En verano Nintendo pegó el pelotazo del año. En menos de 15 días sus acciones se dispararon un 76% en la bolsa de Japón. Era la locura, generada por un juego de realidad aumentada que respondía al nombre de Pokemon Go. Responde, ya que aún existe pese a que apenas se hable de él.
La aplicación fue un bombazo. Parecía el momento perfecto, pues todos esos niños que se engancharon a los aventuras de Pikachu, y demás fauna nipona, ahora eran adultos armados con un smartphone y 4G.
El lunes 18 de julio la locura se desató y las acciones Nintendo se dispararon sin control un 24,5%. El jueves siguiente el ascenso fue del 16%. En total, la compañía japonesa, que había sido sacada a empujones de la primera línea del mercado de los videojuegos por Microsoft y Sony, volvía al juego. En esas dos semanas su valor había crecido en 13.000 millones de euros.
Como todos sabemos, la burbuja explotó. Fue tan rápida la subida como la caída y para el lunes el desplome ya rozaba el 20%. Se acabó el cuento de hadas.
Para volver a la relevancia mediática, Nintendo escogió un marco de excepción. En el último Apple Event, escenario de presentación del iPhone 7, la firma nipona anunció el debut de su personaje más famoso, Mario Bros, en una aplicación para smartphones.
La cotización en la bolsa de Japón vivió, con más moderación, una jornada de subidas, pasando de los 202 euros por título del día 7 a los 228,85 euros por acción en los que cerró la sesión de la jornada siguiente.
Por supuesto, el efecto Pokemon Go atacó de nuevo y las acciones tardaron tres días en volver al entorno de los 202 euros por título, dejando atrás todas las ganancias de aquellas jornadas en las que volvieron a saborear el éxito.
Éxito efímero
En su primer día en la App Store de Apple, Super Mario Run tuvo 2,85 millones de descargas. Por comparar, Pokemon Go superó a duras penas las 900.000. El juego, que de momento sólo está disponible para dispositivos iOS, es sencillo y gratuito, aunque hay que pagar 9,99 euros -o dólares- para hacerse con la versión completa.
De momento las mayores críticas hacen referencia a la simpleza del juego, fácilmente superable, y a las pocas horas de entretenimiento que ofrece.
Teniendo en cuenta que casi todos los juegos para smartphones son gratuitos y que, además, el precio de casi 10 euros es realmente alto, no es de extrañar que las previsiones más optimistas apunten a que apenas un 10% de los jugadores acabe por pagar para desbloquear todos los mundos.
Nuevas caídas
Las acciones de Nintendo han sufrido este lunes un nuevo descalabro, del 7,06%, que sitúa el precio de sus acciones en los 24.540 yenes, su nivel más bajo desde el pasado 11 de noviembre. La compañía acumula un descenso del 16,5% en las últimas cinco sesiones, lo que se ha traducido en una pérdida de capitalización equivalente a 4.797 millones de euros, con lo que su valor de mercado se ha reducido a 24.183 millones de euros.
Los expertos siguen poniendo el foco en las dificultades que puede encontrar la compañía para lograr que los usuarios paguen la cuota necesaria para disfrutar de la experiencia completa del juego. Además, se teme que las poco favorables críticas del juego que empiezan a abundar en la App Store acaben lastrando su tirón cuando esté disponible en dispositivos Android, plataforma en la que debutará a comienzos de 2017.
De este modo, firmas como la compañía de análisis SuperData prevén que el juego generará en su primer mes un máximo de 15 millones de dólares (14,35 millones de euros), lo que contrasta con los alrededor de 100 millones de dólares (95,74 millones de euros) en beneficios operativos que registró entre julio y septiembre, el trimestre de su lanzamiento, gracias a Pokemon Go y otros productos de la saga, según informa The Wall Street Journal.
Elevadas expectativas
Estas cuestiones han supuesto un jarro de agua fría sobre las elevadas expectativas del mercado, que se habían traducido en un repunte de los títulos de Nintendo superior al 28% entre el 9 de noviembre y el 12 de diciembre. En el año aún avanza un 46%.
"Si esperabas que Mario tuviera un desempeño como Pokemon, entonces Mario claramente no ha cumplido sus objetivos. Pero eso era colocar las expectativas demasiado altas, porque el esquema de negocio de Mario es muy diferente del de Pokemon", considera Hideki Yasuda, una analista de Ace Research Institute.
Pese a la negativa reacción inicial del valor en bolsa, los analistas de Nomura mantienen una visión favorable sobre las perspectivas del juego y auguran que las ventas podrían elevarse a 36.000 millones de yenes (295 millones de euros) hasta el próximo marzo. Los expertos de la firma de análisis nipona señalan que "Super Mario Run mantiene la alta calidad de la saga y que el juego se ha optimizado con éxito para dispositivos inteligentes".
En relación a las críticas por el método de pago, esperan que Nintendo tome buena nota en futuros títulos como Fire Emblem, en el que prevén que incluya la venta de artículos durante el juego.
"En nuestra opinión, uno de los temas clave para la industria del juego en 2017 será la optimización de los motores de juego de consola para dispositivos inteligentes, y vemos el lanzamiento de Super Mario Run como un buen comienzo para esta tendencia", apuntan.
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