Las grandes fortunas latinoamericanas han mantenido un papel activo en la inversión en banca española durante los últimos años de crisis, cuyo valor se cifra, actualmente, en torno a 3.000 millones de euros. El desplome del sector en bolsa generó oportunidades, pero también provocó importantes minusvalías en muchas de las operaciones, lo que motivó el repliegue de algunos empresarios.
Mientras unos salen, otros desembarcan. Y Popular se ha convertido en el último destino de inversión de una de las familias más acaudaladas de Chile. La entidad, que atraviesa sus horas más bajas con la acción cotizando en niveles de 70 céntimos, acaba de dar entrada en su capital a la familia Luksic. Hace unos días superó el 3% de su capital, a través de Vallum Foundation.
La familia chilena Luksic acaba de superar el 3% del capital de Popular, valorado en 96 millones en bolsa
Los Luksic han visto una oportunidad en el mercado y han apostado, pese a la incertidumbre en torno al futuro del banco que preside Emilio Saracho. Teniendo en cuenta que Popular capitaliza casi 3.200 millones de euros, la participación del nuevo inversor está valorada en 96 millones al precio de mercado. Se convierte, así, en uno de los accionistas de referencia del grupo que preside Emilio Saracho, tras la Sindicatura -familias ligadas al Opus-, el grupo que lidera el mexicano Antonio Del Valle, el francés Crédit Mutuel y la aseguradora alemana Allianz.
Del Valle y el grupo de grandes fortunas aztecas a las que representa controlan, oficialmente, el 4% de Popular, aunque fuentes cercanas a la entidad aseguran que, a través de diversos instrumentos, su participación real duplica esta cifra. En cualquier caso, este 4% esta valorando actualmente en 128 millones. El desplome de las acciones del banco desde que Del Valle acometió la inversión, a finales de 2013, ha ocasionado al grupo pérdidas superiores al 80%. El grupo invirtió en ese momento 450 millones para hacerse con el 6,5% del capital. Posteriormente ha respaldado las ampliaciones de capital acometidas por la entidad.
Slim, Gilinski, Martínez, Del Valle, Tinajero y Tomé son algunos de los accionistas latinos de la banca española
Por su parte, la firma que fundó el mexicano David Martínez, Fintech Investments, controla el 3% de Sabadell -llegó a tener el 5%-, que equivale a un valor en bolsa de 316 millones, dado que el banco que preside Josep Oliu capitaliza actualmente algo más de 10.500 millones.
El grupo catalán ha tenido como primer accionista a Jaime Gilinski durante tres años. El colombiano, que llegó a controlar el 7,5% del banco, ha dejado de ser accionista de referencia al vender la mayor parte de sus títulos a lo largo del año pasado. Actualmente controla el 2%, que en bolsa tiene un valor de 211 millones.
La aventura de Gilinski y Martínez comenzó en septiembre de 2013, tras invertir cada uno de ellos 425 millones de euros en las ampliaciones de capital realizadas por el banco en esas fechas.
El venezolano Juan Carlos Escotet compró la nacionalizada Abanca por mil millones en diciembre de 2013
En mayo de 2014, Luis Tinajero y Gustavo Tomé, también mexicanos, invirtieron unos 174 millones de euros para hacerse con el 7% -luego elevado al 7,5%- y el 2% de Liberbank, respectivamente. Actualmente, la participación de Tinajero vale en bolsa unos 77 millones, dado que el grupo capitaliza cerca de 1.100 millones, y la de Tomé, 22 millones.
CaixaBank también tiene en su accionariado a la sexta mayor fortuna del mundo y primera de Latinoamérica, Carlos Slim. Su participación en el grupo no es pública, pero ascendería, al menos, al 1%, a través del vehículo Inbursa. Este porcentaje representa un valor en bolsa de 257 millones, al capitalizar 25.700 millones.
Pero la mayor apuesta del otro lado del Atlántico llegó de la mano de Juan Carlos Escotet, uno de los hombres más ricos de Venezuela y dueño del banco Banesco. Se hizo con Nova Galicia Banco (NCG) en diciembre de 2013, a través de su filial Banco Etcheverría, por 1.003 millones de euros, en una subasta impulsada por el FROB. La entidad no cotiza en bolsa, pero su valor en libros asciende a 3.900 millones. Si se le aplicase un descuento similar al que muestran en bolsa entidades comparables por tamaño como Liberbank (0,46 veces valor en libros), resultaría que vale casi 1.800 millones.
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