Desde su puesta en marcha, en marzo de 2015, el programa de compra de bonos (QE) del Banco Central Europeo (BCE) ha sido objeto de cuantiosas críticas. Muchos de sus detractores han puesto, incluso, en duda los beneficios de estas políticas.
Pero si a nivel macroeconómico, los beneficios de esta política pueden ser objeto de debate, su impacto en el balance del BCE ha sido, de forma indudable, beneficioso. La institución publicó este jueves sus resultados del ejercicio 2016, en el que obtuvo un beneficio de 1.193 millones de euros. Esta cifra representa el mejor resultado del banco central desde 2013 y supone un incremento de las ganancias del 10,2% respecto al año anterior, gracias en buena medida al rendimiento de los títulos adquiridos en el marco del QE.
Este favorable saldo tiene como principales beneficiarios a los países miembros de la eurozona, ya que el BCE reparte sus ganancias entre los distintos bancos centrales nacionales de la región presentes en su capital. La institución ha informado que el pasado 31 de enero ya realizó una distribución provisional de beneficios por importe de 966 millones. Este viernes tiene previsto proceder al reparto de los 227 millones restantes.
Alemania será el país más beneficiado por el reparto de beneficios, recibiendo 305 millones de euros
La distribución de este monto se realiza en relación al peso que tiene cada país en su capital. Esto implica que, curiosamente, sea Alemania, el país del que han surgido mayores críticas hacia las compras de bonos del BCE, el que obtenga el mayor beneficio. Al Bundesbank, el banco central germano le corresponde algo más del 25% de esta cantidad, lo que significa que ingresará unos 305 millones de euros.
Francia, que recibirá unos 240 millones de euros, e Italia, con 208 millones, se cuentan, igualmente, entre los principales beneficiarios.
También España obtendrá una cantidad nada desdeñable de los beneficios de la institución que preside Mario Draghi. El BCE debe entregar al país en torno al 12,56% de sus ganancias, lo que se traduce en un importe de 149,84 millones de euros, que irán a parar a las arcas del Banco de España.
En la última década, marcada por el estallido de la crisis financiera en 2007 y las turbulencias de la deuda en la eurozona, desde inicios de 2010, el BCE ha generado unos beneficios conjuntos por valor de 10.449 millones de euros. La mayor parte de esos beneficios han sido distribuidos a los bancos centrales de la región, aunque el Consejo de Gobierno de la institución puede reservar un importe, nunca superior al 20% del beneficio, para transferirlo al fondo de reserva general.
La importancia del 'QE'
La importancia del programa QE en las últimas cuentas del BCE resulta innegable. Según señaló el propio banco central, durante 2016 obtuvo un total de 1.043 millones de euros a partir de los activos que mantiene en cartera por razones de política monetaria, es decir, los títulos que ha ido comprando en los últimos tiempos con motivo de sus diferentes programas de estímulo.
En este campo fue especialmente significativo el aumento de los rendimientos ofrecidos por los títulos del programa APP, el que incluye las compras de deuda pública, que se incrementaron casi un 60% hasta los 435 millones.
Asimismo, los intereses generados por las reservas en moneda extranjera ascendieron a 370 millones de euros (frente a los 283 millones de2015), debido al aumento de los ingresos por tipos de interés obtenidos en la cartera en dólares estadounidenses.
Otra partida que originó importantes beneficios a la institución vino de las tasas cobradas por sus tareas de supervisión. El BCE cobró a las entidades supervisadas 382 millones de euros, un 38% más que el año anterior. La institución explica estas tasas tienen por objeto recuperar los gastos en los que incurre en relación con sus funciones de supervisión. Estos gastos se elevaron en 2016, "debido al incremento del número total de empleados de la supervisión bancaria del BCE, al traslado a las nuevas oficinas y a la provisión de infraestructura de estadística y de tecnología de información".
Por el lado de los gastos, el BCE explica que los gastos de personal ascendieron a 467 millones, desde los 441 millones del lado anterior, mientras que otros 487 millones se corresponden a la partida de otros gastos de administración, un 15% más que en 2015, "debido al incremento de los gastos relacionados con las funciones de supervisión del BCE".
Draghi gana un 1% más
Por otro lado, este jueves se supo también que el sueldo de Mario Draghi como presidente del BCE aumentó un 1% en 2016, hasta los 389.760 euros, una mejora sensiblemente inferior a la subida del 1,6% del año anterior y que se situó en línea con el repunte de la inflación de la zona euro, que el pasado mes de diciembre se situó en el 1,1% interanual.
Por su parte, el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, recibió en 2016 un salario básico de 334.080 euros, frente a los 330.744 euros de 2015.
Asimismo, los sueldos del resto de miembros del directorio del BCE que permanecieron todo el año en el cargo (Peter Praet, Benoît Coeuré, Yves Mersch y Sabine Lautenschläger) alcanzaron los 277.896 euros anuales, frente a los 275.604 euros de 2015.
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