandes empresas no financieras congelaron el salario de sus trabajadores en octubre, mes en que una parte de ellas tuvieron que desembolsar unos 6.000 millones de euros no previstos al inicio del ejercicio por la subida de los anticipos del Impuesto de Sociedades.
El Gobierno anunció en julio su intención de elevar los tipos en los pagos fraccionados de las empresas de más de 20 millones de facturación para ingresar de forma anticipada 6.000 millones de euros con los que tapar el agujero en la recaudación por este impuesto y tratar de embridar las cifras de déficit público.
El Ministerio de Hacienda acabó de perfilar este hachazo fiscal en el mes de septiembre y aprovechó para endurecer las condiciones en las que se haría. La medida se dirigió entonces a las empresas de más de 10 millones de facturación y el tipo de interés mínimo se fijó en el 23% de su resultado contable con carácter general y en el 25%, en el caso de bancos y refinerías. La factura prevista se incrementó en consecuencia hasta los 8.000 millones.
La medida se empezó a aplicar en el pago fraccionado del mes de octubre, con una recaudación prevista de unos 6.000 millones de euros, el 70% del total proyectado
La medida se empezó a aplicar en el pago fraccionado del mes de octubre, con una recaudación prevista de unos 6.000 millones de euros, el 70% del total proyectado. En el mes de diciembre se completa el segundo pago fraccionado. De cara a los próximos años, la medida se mantendrá mientras el déficit público no baje del 3% del PIB, algo que el Gobierno prevé para 2018.
Sobre el papel, este endurecimiento no supone una subida de impuestos en 2016, puesto que se trata de un adelanto que habrá que liquidar en todo caso en el mes de julio de 2017, del mismo modo que opera el IRPF en la declaración de la renta. Sin embargo, es una importante medida que afecta a la liquidez de las empresas.
Por el momento, los ingresos por el Impuesto de Sociedades se han recuperado desde octubre y permitirán cumplir los objetivos de déficit del año, según los analistas. Sin embargo, las grandes empresas han caminado en paralelo hacia una congelación salarial desde que se conoció la medida.
Los salarios crecen menos desde el verano
Según datos de la Agencia Tributaria (AEAT) sobre empresas con un volumen de operaciones de más de seis millones de euros en el año inmediatamente anterior, los rendimientos brutos medios –fundamentalmente salarios y retribuciones a consejeros, tanto en dinero como en especie—se incrementaron un 0,5% en el mes de julio, cuando el Gobierno avanzó el endurecimiento de los anticipos.
También crecieron un 0,5% en el mes de agosto, pero en septiembre, cuando se dieron a conocer las nuevas y más exigentes condiciones de estos pagos fraccionados, la remuneración media creció solo un 0,1%, mientras que en 2015 lo había hecho en un 0,4%.
Ya en octubre, el último mes del que se disponen datos, no ha habido alza en la remuneraciones, mientras que un año antes se había producido una subida del 1,1%.
La AEAT explica que en octubre de 2015 se produjo la mayor subida en las retribuciones del año, “lo que explica que ahora no se observe ningún aumento anual”, a lo que añade que “salvando estas irregularidades de la mensualización de las pagas, lo relevante es la señal anual: el aumento promedio observado en 2016 es del 0,5% y en el total del año no variará”. El incremento medio en 2015 fue también del 0,5%, pero con mayores subidas anuales desde el mes de agosto.
Además, en el caso de las empresas de la industria de actividades de energía y agua, que incluye las empresas dedicadas al refino de petróleo, los salarios cayeron un 0,6% tanto en septiembre como en octubre.
Por otro lado, la congelación de los salarios en octubre coincide con un incremento de las ventas de estas empresas del 2,3% con datos deflactados y corregidos de calendario. En lo que va de año, este aumento es del 2,6%, algo por debajo del 3,2% del conjunto de 2015.
El aviso de los empresarios
Poco tiempo antes de que se aprobara y empezara a aplicar la medida, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, envió una carta al Gobierno en la que avisaba de las posibles consecuencias que la subida de los anticipos tendría para las grandes empresas.
En el caso de las empresas de la industria de actividades de energía y agua, los salarios cayeron un 0,6%
En la misiva señalaba Rosell que este anticipo del impuesto no estaba previsto en las estimaciones de tesorería de las empresas afectadas, por lo que incrementaría sus necesidades de financiación, "pudiendo comprometer su solvencia en algunos casos”.
La pasada semana, el Congreso de los Diputados convalidó un nuevo Real Decreto-Ley de medidas de ajuste para reducir el déficit que incluía subidas de impuestos por importe de alrededor de 5.000 millones de euros en 2017. De estos, unos 4.655 millones de euros cargan sobre las cuentas de las empresas, nuevamente a través del Impuesto sobre Sociedades.
A raíz de la convalidación de esta norma, la CEOE ha vuelto a salir al paso para indicar que el nuevo incremento de la presión fiscal para las empresas afectará negativamente a las inversiones y al empleo.
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