Eduardo Pomares, director de la división de instituciones religiosas de Banco Popular, la unidad de negocio encargada de gestionar el patrimonio del clero, deja el banco para incorporarse a Santander, en un momento de creciente incertidumbre en la entidad, según ha podido saber El Independiente.
Pomares, conocido entre sus colegas del banco como Monseñor, ficha por el grupo que preside Ana Botín para reforzar el área de instituciones. Hasta ahora, como director del área de instituciones religiosas en Popular, era quien trataba con los obispados y arzobispados españoles, la mayor parte de éstos, clientes de un banco con una fuerte tradición religiosa, dada la naturaleza de su accionariado.
La mayor parte de los obispados de España son clientes de un banco cuyo accionariado está ligado al Opus
La Unión Europea de Inversiones (UEI), sociedad instrumental que agrupa a varias históricas familias de empresarios vinculados al Opus Dei, cuenta con casi un 3% del capital de Popular, según datos de la CNMV.
El UEI está vinculado a la Universidad de Navarra y las familias Mora-Figueroa, Pasquín, Nigorra, Oroviogoicoechea, Revoredo, Martínez Igartua, Domecq, Sendagorta, Molins, Montuenga y Martínez-Echevarría, entre otras.
La delicada situación que atraviesa Popular y su incierto futuro, que se debata entre una nueva ampliación de capital y la integración en una entidad de mayor tamaño, al tiempo que se deshace de todos sus activos no estratégicos, está generando una creciente inquietud en la plantilla y entre los directivos del grupo. Algunos de ellos ya han comenzando a moverse en busca de alternativas laborales.
Varios directivos están buscando empleo fuera de Popular ante la incertidumbre sobre el futuro del banco
Desde que Emilio Saracho llegó a la presidencia del banco el pasado 20 de febrero en sustitución de Ángel Ron, ha cambiado piezas clave en el organigrama del banco. Ignacio Sánchez-Asiaín acaba de incorporarse como consejero delegado, ocupando el cargo de Pedro Larena. Sánchez-Asiaín, procedente de la consultora Oliver Wyman, ha sido director general de Kutxabank y miembro del comité de dirección de BBVA, entidad en la que ocupó numerosos cargos ejecutivos.
Tras su nombramiento como número dos de Popular dimitió como consejero de Abanca. En su primera intervención pública, señaló que el futuro del banco -su venta o independencia- dependerá del margen de tiempo que le otorguen los reguladores.
Saracho también ha nombrado a Miguel Escrig, procedente de Telefónica, como director financiero. El experto en riesgos tiene ante sí el reto de valorar los activos tóxicos que tiene el banco en su balance y el capital que necesita para ser viable.
El Consejo de Administración del pasado 10 de abril también designó a Antonio González-Adalid García vicepresidente primero del consejo, en sustitución de Roberto Higuera. Su puesto será ocupado por Vitalino Nafría, ex alto ejecutivo de BBVA y Telefónica, que ha sido designado consejero independiente.
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