El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha abierto el debate de los Presupuestos de 2017 con un discurso que ha superado la hora de duración, pero en el que ha deslizado un símil que ha encendido a la mayoría de los grupos de la oposición.
Desde la tribuna se ha referido a las reiteradas peticiones, sobre todo por parte de las formaciones nacionalistas, para que los Presupuestos recogieran mayores partidas de gasto. En el caso de éstas formaciones, ha criticado su pretensión en gastar más en "parques y plazas" entre otros fines, a su juicio, innecesarios.
Por el contrario, ha puesto en valor el aumento, según ha dicho, del gasto destinado a protección social, especialmente a pensiones. Y es que la partida de gasto en estas prestaciones superará este año el 40% del total del Presupuestos, y se destinará a todos los pensionistas, vivan donde vivan. Sin embargo, formaciones como PSOE o Podemos también reclaman al Gobierno más gasto social.
Para todos ellos, Montoro ha argumentado que la crisis de la que España aún está saliendo tras casi una década tuvo como origen un incremento excesivo del gasto público, una "borrachera", ha dicho.
Es entonces cuando ha dicho que estas formaciones políticas apuestan otra vez por "una borrachera de gasto público", a lo que ha añadido que, ahora que España sale de la crisis con una contención del gasto, "algunos quieren celebrarlo saliendo de copas", en el sentido de seguir cometiendo ciertos errores.
Críticas en bloque
Las críticas no se han hecho esperar. Antes de que el PSOE ofrezca una réplica a Montoro en Pleno del Congreso, su portavoz económico, Pedro Saura, se ha mostrado sorprendido por que el ministro haya comparado "el gasto social con irse de copas, con emborracharse", como hiciera, ha dicho, el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
"Montoro ha sacado la patita", ha dicho, antes de criticar que el Presupuesto de 2017 lo que hace en realidad es, en plena recuperación, recortar en gasto social en relación con el PIB, con lo que la austeridad preconizada por el Gobierno en los años anteriores respondía "no a la crisis, sino a la ideología".
El siguiente grupo en clamar por este símil ha sido Podemos. Su portavoz Irene Montero ha acusado a Montoro de querer "blanquear la imagen del PP" tras los últimos escándalos de corrupción a través de los Presupuestos para 2017. A su juicio, lo que esconden las cifras es, en realidad, un recorte de 5.000 millones de puesto que consolidan los niveles de gasto de 2016, cuando el Presupuesto dejó de ejecutarse en esa cuantía.
Dicho esto, ha enfatizado que "para borrachera la del PP". "Menos llevarse el dinero a Suiza y más invertir en los ciudadanos", ha añadido.
Otras han sido las voces que han tachado de desafortunadas las palabras de Montoro. Uno de ellos, el portavoz de ERC, Joan Tardá, quien le ha acusado "cinismo" al, a su juicio, "poner migajas delante para decir después que nadie se emborrache".
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