El consumo de los hogares está en auge -aumentó un 3% en 2016- y, como consecuencia directa, las operaciones financiadas a través de tarjetas de crédito revolving que permiten aplazar los pagos está experimentado un crecimiento llamativo, pese a que el tipo de interés que aplica esta modalidad de financiación ronda el 20%.
En 2016, la inversión nueva de las operaciones de crédito al consumo de bienes duraderos alcanzó los 27.354 millones de euros, un 14% más que en 2015, el nivel más alto en siete años, tras cuatro ejercicios consecutivos de crecimiento, según los últimos datos de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef).
Los préstamos personales se dispararon casi un 60%, en gran medida, porque “se ha retomado la senda del revolving, aunque solamente representa el 8,27% del total del sector consumo", explicó recientemente el presidente de Asnef, Fernando Casero.
Los préstamos personales se dispararon casi un 60%, en parte por el regreso del 'revolving'
La banca está apuntalando esta tendencia, en un momento en el que los bajos tipos de interés impactan negativamente en sus márgenes. Este producto crediticio, aun presentando una morosidad que duplica la media del sector, figura entre los más rentables por los gravosos intereses que carga. Los créditos al consumo convencionales tienen un precio medio de entre el 8% y 9%.
"La mejora del sentimiento económico y el consumo siempre ayudan a las operaciones de crédito con tarjetas revolving. Apreciamos un incremento sostenido en la predisposición al uso de tarjetas de crédito", explican fuentes de Santander. Sabadell, por su parte, señala que, “en los peores años de la crisis, decreció el uso de estas tarjetas, pero se detecta una mejora en el ánimo de consumo, lo que implica un aumento en su comercialización”.
WiZink, la filial de tarjetas de Popular, donde controla una participación del 49%, aplica una TAE (Tasa Anual Equivalente) del 27,24% y puntualmente lanza promociones con precios ligeramente inferiores para algunos clientes.
Bankinter Consumer Finance, la filial del Bankinter especializada en créditos al consumo, confirma cómo la recuperación y el crecimiento en la financiación al consumo se refleja en un incremento del uso de las tarjetas revolving, lo que ha tenido su contribución en el crecimiento de esta división, que en 2016 batió el récord de créditos al consumo con un volumen de más de 1.000 millones de euros, un 46% más que el año previo.
Condiciones
BBVA ofrece tarjeta revolving para financiar importes inferiores a 3.000 euros. Da la opción de elegir el pago de una cuota fija al mes. El tipo de interés mensual es un mínimo del 1,5%, equivalente a una TAE del 19,56% y un interés mensual máximo del 2% que supone una TAE del 26,82%.
Santander, dentro del universo de la cuenta 123, comercializa la tarjeta revolving con la que el usuario puede pagar cuotas fijas mensuales de entre 50 y 600 euros, con un mínimo del 5% del importe total financiado. La TAE es de 17,5%, por debajo de la media del sector. La comisión, de 3 euros al mes, incluye también la tarjeta de débito y de crédito.
Bankia ofrece esta tarjeta gratuita si el cliente hace al menos una operación. De no ser así, cobra 34 euros. Cobra un tipo de interés de 1,46% mensual, que supone una TAE del 19%. También permite el traspaso de efectivo de tarjeta a cuenta. Sabadell permite financiar hasta 6.000 euros con su tarjeta revolving oro -3.000 euros máximos con su tarjeta Sin-, que maneja unos tipos de interés anuales (TAE) de entre el 5% y el 32%.
Bankinter carga una TAE del 25,34% en las compras aplazadas. La tarjeta no tiene cuota anual y la entidad devuelve el 2% de las compras realizadas con este tipo de financiación. El cliente también pueden acceder al traspaso de efectivo, que le permite transferir dinero de la tarjeta a la cuenta
corriente para disponer de efectivo.
Una sentencia del Supremo de 2015 declaró nulo un crédito revolving por considerar que era usura
El gigante online ING, aunque no comercializa tarjeta específica de revolving, sí permite operaciones de este tipo con la tarjeta de crédito a las que aplica una TAE del 22%.
Los elevados tipos de interés que cobran estas líneas de crédito ha generado varias sentencias a favor de clientes por considerar que esta práctica bancaria es usurera.
La Ley de 1908 de Represión de la Usura establece que son nulos los contratos en que se fije un interés notablemente superior al normal del dinero.
El Tribunal Supremo, en Sentencia una sentencia del 25 de noviembre de 2015, declaró la nulidad de los intereses de una operación de crédito revolving, por ser usurarios, ya que los intereses eran el doble del interés medio de los créditos al consumo en ese periodo. El Supremo ordenó su nulidad radical. Las consecuencias son que el prestatario está obligado a devolver sólo el importe recibido.
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